Batalla de India Muerta: 19 de noviembre de 1816
Encuentro bélico que se produjo en India Muerta (Uruguay) el 19 de noviembre de 1816 entre las tropas del general uruguayo Fructuoso Rivera y el ejército imperial del Brasil comandado por el general Carlos Federico Lecor. El contexto en el que tuvo lugar este suceso fue la intervención militar decretada en septiembre de 1816 en la Banda Oriental (actual Uruguay) por Don Juan VI con el fin de anexionarla al Brasil. El emperador portugués se aprovechó de la circunstancia de que la Junta de Buenos Aires había abandonado a la Banda Oriental a su suerte, como resultado del fracaso en su intento de convencer a Montevideo de que abandonara su federalismo y aceptara formar parte de la Provincias Unidas.
Lecor inició la toma de Montevideo penetrando en la campiña uruguaya por la costa con una vanguardia adelantada de 2.000 hombres al mando del mariscal Pinto, además de dirigir otra columna por Cerro Largo (hoy Melo) en dirección a Minas. En esta forma resultó un frente por agrupaciones que se extendió desde el mar hasta el río Uruguay, quedando comprendidas dentro de la misma las fuerzas de río Grande del general Curado, que avanzaban por el oeste. Además, una poderosa escuadra naval se encargó de apoyar las operaciones terrestres. José Gervasio Artigas, el líder del independentismo uruguayo, decidió lanzar una ofensiva en contra de los portugueses, enviando varias columnas armadas a la frontera en un intento de frenar la invasión. La debacle artiguista en todos los frentes con las sucesivas derrotas en las batallas de San Borja (5 de octubre de 1816), Ibirachy (19 de octubre de 1816) y Corumbé (27 de octubre de 1816), provocaron el desmoronamiento de la ofensiva uruguaya. Como último recurso para contener el avance portugués hacia Montevideo, Artigas ordenó al general Fructuoso Rivera organizar una línea defensiva en India Muerta.
Plano de la Batalla de India Muerta y posiciones de las tropas en combate
Rivera organizó rápidamente la defensa del poblado de India Muerta, logrando concentrar en ella un total de 1.500 hombres que formaban la infantería, así como una columna de caballería. Lecor, al enterarse del plan de Rivera, destacó a este lugar una vanguardia al mando del brigadier Pinto de Araujo con 900 hombres de infantería, un escuadrón de caballería y un cañón. Al amanecer del 19 de octubre ambos ejércitos se encontraron frente a frente. Rivera dispuso como estrategia de su ofensiva el despliegue de la infantería a lo largo de un kilómetro y la colocación de la caballería en las dos alas. Confiando en que con esta especie de martillo ofensivo el aniquilamiento del enemigo estaba garantizado, Rivera ordenó el ataque sobre las fuerzas portugueses. Estos últimos formaron un frente en que se mantuvo adelantada a la caballería, con lo cual se ocultaba al grueso de la infantería constituida por 200 cazadores. Pese a los varios intentos de rodeo de su enemigo practicados por la caballería del jefe artiguista, Pinto mantuvo la disciplina y resistencia de sus fuerzas. Sólo cuando los jinetes orientales comenzaron a cansarse y desordenarse, Pinto ordenó la entrada en acción del grueso de su infantería hasta ese momento oculta, apoyado con el cañoneo de la línea de defensa uruguaya. El resultado final de esta acción fue el completo aniquilamiento de la caballería uruguaya y la consiguiente huida de la infantería. Rivera dio por perdida la batalla y huyó con apenas 100 sobrevivientes de la refriega. La derrota oriental en India Muerta dejó libre el camino para que los portugueses tomaran la ciudad de Montevideo. Pese a que el general Rivera y los sobrevivientes de India Muerta siguieron hostilizando la marcha del ejército portugués con fugaces ataques, la caída de la capital uruguaya se produjo el 20 de enero de 1817.
Bibliografía
Diego A. de Santillán. Gran Enciclopedia Argentina. (Tucumán: Ediar Sociedad Anónima Editores, 1956).
BEST, Félix. Historia de las guerras argentinas. (Buenos Aires: Ediciones Peuser, 1960).
Ingreso de las fuerzas portuguesas a Montevideo (1817)
Batalla de India Muerta | ||||
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la Invasión luso-brasileña | ||||
Fecha 19 de noviembre de 1816 | ||||
Lugar Arroyo India Muerta, departamento de Rocha, Uruguay Resultado | ||||
victoria luso-brasileña | ||||
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Arroyo India Muerta
El arroyo India Muerta es un arroyo uruguayo que atraviesa el departamento de Rocha. Nace en la sierra de Rocha y corre de Sur a Norte hasta las proximidades de Lascano y luego al Este hasta morir en el río San Luis.
Origen del nombre
Pese a existir poca documentación sobre el arroyo de India Muerta, el profesor Aníbal Barrios Pintos, al transcribir un texto de Isidoro de María, ha señalado que en el siglo XVIII en esa zona se hizo por parte de los españoles una persecución a una tribu de indios minuanes, en cuya oportunidad fue muerta una mestiza. Por ese motivo el arroyo de la zona y finalmente la represa habrían recogido el nombre de India Muerta (India Muerta: La represa olvidada Consultado el 6 de junio de 2010)
Represa de India Muerta
El arroyo India Muerta se encuentra represado. En 1983 se inauguró la represa de India Muerta, una presa localizada a 5 kilómetros de la Ruta 15 (km 99), entre las localidades de Velázquez y Lascano. La finalidad de la represa es regular las crecidas provenientes de una cuenca de 65.700 hás. y crear reservas de agua para riego en la zona de influencia.
Batallas de India Muerta
En las inmediaciones del arroyo India Muerta se desarrollaron dos enfrentamientos bélicos. La primera batalla de India Muerta se llevó a cabo el 19 de noviembre de 1816. Significó la derrota de Fructuoso Rivera ante las tropas portuguesas al mando del mariscal Pinto de Araujo en el marco de la Invasión Portuguesa de 1816.
La segunda batalla de India Muerta fue librada el 27 de marzo de 1845 en el marco de la llamada Guerra Grande y tuvo como resultado el triunfo de los partidarios del presidente "blanco" Manuel Oribe y la derrota definitiva del caudillo "colorado" Fructuoso Rivera.
José Fructuoso Rivera y Toscana | ||
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1.er Presidente constitucional de Uruguay (2º mandatario uruguayo) | ||
6 de noviembre de 1830-24 de octubre de 1834 | ||
Predecesor | Luis Eduardo Pérez (primer presidente interino de Uruguay) | |
Sucesor | Carlos Anaya | |
3.er Presidente constitucional de Uruguay (6º mandatario uruguayo) | ||
1 de marzo de 1839-1 de marzo de 1843 | ||
Predecesor | Gabriel Antonio Pereira | |
Sucesor | Joaquín Suárez | |
Triunviro de Uruguay (exiliado en Brasil, 10º mandatario uruguayo con Flores y Lavalleja, en Triunvirato de Gobierno de 1853) | ||
25 de septiembre de 1853-13 de enero de 1854 | ||
Predecesor | Juan Francisco Giró | |
Sucesor | Venancio Flores | |
Información personal | ||
Nacimiento 17 de octubre de 1784 Durazno (gobernación de Montevideode la intendencia de Buenos Aires,Virreinato del Río de la Plata) Imperio español | ||
Fallecimiento 13 de enero de 1854 (69 años) Melo Uruguay | ||
Nacionalidad Uruguaya Partido político | ||
Partido Colorado | ||
Familia | ||
Padres Andrea Toscana Velázquez Pablo Hilarión Perafán de Rivera Bravo | ||
Cónyuge Bernardina Fragoso Laredo | ||
Información profesional | ||
Ocupación Militar, político y gobernante |
CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE INDIA MUERTA LIBRADA EL 19 DE NOVIEMBRE DE 1816.
La Batalla de India Muerta, representó la derrota de las mejores tropas que se encontraban en el Sur de la Banda Oriental, sin que los orientales pudieran ofrecer otra resistencia poderosa contra el avance portugués sobre Montevideo. Luego de la batalla los portugueses continúan su avance, hacia la capital de la Banda Oriental, Montevideo, tomándola en 1817.
Invasión lusobrasileña | ||||
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Tropas lusobrasileñas alistándose para sitiar Montevideo | ||||
Fecha 28 de agosto de 1816-22 de enero de 1820 | ||||
Lugar Banda Oriental, Mesopotamia argentina, Misiones Orientales (actuales territorios de Uruguay, Argentina y Brasil). | ||||
Casus belli Expansión imperial del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve encabezado por Juan VI. Promovido por el enfrentamiento del Directorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata y los sectores no artiguistas de Montevideo, contra José Gervasio Artigas y la Revolución Oriental. Resultado | ||||
Victoria del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve | ||||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
Unidades militares | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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BATALLA DE INDIA MUERTA (Primera Batalla), LIBRADA EL 19 DE NOVIMBRE DE 1816. SE ENFRENTARON FUERZAS ARTIGUISTAS AL MANDO DE FRUCTUOSO RIVERA CONTRA LAS TROPAS PORTUGUESAS AL MANDO DEL MARISCAL PINTO DE ARAUJO.
LA BATALLA DE LA INDIA MUERTA (I) - SEBASTIÁN PINTO ARAÚJO CORREIA
27/12/2016 - Jorge Quinta-Nova Los Voluntarios Reaes
Después de una pausa de las operaciones en la frontera de Río Pardo, con la victoria en la batalla de Carumbé , fue el turno de los Voluntarios División de reales (DVR), el Ejército de Portugal, tomar una decisión sobre la costa atlántica de la Banda Oriental, después de una pausa de 2 meses debido a problemas de recogida de caballos.
Desde agosto, la villa de Mello, más hacia el interior, y la fortaleza de Santa Teresa, a la entrada de la Angostura, estaban ocupadas por fuerzas del Río Grande, exactamente para preparar la llegada de la División: a 9, Melo o Cerro Largo era tomada por el coronel Félix de Mattos, y, a 12, Santa Teresa es fácilmente tomada por el mayor Manoel Marques de Sousa.
El mariscal de campo Sebastião Pinto de Araújo Correia, comandante de la columna de vanguardia de la DVR, partió el 9 de noviembre de la fortaleza de Santa Teresa en dirección a paso de Castillos, un incipiente poblado entre las lagunas Negra (mayor al norte) de Castillos (menor, al sur), que se abre hacia Rocha, Maldonado y luego Montevideo. El teniente Juan da Cunha Lobo Barreto escribe, en sus memorias, que antes de la Vanguardia salir, se procedió a una parada de caballería que descendió en desastre:
[...] al proferir -la cavallo - fue tal el desorden que no podemos describir: soldados corriendo a la descripción de los caballos; otros lanzados por tierra; los arneses dispersos ... finalmente era una escena de risa. (Lobo Barreto, página 7)
LA BATALLA
Ambos comandantes tenían órdenes de atacar al enemigo en una acción general se consideraron sea la más mínima posibilidad de ganar. El primero, por las instrucciones del teniente general Lecor y el segundo de José Artigas.
El 16 de noviembre, en los pasos al noroeste de la laguna de Castillos (Consejo y Chafalote), un poco más allá de Castillos y recibiendo información de lugares que el grueso de la fuerza del mando de Frutoso Rivera estaría en el arroyo de Alferez, a unos 60 km a , dijo Sebastián Pinto a atacar a Rivera, pidiendo dos compañías de cazadores prestados al 2º Batallón, de la brigada de Pizarro, aumentando así su fuerza [ver Orden de Batalla abajo].
Al día siguiente, "se emboscó" en unos palmares (de Talayer?), Un poco al norte de Castillos y cubierto por la marcha de la 2ª Brigada hacia el paso de Chafalot en la carretera principal, marchó de noche a oeste, cada vez más para el interior.
En la madrugada del día 18, alrededor de las 7 de la mañana, Vanguardia topa dos partidos orientales de reconocimiento (bomberos, como eran entonces conocidos). A pesar de eso, Sebastián Pinto logra llegar a las costas del arroyo India Muerta, en el paso de Coronilla, como era entonces conocido, manteniendo la infantería y artillería ocultadas (recordemos: 4 compañías de granaderos y 4 compañías de cazadores). Pernoctaron junto a la casa de Manoel dos Santos.
Prevenidos de los movimientos de los portugueses, Rivera y sus cerca de 1800 orientales, una mezcla de milicias y algunas tropas de línea, que estaban entrenando desde hace algún tiempo en la zona del arroyo de Alferez marchan rápidamente al encuentro del enemigo:
En el acto montamos a caballo, infantería y caballería y salimos a encontrarlos; amanecimos a la retaguardia del enemigo, que había marchado esa noche como nosotros igualmente, [...]. (Cáceres)
El día 19, los portugueses atravesan el arroyo de la India Muerta y marchan hasta el Puesto de la Vella Velazquez, cuyas ruinas todavía se pueden ver hoy. Hacen este pequeño recorrido de unos 600 m, bajo fuego enemigo leve y golpeando cada vez más partidas enemigas.
Desde el Puesto avanzan hacia el paso de Manoel Patricio, más a occidente, en el arroyo de Sarandi de la Paloma donde llegan a las 11 horas. Lobo Barreto describe ese sitio como "una pequeña pizarra junto a un rancho de paja". Ahí, Sebastián Pinto manda descansar y carne.
En ese momento, aún atentos a algunos partidos al oeste, mientras se preparaba ciertamente el ganado para matar, las tropas portuguesas empiezan a descortinar, al este, en su retaguardia, una enorme columna de cerca de miles y medio de caballeros con 4 de frente a tomar el Puesto de la Vella Velazquez: el grueso de las fuerzas orientales en el teatro.
Mientras los orientales se dispusieron en línea de batalla junto al Puesto, una enorme media luna, con la caballería en las alas, los portugueses tomaron sus providencias, dejando una compañía de cazadores en el paso de Manoel Patricio, donde estaban, bajo mando del mayor Andrew MacGregor, uno de los dos ingleses de la División, y formando un cuadro, pasaron la zona inundada de la Cañada del Espinal y formaron línea a unos 750 metros de los orientales, en terreno más bajo, siempre bajo fuego enemigo, aunque extremadamente eficaz dadas distancias.
El enemigo, frío espectador de nuestra maniobra y atribulación, desarrolló su fuerte columna en línea de batalla, formando una media luna a un cuarto de legua del paso, teniendo en el centro su cañón y la poca infantería. (Lobo Barreto, p.7)
A pesar de lo que muchas fuentes dicen, los orientales no eran sólo caballería. En realidad, la mayoría era infantería, pero todos andaban a caballo. A diferencia de las fuerzas portuguesas, entrenadas como unidad desde por lo menos julio de 1815, las orientales eran formadas fundamentalmente de milicias, y algunas de ellas creadas aún en 1815. Ramón de Cáceres nos muestra bien el carácter amateur de la mayoría en este ejército de patriotas, aún que bien intencionados y defendiendo su tierra.
LOS TESTIMONIOS Y LA UBICACIÓN EN LA BATALLA
dejo por ahora, la descripción de la batalla en sí a las plumas de aquellos que lucharon y fueron testigos y cuyas memorias se pueden leer en diferentes puestos. Para facilitar una explotación del querido lector, dejo una imagen adaptada con las posiciones de cada uno de los memorialistas que hemos recordado en este blog.
Preparo un libro sobre esta campaña, pero dejo aquí casi todas las fuentes de memorialistas. La lectura de las fuentes es mitad de la diversión. Interpretarlas es el resto y el más costoso.
(I) Campo Mariscal Sebastián Pinto de Araújo Correia
informe oficial batalla, envié dos días más tarde a teniente general Lecor. En la decisión de la batalla que el Lobo Barreto desmiente, indica que sólo dispararon una salva cuando ya el enemigo estaba en desbandada, da un mérito excesivo a las 4 compañías de granaderos.
(II) el teniente John Cunha Lobo Barreto
memorias escrito décadas después y publicó en 1947, con el Barón de Río Branco señala. El texto es aparentemente anónimo, pero el autor se identifica al frente en el texto. Demuestra un fuerte desagrado frente a la conducta del comandante de la Columna de la Vanguardia, Sebastião Pinto, así como ante su experiencia de comando en combate. Este tipo de interacción social entre oficiales del ejército portugués era extremadamente común, en la lógica social de la economía de favores del Antiguo Régimen.
(III) el sargento Manuel Marques de Sousa
carta escrita dos días después de su padre y comandante de la unidad, caliente, y después de estar cerrado debido a los combates. Porque al padre, hay más candor en la descripción.
(IV) Teniente segundo Ramón de Cáceres
memorias, excepto error en 1.830 década ymedio más tarde. Hay dos versiones similares y complementarias, así como un croquis en una de ellas. Ambos textos en la misma edición. LER
(V) cirujano Francisco Dionisio Martinez
memorias escrito años más tarde, recordando su pronta acción para ayudar a la Oriental herido en la batalla en las horas y días siguientes. Aunque no en la batalla, sus memorias nos muestran el estado de las fuerzas orientales derrotadas, dispersas y ébrias y su posterior recuperación bajo el poder de Fructuoso Rivera.
Algunas precauciones y notas, sin embargo, en términos de interpretación. Dos temas controvertidos en el diálogo entre los memorialistas, entre el humo de los mosquetes, el grito de camaradas heridos, en algunos la instantánea descenso al caos del combate, en otros la primera batalla, el bautismo de fuego. Son ellos:
INICIO DE LA ACCIÓN: CARGA PORTUGUESA EN UNA O EN LAS DOS ALAS?
Al contrario de lo que refiere Ramón de Cáceres en sus memorias, de hecho sólo la caballería del ala derecha es que cargó el flanco izquierdo oriental al inicio de la acción. Sabemos esto porque Manoel Marques de Sousa, que escribió sobre eso 2 días después al padre, comandaba el ala izquierda portuguesa e indica claramente no haber habido carga de su lado. Si tanto, Marques de Sousa acabó por verse envuelto inadvertidamente, como es obvio, con una columna de caballería enemiga.
EL 'TALAVERA': LOS PROBLEMAS DE LA CABALLERÍA
son los recuerdos de un Oriental, Ramón de Cáceres, en su bautismo de fuego, a los 18, que nos dice algo muy importante sobre la táctica de la caballería portuguesa:
Los 100 hombres que atacaron nuestro costado izquierdo [el primer ataque de la caballería portuguesa], venían como en 4 filas con 25 hombres de frente, traían la espada en mano y eran puros talaveras que aun no sabían andar a caballo, ó por mejor decir, en el sentido de los caballos de la tierra, por cuya razón se prendían por el muslo en las pistoleras con las correas que para asegurar el capote, y una prueba de esta verdad que algunos que dejan murieron, que arrastrados por sus caballos sin poderse desprender de la silla. (Caceres)
(Refiere también el uso de espadas derechas, que serían usadas por caballería pesada, según Manuel Ribeiro Rodrigues)
En el caso de Santa Teresa, en la fortaleza de Santa Teresa, nos encontramos aquí con la confirmación de la problemática adaptación de la caballería portuguesa a los caballos locales (por no hablar de la falta de ellos), que mencioné con el episodio de la parada de caballería del día 9/11.
Todavía hoy Talavera indica a alguien que no sabe andar a caballo, por arcaica y desusada que sea. Irónico que la batalla de Talavera, en el distante 1809, no haya contado con la participación de tropas portuguesas, pero atestigua, ciertamente, el estatuto icónico de la primera gran victoria de Wellington en España y la reverberación en el nuevo mundo.
ORDEN DE BATALLA
Voluntarios Reales División, Ejército de Portugal
COLUMNA DE VANGUARDIA
Mariscal de Campo Sebastián Pinto de Araújo Correia
- 2 escuadrones de caballería, DVR
(Teniente Coronel Jose Tovar Albuquerque y sargento Duarte Mesquita Correia)
- 4 empresas Granaderos, DVR
(teniente coronel Antonio José Pimentel Caludino)
- 1 obús, DVR
(primera teniente Gabriel Antonio Francisco de Castro )
- 4 empresas cazadores (uno de cada batallón), DVR
(sargento Jerónimo Pereira de Vasconcelos y el sargento Andrew McGregor) (2 de ellos prestado en 17/11 en 2 cazadores batallón)
- 2 escuadrones de caballería los voluntarios de la Legión Real Rio Grande + 2 escuadrones de caballería de la legión de tropas ligeras (o Sao Paulo)
(sargento Manuel Marques de Sousa).
Ejército de Oriente, la Liga de los Pueblos Libre
OBSERVACIÓN CUERPO (segunda división)
Coronel Frutuoso Rivera
- 3 divisiones de infantería, cada 250 horas (5 divididos en compañías)
- Derecho a la División de caballería, 250 h
(Capitán Ramón Mansilla)
- División de caballería Izquierda, 250 h
(maestro Venancio Gutiérrez)
Muerto Oficial
Sargento Mor Joaquim Duarte Mesquita cinturón de
Alférez Carlos Frederico Krusse [21:11 datos, dados por el sargento Manuel Marques de Sousa:]
"escuadrones de St. Paul: - Mayor José Pedro Galvao: tenían una contusión de metralla en los recargos de la espalda. El Papa Benedicto XVI: una herida de bala de clavina en la pierna levemente trompeta: una herida de bala en la coxada Francisco de Albuquerque: herida de bala en la espalda - João Baptista da Silva: herida de bala en la pierna - Fernando Rodrigues: herida leve de bala en el lado derecho - José Domingues: contusión en la pierna con bala levemente- José António Monteiro: muerto
Infantería de la DVR: - 3 muertos, 18 gravemente heridos; - 14 muertos: 1 mayor, 1 sargento, 23 soldados y cables- Gravemente heridos: 1 teniente coronel, 1 capitán, 1 sargento ayud, 1 furriel y 22 soldados ".
Fuentes
- Barreto, João da Cunha Lobo, "Apuntes históricos acerca de los movimientos y los ataques de las fuerzas de orden general Carlos Frederico Lecor, cuando ocupó la Banda Oriental del Río de la Plata desde 1816 hasta 1823 (...)", en: Revista del IHGB, vol. 196, Julio-Septiembre 1947, pp.4-68.
- CACERES, Ramón de, "Memoria de Don Ramón Cáceres sobre Hechos Históricos en la República Oriental del Uruguay", en: Contribución documental para la Historia del Río de la Plata (Tomo V), Buenos Aires: Museo Mitre, 1913. pp. 251-270 (págs. 266-269)
- DUARTE, Paulo de Queiroz, Lecor y cisplatino 1816-1828 (3 v.), Río de Janeiro, la Editorial Biblioteca del Ejército, 1984.
- MARTINEZ, Francisco Dionisio, Francisco Martínez Autobiography of Historical Review tomo 6, pág. 416 y 628.In: Boletín Histórico, nº extraordinario, septiembre 1950, Estado Mayor General del Ejército, pp. 230-233
- Parallada, Huascar, "primera batalla de India Muerta (documentales concurrencia Y notas)", en: Boletín de Historia, párrafos 112-115, 1967 Estado del Ejército de Uruguay, pp. 191-236.
(1ª Reimpresión), Ediciones Destarte, Lisboa, 2000. pp. 24-25- Comisión Nacional Archivo Artigas, Archivo Artigas, Montevideo, Monteverde, tomo 31.ARQUIVO HISTÓRICO MILITAR
ARCHIVO HISTÓRICO ULTRAMARINO
LA BATALLA DE LA INDIA MUERTA (II): SEBASTIÁN PINTO ARAÚJO CORREIA
Ill.mo y Ex. Sr. Sr
En consecuencia del Officio que recibí de usted de 9 de corriente, dispuso mi marcha de la manera indicada en el Officio de 12, y marchando de la Angostura el día 16, y vine a quedarse en el Paso de Castilhos, a donde se empezó a avistar algunas espías, que me observaban de las alturas que dirigían a Chafalot; y sentí que Fructuozo Ribeiro tenía su Campo en el Saco del Alferes, juzgué necesario reconocer sus fuerzas, antes de avanzar la Tropa athe Rocha; para lo que pedí al Brigadier General Pizarro, que marcharte até al Paso del Consejo con su Brigada el día 17, y el día 18, ocupara el Campo del Paso de Chafalote; mandándole unir la Artelería, un Piquette de 60 Caballos, y el Comisario: Marchei cubierto con este.
que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo y que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo. Alférez.
Al amanecer del día 18, próximo a la caza de Antonio de Souza, encontré dos partidos enemigos que se retiraban de altura, la altura, observando miudadamente mi marcha y fuerzas, y yo pude (encubriendo a la Infantería) llegar este mismo día a Caza de Manoel de los Santos en la Costa del Arroyo de la India Muerto.
El día 19, pasado el referido Arroio, marchei a la pozón de la Caza de la Vieja Velasques, haciendo golpe a las Salidas, y Espiaens en mayor fuerza, que los antecedentes athe al Paso de Manoel Patricio, donde llegué a las 11 horas de la mañana.
Al mediodía dos partidos enemigos, una de 50 hombres, delante de mí, y otra de 140 en el flanco izquierdo comenzaron a acercarse a la pozón que yo ocupaba y media hora después apareció en las alturas de la India. Muerta en mi rectaguardia el Cuerpo enemigo del, Comando de Fructuozo Ribeiro que excedía mucho de 2000 Hombres a cavallo. Este Cuerpo había marchado toda la noche desde la Costa del Arroyo de Alferes (donde tenía su Campo) por la Cojín de este nombre con el fin de atacarme por la retaguardia; y estableciéndose a la altura de la Vieja Velazque, envió ahi tres Compañías de Negros, que apeados protegían una pieza de Artelharia de Calibre 4. que para ahi troyera.
y el Mayor Jerónimo Pereira de Vasconcellos mandaba un Cuerpo de Cazadores, que formando mi escuadra, era destinado a atacar a la derecha del Enemigo, siendo protegido por los Escuadrones de la Legión de San Pablo, y Millicias del Río Grande. Las Caballadas de rezerva de los Escuadrones quedarán en la retaguardia de la columna del Comando del Teniente Coronel Antonio Claudino Pimentel con una escolta de la Caballería.
El enemigo empezó en toda su línea un fuego activo, pero sin orden, y maniobró con el fin de flanquear a los Escuadrones del Teniente Coronel João Vieira Tovar, al que ordené lo hiciera repeler por un escuadra: era antes necesario hacer marchar alguna Cavallaria para el Paso, que defendía al Mayor M.Gregor, y fue reforzado con 30 Cavallos.
El Enemigo que lo atacaba trató de unirse a su derecha, que comenzaba a diestra para envolver a mi izquierda, y mandé entonces alentar al Destacamento del Mayor Jerónimo Pereira de Vasconcellos una Compañía de Capadores, y le ordené que hiciera avanzar toda a la derecha de sus tiradores.
El enemigo hacía algunos tiros con la Pieza que tenía, pero sin algún efecto, y el Obus de la Columna del Teniente Coronel Antonio Claudino Pimentel hizo tiros muy buenos.
En este momento atacar a la Columna de la izquierda por los Escuadrones de la Caballería de la División, que harán prodigios de valor, manifestarán en esta occazión los Officias la más acrisolada valentía: al Teniente Coronel Antonio Claudio Pimentel mandé que con la Columna de Granaderos de su Comando ocuparse a en la que estaba a Caza, y que él hizo con la serenidad y firmeza, que no pudo ser excedida en una Parada.
En cuanto esto sucedía a nuestra derecha, el Combate se había vuelto muy serio en toda la Línea y el lnimigo fue golpeado, y dispersado en toda ella; y en el que se decantó, por la que se decantó, por tres vertidos de mosquetaria del Cuerpo de Granaderos, y no fue perseguido a la atheña, más lejos debido al cangasso de los Cavallos, y fatiga de la Tropa habiendo durado la acción 4 horas y media.
Y en el caso de que se trate de una de las más importantes de la historia de la humanidad, y en el sentido de que, en el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia, de esperar de su valor, y disciplina del Capitao Juan Nepumoceno, que comandó a los Escuadrones poco después de la primera Carga, por caución de las heridas del Teniente Coronel João Vieira Tovar, y de la muerte del Mayor Duarte de Mesquita, del 2º Teniente d. Artr. Gabriel Antonio Franco de Castro q. el dirigió el Obuz: y no debe omitir decirle a usted.
Siento amargamente tener que llevar al Conocimiento de usted la relación de los muertos, y heridos, que no comparaba a la pérdida del Enemigo, que dejó en el Campo, y en el Arroyo de la India muerta cerca de 200 muertos, pierde una pieza. En el caso de que se trate de una de las más antiguas de la historia de la humanidad, se ha convertido en una de las más antiguas del mundo. que el número de los heridos he considerado, y en el calculo de 350 a 400 Hombres: los mismos prizones, Dezertores, y Habitantes dicen q si no sabe de Fructuozo Ribeiro.
Y en el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia, que se ha convertido en una de las más importantes de la historia de la humanidad en el siglo XXI. de su empleo.
BATALLA DE LA INDIA MUERTA (III): João da Cunha Lobo Barreto - 19/11/2016 Jorge Quinta-Nova Los Voluntarios Reaes
Memorias del teniente del 1er Batallón de Cazadores Juan de la Cunha Lobo Barreto de la batalla de la India Muerta.
NOTA: Una legua portuguesa antigua es de unos 6,6 kilómetros.
[17 y 18 de noviembre 1816]
que comprende el Mariscal Sebastião Pinto [de Araújo Correia] que Frutoso Rivera estaba en el paso Alferes, con una fuerza para impedir su marcha, le ordenó a brigada Quevedo Pizarro otras dos compañías de cazadores y en la jornada de 18 fue emboscar en unos palmares a poca distancia del campamento de la 2ª Brigada; tan pronto como anocheció marchó sobre el paso de la India Muerta.
[19 de noviembre de 1816]
A las 7 de la mañana del día siguiente se encontraron con el primer fuego del enemigo y en 11, cruzando el paso, puso la tropa a través de que se podían ver las huellas de un guardia que momentos antes tenido- si se retira. Inmediatamente mandó al Mariscal carne y descansar la columna en una pequeña barbilla junto a un rancho de paja, la media legua del mismo paso.
No tardó en aparecer un piquete de este mismo lado a entretener con sus escaramuzas a nuestra Caballería, que parte estaba montada; y serían dos horas de la tarde cuando se vio sobre las alturas que dominan el paso, que había sido atravesado, la columna enemiga, cuya fuerza se calculó en 2000 y tantos combatientes, casi toda la caballería, excepto 200 negros de infantería, y un cañón de pequeño calibre.
El Mariscal Sebastián Pinto mandó formar en cuadrado el Batallón provisional, dejando a los cuidados del Mayor [Andrew] McGregor cubriendo la retirada y marchó con dos compañías de cazadores del 2º Batallón a buscar dicho paso, yendo a la Caballería de la División en la frente y en la retaguardia de éstos los escuadrones del Mayor [Manoel] Marques de Sousa.
Imagen de soldado de DVR, Ivan Wasth Rodrigues.
En este orden la Tropa atravesó el paso sin la menor resistencia, sucediendo apenas amantanar la carreta de nuestro obús, única boca de fuego llevada adelante, que fue precio ser arrancada a brazos por una sección de infantería. Puesto que algunas balas de la guerrilla, que hacía el requerido piquete sobre los nuestros llegaban al cuadrado, no tuvimos la más leve pérdida durante ese trayecto.
El enemigo, frío espectador de nuestra maniobra y atribulación, desarrolló su fuerte columna en línea de batalla, formando una media luna a un cuarto de legua del paso, teniendo en el centro su cañón y la poca infantería.
El Mariscal Sebastião Pinto tomó posición frente a él, colocando a la derecha los dos escuadrones de la División, en el centro las cuatro compañías en línea y el obús; en la izquierda, los escuadrones del Mayor [Manoel] Marques de Sousa; las cuatro compañías de cazadores en orden extendido, cubrían todo el frente desde el paso hasta la derecha de la línea.
Así dispuestas las Tropas, mandó tocar a acostarse a los cazadores, y al 1.º escuadrón de la División llevar de espada en la mano. Siendo este acutilado con grandes pérdidas, ordenó al 2º que lo socorre, mientras el obús hacía tiros sobre la infantería enemiga. Entonces se sintió algún desorden en la izquierda enemiga y una bocina del 2º de Cazadores, tocando a avanzar, dio motivo a un fuerte tiroteo de éstos, que comandados y sin encontrar resistencia casi alguna, comenzaron su ataque con una intrepidez y felicidad inconcebible.
El enemigo, debugando en gran confusión, dejó en nuestro poder su cañón, que sólo había dado tres tiros, sin provecho alguno, y ciento y tantos prisioneros; casi todos de infantería. Nuestra pérdida fue de 80 y tantos hombres, la mayor parte de Caballería, incluyendo en este número el Mayor Duarte, de Caballería, y el Alferes [Carlos Frederico] Krusse, de infantería, sobrino del General Lecor, muertos ; y el teniente [Coronel] [João Vieira] Tovar [de Albuquerque], el Capitán Miguel Pereira [de Araújo] y el Mayor [Manoel] Marques de Sousa, este contuso y aquellos gravemente heridos.
Después de la debacle del enemigo, el Mariscal mandó tocar a reunir a las Tropas junto al arroyo. Serían las cuatro de la tarde, un destacamento de Infantería volvió a la retaguardia a recoger a los heridos y enterrar a los muertos en la acción, encaminándose después, toda la Columna, a una casa a poca distancia del paso, donde pernoctó.
Allí se curaron los heridos, lo mejor que se pudo, ya que ni botica suficiente había; e incluso de noche se expidió el Capitán [Carlos] Infante de Lacerda a la Columna del Brigadier Pizarro a pedir una botica ambulante.
[20 de noviembre de 1,816]
Al día siguiente los pocos soldados división de caballería forman la cabeza de la columna y, trasero, escuadras de Major [Manuel] Marques de Sousa. No hubo un solo transporte, la Infantería fue empleada en la conducción de heridos, de la siguiente manera: cuatro soldados, entregando sus armas a los otros camaradas, llevaban a los hombros en una camilla de cuero uno de ellos; y como éstos eran bastantes y se recomendaba todo el cuidado en su conducción, fue esta marcha muy lenta, desordenada, y perlongada; porque se gastó todo el día, sin comer y sin descanso hasta las 9 de la noche, en que la Fuerza se reunió a la del Brigadier Pizarro, que se hallaba 12 a 13 leguas del lugar del combate.
Si el enemigo, sabiendo de este desorden, reuniera una fuerza de 400 o 500 hombres, doraría en este día la Columna; la Caballería venía fatigada y la Infantería en un desfallecimiento inexplicable, ocupando además otro cuarto de legua de cola; y tanto es cierto lo que decimos, que volviendo el Ayudante-de-Órdenes con la botica, escoltado de 30 caballeros, al avistarse esta pequeña fuerza, puesto que tuviéramos marchado sólo 4 leguas, ya hubo bastante confusión para hacerse suyo reconocimiento, a pesar de suponer que en realidad era el dicho oficial que volvía.
[...]
Fuentes
- Barreto, João da Cunha Lobo, "Apuntes históricos acerca de los movimientos y los ataques de las fuerzas de orden general Carlos Frederico Lecor, cuando ocupó la Banda Oriental del Río de la Plata desde 1816 hasta 1823 (...)", en: Revista del IHGB, vol. 196, julio-septiembre 1947, pp. 8-10
- DUARTE, Paulo de Queiroz, Lecor y Cisplatino 1816-1828 (primer volumen), Río de Janeiro, Biblioteca del Ejército Editora, 1984 - p. 234-236
BATALLA DE LA INDIA Muerta (IV): Manoel Marques de Sousa - 19/11/2016 Jorge Quinta-Nova Los Voluntarios Reaes.
BATALLA DE LA INDIA Muerta (IV): Manoel Marques de Sousa - 19/11/2016 Jorge Quinta-Nova Los Voluntarios Reaes.
Parte dada por el sargento mayor Manoel Marques de Sousa, comandante del ala izquierda de la caballería, de la Batalla de la India Muerta
[se mantuvo la ortografía originada, con pequeñas adaptaciones]
Il.mo y Ej. Snr. = Mi prexado Padre y Sñr = Como ya comunicé a V Ex. '. el día 17 del corriente marchó a la División de la Vanguardia, y dos Compañías de Casadores de la 2ª Brigada con dirección al saco del Alferes en busca de la División Inimiga, habiendo primero avanzado la 2ª Brigada, y transportes hacia el Paso del Consejo, y la dicha Divisa quedada emboscada en el Paso de Castilhos, y Caza de Talayer athe la noche que hemos dado comienzo a nuestra marcha.
El día 18 fuimos al amanecer junto a Caza de Antonio de Souza, donde ya encontramos dos Salidas enemigas a las que se retira, y al mismo tiempo haciendo las mayores diligencias por reconocer nuestras fuerzas, lo que siempre se ha intentado ocultar, persiguiendo a sus Espioens; y fuimos a estar junto a Caza de Manoel dos Santos en la Costa del Arroyo de la India Muerto.
El día 19 continuamos la marcha, pasamos el sito Arroio, desde donde montados. Seguimos a ocupar la Pozión en que está el Puesto de la Estancia de la Vieja Velasques, y entonces se retiraron a otro de Manoel Patricio por donde marchamos, y de donde hicimos alto y se mandó matar ganado a la Tropa comer: estábamos en este arreglo cuando fuimos inquietados por los sus casadores y las honestas horas y media comenzamos a descubrir su Columna que marchaba a tomar la retaguardia e inmediatamente tomamos las Armas, y retrogradamos a tomar pozón, y en cuanto pasábamos un gran pantano, el enemigo se ocupó de lo que le convenía, y de la forma que muestra la Planta junta, dejamos el Paso cubierto por una Compañía de Cassadores para que las Salidas que nos habíamos llamado, y que ya entonces se hallaban reunidas no nos atacar por la retaguardia.
Faltaban algunos minutos para el mediodía cuando rompieron el fuego por la misma pozón, y sus Casadores montados hacían un tiroteo infernal, y que eran correspondidos por los nuestros; fuimos avanzando en la misma Orden; y por lo que el Estado de los Estados Unidos de América, en el caso de que se trate de una persona, Escuadra de apoyo, y luego se vuelven todos implicados; por nuestra pérdida puede venir a calcular la rezistencia del Enemigo que al después de mucha sangre cede la bravura de los Escuadrones de la División, acostándose a huir huns por la Izquierda, y otros hacia el centro de su línea, o puesto de la Vieja Velasques, en cojos cercados si emboscaron algunas de las Compañías de los Negros, y harían un fuego horrible a los dichos Escuadrones. La Izquierda que tuve el honor de Comandar puesto que no sufría tanta carga no nos dejó de tocar gran parte; primero sufrimos una porción de tiros de Artillería de los que fueron heridos levemente al soláes de la espalda el Sarg. "" Jozé Pedro Galvao por una balla de lanterneta, y algunos Cavallos muertos:
Luego después como la Compañía que había quedado cubriendo el Paso de la Retaguardia ya nos quedaba a gran distancia pertenecía el Enemigo cortal; y en el caso de que se trate de una gran fuerza poz si se retira, y como viera que ya venía a venir a la retaguardia avanz con el otro medio Escuadra, y luego lo que venía en retirada se vio apoyado, se volvió sobre el Enemigo, y caramolo até hacer pasar el pantano en cuya carga me murió un soldado Paulista, y salieron trez baleados y algunos Cavallos siendo uno de los del Mayor Jose Pedro Galvao, y yo escapé no sé cómo de trez que positivamente me vinieron a atacar el frente de la Escuadra, pues que habiendo descargado un golpe sobre lo que perseguía, sentí un gran golpe sobre el brazo y el hombro derecho; y me di cuenta de que era un oficial, y que ya me había asegurado otra cutelada, la cual desvieime, y fui luego sobre él, a este tiempo ya me acometieron dos más con lanzas, pero fui defendido por Soldados, y Officias del meo Escuadraón; y tuve la felicidad de que como tenía el brazo levantado cuando recibí acutilada llevase la Espada muinta doblada del uniforme, de forma que embrolló, y sólo me hizo un gran verga; en el que me apoyé a los Casadores, e hice pasar el pantano, y continué cargando a los diarios de la pozión H donde se fueran a reunir y luego atónitas pasar al otro lado del Río donde se habrían de reunir, y de donde sufre un fuego vivo y, me mataron 3 Cavallos, y me mataron a los soldados, de esa fe de que quedar a pie, y que ya venía sobre ellos, volví en su socorro, y aún los pude salvar; y en el caso de la Infantería, que siempre como los Cassadores nos acompañaran amarcha, y como le diera dos outrez descargas de Compañías, todo lo que era Cavallaria puso a huir, e incluso Infantería, y mucho parte de ésta se escondió por el bosque del Arroyo. La Caballería de la División, no por estar con sus Cavallos completamente estropeados como para cubrir la retaguardia se quedó junto a Caza del Puesto de Velasques.
Finalmente al cabo de cuatro horas y media de un fuego horrible conseguimos la completa derrota del Enemigo. Habiendo caído en nuestro poder huma Pessa de bronce C. 3 aún con 24 tiros, y sus utensilios, una porción de armas que se inutilizaron la mayor parte 30 Prezioneros entre blancos y negros, un gran n ° de Cavallos arreados de los de Infantr. Y no le tomamos más Prezioneros y Caballada porque estábamos con los Cavallos canados, y ellos muy bien montados. Por lo que respecta a muertos no sé decir el numero porque los que le habia muriendo los arrastra a esconderse, y solo el no podra hacer a los que perdonar en la ultima carga, y en el Paço; y en el caso de que se trate de una persona que no sea de la misma naturaleza,
Nuestra pérdida fue concideravel, principalmente en la Caballería de la Legión (aliaz) de la División en el número de los muertos de este Campo entre el Mayor Duarte, y en los heridos mortalmente el Teniente Coronel Tovar, y el Capitao Miguel Pereira, en los de la Infantería o Alferes de Granaderos Cruce , el cual puesto aún respira, lo reputamos por muerto, pues ya tiene parte de los sesos fuera. La fuerza del Enemigo no sabemos exactamente, y puesto que algunos quisiera avanzar a más de dos mil hombres en juzgo que no excederla de 1.700 a 1.800 entre Infantr. "Y Cavalr." Después de todo concluido nos posemos en retirada, y ayer por noche hemos venido a este campamento donde fue recibido el Sñr Ayudante General por la Tropa en Armas, Vivas &. ' Tenemos orden para marcharmos mañana y tal vez vamos a las Rocas. Le ruego a usted. ª mande a nuestro General Gobernador el rezumo de estas noticias en cuanto no partecipo; y al Mano Oliveira =
En el caso de que se trate de una persona,
PS = me refiero junto con la lista de los muertos y heridos, y contuzos que tenía en mi comando escuadra, en la que no No metros cuestionario para que el juez debe hacer
respecto a los heridos y los muertos Esquadroens de St. Paul en la batalla del Campo llamado Cuchillo de la India Muerto el 19 de noviembre de 1816.
Mayor José Pedro Galvao = Tuve una contundón de metralla en la espalda sobr. pescosso
Furriel Antonio José persona = Huma contuzaõ de Halla de Clavina pierna ligeramente
trompeta Domingos da Costa = Huma herida halla en coixa
Soldados Francisco de Albuquerque = Herida baila volver
Joao Baptista da Silva = Herida Balla pierna
Fernando Rodrigues = herida de bala en el lado derecho levem.'e
Jose Domingues = Contuzaõ Balla pierna hecha con plomo ".
Jose Antonio Monteiro - Muerto
. Infantr ° de zonificación
muertos- 3 = Gravemente feridos- 18 = 14 Levemt.`
caballería
Dead 1 Major - sargento 1 - 23 soldados y cables =
heridos Gravemt.` Lt. Col. 1 - 1 capitán - 1 sargento helper 1 y Furr.el 22 soldados.
Fuerza zonificación
infantería 645a
caballería 129
S. Paulo y Melicias 106
880 entrar en combate
- Comisión Nacional Archivo Artigas, Archivo Artigas, Montevideo, Monteverde, toman 31
BATALLA DE INDIA MUERTA (V): Ramón de Cáceres - 19/11/2016 Jorge Quinta-Nova Os Voluntários Reaes.
MEMORIA DE DON RAMÓN DE CÁCERES SOBRE HECHOS HISTÓRICOS EN LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
[…]
Cuando el ejército del general Lecor se aproximaba á Santa Teresa, nos reunimos en el arroyo de don Carlos, cerca de Castillo, 1500 orientales de Montevideo y de los departamentos de Canelones, Maldonado, San José y Colonia, á las órdenes de don Frutos Rivera, quien en una mañana formó toda esta fuerza para organizarla y armarla como era necesario; efectivamente, en dos horas se formaron cuatro cuerpos de infantería de 250 hombres, armados de fusil y bayoneta y dos de caballería de la misma fuerza, armados de tercerola y sable, á las cuales se denominó divisiones de derecha é izquierda, la primera á las órdenes de un capitán llamado don Ramón Mansilla y la segunda á las del comandante de milicias don Venancio Gutiérrez. Nos retiramos en seguida al Alfs para disciplinar esta gente en diarios y frecuentes ejercicios; más al poco tiempo vino el parte que una columna portuguesa de 900 hombres, 500 infantes y 400 caballos, á las órdenes del brigadier Sebastián Pinto de Araujo Correa, se dirigía á atacarnos. En el acto montamos á caballo, infantería y caballería y salimos á encontrarlos; amanecimos á retaguardia del enemigo, que había marchado esa noche como nosotros igualmente, yá las ocho de la mañana volvimos sobre él, y lo encontramos que había pasado el arroyo de la India Muerta, y estaba campado y carneando en el puesto de la Paloma, un cuarto de legua del paso de la Coronilla. La presencia de 1509 hombres á caballo, marchando en columna á 4 de frente, no pudo dejar de imponer á los portugueses, que corrieron en el acto á formar en columna cerrada ó en cuadro; ínterin nosotros pasamos el arroyo y nos formamos en el orden que demuestra el croquis precedente. Nuestra infantería en ala y tan sencilla como una línea de tiradores, agarraba quince cuadras de formación, y nuestra caballería formando martillo sobre nuestra infantería y en la misma disposición agarraba cinco cuadras en cada ala, yo era ayudante de la izquierda, que mandaba como he dicho, don Venancio Gutiérrez y porque nos tiraron un cañonazo los portugueses, mi comandante me mandó ralear á distancia de cuatro varas cada hombre, para que no hiciesen operación los fuegos del enemigo; mi comandante era un valiente, pero sabía tanto de milicia como yo de cantar misa; había sido contrabandista y no sabía sino escoger y vender tabaco; Pinto, militar acreditado en Europa misma, luego que vio nuestra formación, respiró, conociendo que nos iba á desbandar sin trabajo. Efectivamente, destacó como 200 cazadores sobre nuestra infantería, los cuales en la mitad del camino se echaron á tierra, esperando que obrase la caballería, que salió en número de 100 hombres sobre cada una de nuestras alas, quedando como en reserva el resto de la infantería y caballería de que disponía. Los 100 hombres que atacaron nuestro costado izquierdo, venían como en 4 filas con 25 hombres de frente, traían la espada en mano y eran puros talaveras que aun no sabían andar á caballo, ó por mejor decir, no conocían los caballos de la tierra, por cuya razón se prendían por el muslo en las pistoleras con las correas que tenían para asegurar el capote, y una prueba de esta verdad es que algunos que allí murieron, fueron arrastrados por sus caballos sin poderse desprender de la silla. Estos 100 talaveras venían con dirección al último hombre de nuestro costado izquierdo, nosotros estábamos, como he dicho, en ala, á pie firme con el sable en la vaina y la tercerola en guardia.
El teniente don Santiago Piris, que mandaba la quinta compañía, por no dejarse matar con los brazos cruzados esperando órdenes, mandó hacer fuego á distancia de 25 pasos y antes que tuviesen lugar nuestros soldados de echar tercerola a la espalda, ya estaban los portugueses arrimándoles con su sespadas derechas. Lo mismo aconteció en nuestra derecha; fuimos flanqueados sin hacer resistencia, y desorganizada ó dispersa nuestra caballería, causando el desaliento á nuestros infantes, avanzaron los cazadores con un fuego tan bien sostenido, que obligaron á nuestra infantería á ponerse en retirada sobre el paso en completo desorden.
Ahí tiene usted, mi amigo, el detalle de la acción de la India Muerta; viven aún muchas personas de las que allí se hallaron, muéstreles usted este croquis, y pregúnteles si es exacto ó no lo que yo digo, consulte usted á cualquier militar y verá si podría ser otro el resultado; ahí tiene usted cómo 200 talaveras derrotaron á 1500 orientales. En vano dice don Frutos, que perdió esa batalla porque dispararon los viboreros, hubiesen disparado aun que fuese un tigre cada hombre en el orden en que los puso, y el jefe que mandó esa acción, en cualquier parte del mundo en que respondiese á un consejo de guerra, cuando no fuese considerado traidor, sería declarado inepto. Sin embargo no debo pasar en silencio que don Frutos se portó allí bizarramente, que él sólo lanceando á un hombre que venía á la cabeza de la columna de los talaveras, á la que hizo volver caras por medio de una contramarcha, que entonces cargaron algunos soldados nuestros, de los que ya venían dispersos y acuchillaron á los portugueses algunas cuadras; más cargando entonces una reserva, se decidió la acción completamente .
Poco tiempo después hubo otra acción en el arroyo del Sauce, cerca de Maldonado, en la que200 hombres de caballería á las órdenes de don Venancio Gutiérrez, derrotaron 130 talaveras, de los que escaparon sólo el mayor que los mandaba y dos lados; y lo singular es que fué con la táctica de costumbre, formándoles corralito y que es el primer choque de caballería que se empezó y concluyó á balazos, sin hacer uso de la arma blanca. Los portugueses rompían nuestra línea por donde se les antojaban; mas los quemaban por retaguardia y los flancos y tenían que contramarchar para dar frente al enemigo, así es que rodando á direita e á exquerda, fueron acabándose hasta que no quedaron sino 40 ó 50 en pie, entonces quisieron retirarse, pero en desorden y fueron concluidos .
Don Frutos fué después aprendiendo poco á poco, especialmente para hacer la guerra de recursos y en retirada; organizó un escuadrón de tiradores que mandaba Bonifacio Calderón, en el que colocó buenos oficiales como don Felipe Caballero, Servando Gómez y con él les pegó algunos golpes bonitos á los portugueses, tal como el de la retirada en Chapicuy y otros que hablaré cuando escriba sobre la campaña del año 17 y 18.
Río Grande, 9 de agosto de 1850 .
R. de Cáceres.
MS.Aut.
Fonte
“Memoria de Don Ramón Cáceres sobre Hechos Históricos en la República Oriental del Uruguay”, in: Contribución documental para la Historia del Río de la Plata (Tomo V), Buenos Aires: Museu Mitre, 1913. pp. 251-270 (pp. 266-269)
BATALLA DE INDIA MUERTA (VI): Francisco Dionisio Martinez - 19/11/2016 Jorge Quinta-Nova Os Voluntários Reaes.
Memórias do cirurgião oriental Francisco Dionisio Martinez acerca do seu serviço após a Batalha de India Muerta
FRANCISCO DIONISIO MARTINEZ nasceu em Maldonado, a 9.10.1779, filho de Andrés Martínez de Soto Mayor e de Juana María de Olivera. Tinha 37 anos em 1816.
[19.11.1816]
«Nombrado cirujano del Ejercito Patrio, seguí la campaña soportando todos los azares de la guerra. En el mes de Noviembre del mismo año, tuvo lugar la batalla de la “India Muerta” cuyo éxito fue desgraciadamente adverso a nuestras armas. Desde las cinco de la tarde, hasta las once de la noche, estuve constantemente ocupado en curar innumerables heridos en medio de un peligro inminente, porque la dispersión era grande, y la mayor parte de los dispersos estaban ebrios; y el General Rivera se hallaba con la tropa distante de donde yo estaba con aquel numeroso y ambulante Hospital. A las doce de la noche recibí una carta en que se me anunciaba que dos Oficiales de mérito, estaban gravemente heridos, especialmente uno que se iba en sangre. Desde luego mi resolución no fue dudosa, porque la imagen de aquellos desgraciados que talvez iban a morir por falta de auxilios, se me representaba tan vivamente, que sobreponiéndome a todas las consideraciones que surgian de la realidad del peligro, me decidí a arrostrarlos con el valor que inspira la voz de la conciencia cuando nos manda llenar un deber sagrado. A aquella misma hora me puse en marcha, acompañado de un Capitán que tenia a mi disposición; hombre de color, pero muy valiente y de reconocida probidad, y después de una larga y peligrosa travesía tanto por la naturaleza del terreno, y multitud de dispersos que lo cruzaban en todas direcciones, cuanto por que tenia que pasar muy cerca del lugar adonde habia anochecido el Ejercito portugués, llegamos felizmente a la estancia del brasilero don Félix Rivero, adonde se hallaban los heridos cuyas vidas veníamos a rescatar quizas a costa de las nuestras. El uno era el ayudante del General Rivera Dn. Gerónimo Duarte, y el otro el Teniente Dn. Patricio Calderón.
Ambos estaban efectivamente, gravemente heridos, y apesar de la premura del tiempo emprendí el tratamiento de su curación prodigándoles los mas esmerados cuidados, como puede decirlo uno de ellos, el señor Calderón, que aun vive, como testimonio irrecusable de las ansiedades y temores que padecimos aquella noche inolvidable.
“Practicadas las operaciones indicadas para aliviar la situación de estos dos desgraciados, y después de recomendar a los asistentes las medidas precaucionóles que de mandaba el caso, regrese en la misma noche al lugar en que habia dejado el hospital. Felizmente llegue sin novedad, encontrando un crecido número de heridos que habían sido transportados durante mi ausencia del campamento. Desde luego emprendí nuevamente mi penoso aunque noble oficio, suministrando a aquellos infelices los más prontos socorros de que podia disponer en tan a premiante situación, para cuyo efecto, me era preciso atravesar un arroyo cubierto de espeso monte , afin de acudir a todas partes donde un quejido lastimero llegaba á mi oido; y todo esto sin mas orden ni remuneración que la que abundantemente recibía de poder ser útil con mis pobres conocimientos facultativos, a aquellos infelices paisanos, que acababan de derramar su sangre por la libertad de su Patria ¿Será posible que un medico, en igualdad de circunstancias, tenga más abnegación, mas patriotismo, mas amor a sus semejantes?
Imagem: Wikicommons: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Palmar_junto_al_camino_del_indio_-_panoramio.jpg
[20.11.1816]
“Al dia siguiente de la batalla, recibí orden del general Rivera, para marchar con los heridos a la estancia de don Mateo Cortes, en el Valle (Aiguá?). Inmediatamente trate de buscar carretas, y tan luego como me las proporcioné, acomode en ellas los dos oficiales que he nombrado, y a una grande porción de heridos cuya gravedad requería un tratamiento mas delicado, haciendo montar a caballoa los que podian resistir sin peligro las fatigas del viaje. En este orden emprendí la marcha para aquel punto, y a los cinco dias de estar en el, recibí nuevamente orden del General Rivera para dirigirme a la villa de Minas. Al instante hice los preparativos necesarios para movilizar aquel numeroso y ambulante hospital, cuidando con el mas esmerado celo, que no se agravase el mal estar de los enfermos confiados a mi cuidado, por falta de asistencia, y con estas precauciones llegamos a dicha otra villa, sin ninguna alteración sensible. Mi primer diligencia fue proporcionarme una casa para alojar a los enfermos, y habiendo conseguido la del señor Ibargoyen, los acomodé a todos del mejor modo posible, excepto a los dos oficiales Duarte y Calderón, que se alojaron en la casa del señor don Manuel Castro. ‘Estos dos individuos seguían tan bien como podía desearse, pero un exceso imprudente llevo a Duarte al sepulcro. La esposa del General Rivera que había llegado a Minas, quiso visitarlos, y Duarte, sabiendo que ya venia, se levanto y abrió una ventana, contra una prohibición formal mía, por donde entro un fuerte viento süd, que al instante le hizo experimentar un tsismo, y en seguida un tétano que a las cuarenta y ocho horas le condujo al sepulcro.
Fonte
Autobiografía de Francisco Martínez Revista Histórica tomo 6.°, pág.416 y 628. In: Boletin Histórico, n.º extraordinário, setembro 1950, Estado Mayor General do Ejército, pp. 230-233.
Sobre Jorge Quinta-Nova 73 artigos
Rato de biblioteca. Licenciado em Línguas e Literaturas Modernas na UAL, pesquisa desde 2007 o Exército Português nos finais do Antigo Regime, durante as Guerras Revolucionárias, principalmente Carlos Frederico Lecor, de quem anda reconhecidamente Em Busca. É um reputado amante da Medalha Militar, entre a fundação em 1863 e 1911.
BICENTENARIO DE LA PRIMERA BATALLA DE INDIA MUERTA. 1816 – 19 DE NOVIEMBRE - 2016 - Por Néstor Rocha 19 Septiembre, 2016
El Departamento de Rocha es un vergel de diferentes ecosistemas de enormes bellezas que la naturaleza puso en nuestras manos; tenemos la responsabilidad de custodiar éstas fuentes de vida.
Las armonías escénicas están en la costa Atlántica, en las lagunas con sus afluentes de ríos, arroyos, otros cauces y humedales. En el ecosistema del Palmar Butiá, en los cerros y sierras con sus biodiversidades de flora y fauna. En este contexto se registraron en páginas intangibles – en su instante – uno de los acontecimientos bélicos de la historia de nuestro país.
Entrando al tema que luce en el título del presente trabajo, las fuentes de este artículo son: Archivo Artigas, Diccionario Geográfico del Uruguay de Orestes Araújo edición 1900, y Ensayo de Historia Patria por H.D. Primera Edición Ilustrada edición año 1901, ARTIGAS – Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos libres. Su obra cívica. Alegato Histórico por EDUARDO ACEVEDO – tomo III (edición año 1910).
“Los portugueses invadieron Uruguay so pretexto de resguardar sus fronteras de la anarquía de lo que llamaban la montonera de Artigas…” (H.D.) El imperio portugués alentado por el Gobierno de Buenos Aires invade la Banda Oriental con el firme propósito de concluir con el liderazgo de nuestro Prócer, cuyo ideario atentaba los intereses porteños bonaerenses y de la corona del imperio lusitano.
Esta confabulación entreguista de la autoridad bonaerense tenía un propósito, el “… establecimiento de un trono en Buenos Aires con destino a la casa de Braganza…”, para este fin, Artigas era un escollo nada fácil de eludir o combatir, era necesario eliminar su liderazgo y a estos efectos se organizó toda una gestión diplomática.
A ambos, incomodaba enormemente la concepción federalista de Artigas de crear una nación conformada por Provincias autónomas en concordancia a lo preceptuado en las Instrucciones del Año XIII y el Reglamento de Tierras de 1815, primeras normas jurídicas para el funcionamiento de un país. Quiso la ingratitud del destino que no se concretara el mencionado ideario federal.
Eran “… épocas de lucha brava en que todas las armas de la injuria y de la calumnia se esgrimían contra el Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos Libres.
Los archivos argentinos, desbordantes de riquísima documentación relativa a la época tumultuosa de la invasión portuguesa, suministran repetidos y valiosos testimonios a favor de Artigas, pero son de una miseria incurable en materia de acusaciones y los cargos son de origen posterior y constituyen un simple recurso de polémica para hundir y desprestigiar a un gran personaje histórico.
Tampoco han podido los historiadores portugueses concretar cargo alguno contra Artigas fuera de las generalidades de la leyenda de Cavia, repetidas y aumentadas por los escritores argentinos…” (Eduardo Acevedo – obra citada)
El portugués Carlos Federico Lecor – Barón de la Laguna – comandaba un ejército de doce mil hombres disciplinados y bien pertrechados. Este ejército militar estaba dividido en cuatro Divisiones:
“El 1º de 2000 hombres, al mando del General Curado y del Marqués de Alegrete (Gobernador de Río Grande) invadió por el Norte.
El 2º, de 1800 hombres, a las órdenes del mismo Lecor llegó por el Este.
El 3º, de 6000 hombres, formada por la Escuadra al mando del Conde de Viana.
El 4º, de otros 2000 mil hombres, quedó de reserva en Río Grande” (H.D.)
Lecor invadió la Banda Oriental a mediados de octubre de 1816, recorriendo el camino que abriera su ejército de Vanguardia al mando del Mariscal Sebastián Pinto de Araujo Correa, ocupando la Fortaleza de Santa Teresa desde agosto de este mismo año.
En el Documento Nº 231 del Archivo Artigas consta la transcripción de un documento que remitiera el Mariscal Pinto a Tomás Antonio de Villanova Portugal de un suceso bélico que aconteciera el 5 de Setiembre de 1816, en la Bajada de Castillos – Castillos Chico.
Un piquete de 30 portugueses apostados en la Angostura por orden del Mayor Manuel Marques de Souza fueron atacados por 200 hombres la mayoría “Cívicos” de Rocha y San Carlos.
La “Montonera” Oriental capturó a un Teniente, un Cadete y a un Soldado que se los llevaron prisioneros, además resultaron muertos dos portugueses, en el documento en cuestión las autoridades portuguesas señalan que los Orientales trataban mal a sus prisioneros.
Al día siguiente del enfrentamiento salieron dos Compañías de Cazadores, una Pieza de Calibre 6, noventa Caballos de División, y 100 de la Legión de San Pablo y milicias de Río Grande.
Llegaron a la atardecer a la región de Castillos Chico sin encontrar al enemigo y ya con sus caballos cansados, tomaron conocimiento que los Orientales habían cruzado el arroyo de Rocha para luego tomar rumbo a Cerro Largo.
El 13 de setiembre de 1816 los portugueses se apropiaron de caballos, bueyes, carretas y ganado vacuno entre Santa Teresa y Castillos por orden del Mariscal Pinto de Araujo. A continuación se detallan los vecinos afectados y que bienes les fueron enajenados.
• MANUEL ALVEZ: ocho bueyes mansos y una carreta.
• FLORENTINO GÓMES: seis bueyes mansos y una carreta.
• JOSÉ LINO: una carreta.
• JOSÉ MOLINA: seis bueyes mansos y una carreta.
• PEDRO GONÇALVEZ: dieciséis bueyes mansos y dos carretas.
• BUENAVENTURA GONÇALVEZ: tres bueyes mansos y una carreta.
• MANUEL GONÇALVEZ: cuatro bueyes mansos.
• ANTONIO MACHADO: setenta y cuatro caballos, cuarenta y ocho bueyes mansos, dos carretas y ciento cincuenta bovinos.
• FRANCISCO GARCÍA: veintiún caballos, siete bueyes mansos y una carreta.
• FRANCISCO FALAYEIRO: dieciocho bueyes mansos y cincuenta y tres bovinos de cría.
• TOMÁS PASCUAL: trece caballos y tres bueyes mansos.
• ROQUE DENIS: un caballo.
• JOSÉ RODRÍGUEZ: ocho caballos.
• MANUEL RODRÍGUEZ: nueve caballos.
• JOAQUIN GRANDE: cuatro caballos y seis bueyes mansos.
• JOSÉ DE OLIVEIRA: treinta y un bueyes mansos.
• A VECINOS DESCONOCIDOS: tres vacunos de cría.
Donación de vecinos al ejército portugués:
• ANTONIO MATURRENGA (Maturrango?): treinta caballos y diez bueyes mansos.
• JOSÉ D`ENXAUYTE: treinta y cinco caballos. (Archivo Artigas)
Por lo anteriormente detallado, los lusitanos se proveyeron en total de ciento noventa y cinco caballos, ciento sesenta y seis bueyes mansos, diez carretas y doscientos seis vacunos. (Archivo Artigas)
A fines de Octubre de 1816, el Sargento Mayor Manuel Márquez de Sousa del ejército portugués con dos escuadrones sorprendió en Chafalote las avanzadas de Rivera al mando del Capitán Don Julián Muniz de un ejército de mas de doscientos hombres.
Los orientales pierden en este enfrentamiento y quedaron en el escenario bélico: ocho muertos y veinticinco prisioneros, entre ellos Don José Cabral y Don N. Arriola, oficiales de las milicias de Maldonado que fueron víctimas de sus propios descuidos. (Orestes Araújo).
Todas estas movilizaciones son previas a la (primera) Batalla de India Muerta, el 19 de noviembre de 1816 entre el arroyo de éste nombre y su afluente Sarandí de la Paloma en el paraje El Higuerón de nuestro Departamento.
El nombre toponímico de India Muerta a un paraje del Departamento de Rocha es a consecuencia de que “… fue muerta una china el siglo pasado (XVIII), en la persecución que se hacía a los indios minuanes, y de ahí vino la denominación de la India Muerta ese lugar, tristemente célebre después en la historia…” Isidoro de María: Nomenclátor topográfico – Benjamín Sierra y Sierra: Apuntes y Orestes Araújo: obra citada.
El escenario de guerra de aquel 19 de noviembre de 1816 presentaba por un lado el ejército de Fructuoso Rivera que comandaba a 1000 infantes, 500 jinetes y 1 cañón, el enemigo al mando del Mariscal Pinto con una división de 900 hombres de las tres armas. Al contingente portugués se le incorporó en la jornada previa dos escuadrones conducidos por el Sargento Mayor Manuel Márquez de Souza.
Un breve relato que describe someramente el “teatro” de batalla: “Envuelta la caballería oriental, entraron a maniobrar los cazadores, operando en pelotones sobre la infantería, que no pudo resistirles, y se pronunció en desbande. Rivera, después de algunos actos de valor personal, se retiró al frente de 100 hombres, dejando 250 muertos, 38 prisioneros, la pieza de cañón y varios objetos de guerra en manos del enemigo.” (Orestes Araújo – obra citada)
NÉSTOR ROCHA
MEMORIA DE DON RAMÓN DE CÁCERES SOBRE HECHOS HISTÓRICOS EN LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
[…]
Cuando el ejército del general Lecor se aproximaba á Santa Teresa, nos reunimos en el arroyo de don Carlos, cerca de Castillo, 1500 orientales de Montevideo y de los departamentos de Canelones, Maldonado, San José y Colonia, á las órdenes de don Frutos Rivera, quien en una mañana formó toda esta fuerza para organizarla y armarla como era necesario; efectivamente, en dos horas se formaron cuatro cuerpos de infantería de 250 hombres, armados de fusil y bayoneta y dos de caballería de la misma fuerza, armados de tercerola y sable, á las cuales se denominó divisiones de derecha é izquierda, la primera á las órdenes de un capitán llamado don Ramón Mansilla y la segunda á las del comandante de milicias don Venancio Gutiérrez. Nos retiramos en seguida al Alfs para disciplinar esta gente en diarios y frecuentes ejercicios; más al poco tiempo vino el parte que una columna portuguesa de 900 hombres, 500 infantes y 400 caballos, á las órdenes del brigadier Sebastián Pinto de Araujo Correa, se dirigía á atacarnos. En el acto montamos á caballo, infantería y caballería y salimos á encontrarlos; amanecimos á retaguardia del enemigo, que había marchado esa noche como nosotros igualmente, yá las ocho de la mañana volvimos sobre él, y lo encontramos que había pasado el arroyo de la India Muerta, y estaba campado y carneando en el puesto de la Paloma, un cuarto de legua del paso de la Coronilla. La presencia de 1509 hombres á caballo, marchando en columna á 4 de frente, no pudo dejar de imponer á los portugueses, que corrieron en el acto á formar en columna cerrada ó en cuadro; ínterin nosotros pasamos el arroyo y nos formamos en el orden que demuestra el croquis precedente. Nuestra infantería en ala y tan sencilla como una línea de tiradores, agarraba quince cuadras de formación, y nuestra caballería formando martillo sobre nuestra infantería y en la misma disposición agarraba cinco cuadras en cada ala, yo era ayudante de la izquierda, que mandaba como he dicho, don Venancio Gutiérrez y porque nos tiraron un cañonazo los portugueses, mi comandante me mandó ralear á distancia de cuatro varas cada hombre, para que no hiciesen operación los fuegos del enemigo; mi comandante era un valiente, pero sabía tanto de milicia como yo de cantar misa; había sido contrabandista y no sabía sino escoger y vender tabaco; Pinto, militar acreditado en Europa misma, luego que vio nuestra formación, respiró, conociendo que nos iba á desbandar sin trabajo. Efectivamente, destacó como 200 cazadores sobre nuestra infantería, los cuales en la mitad del camino se echaron á tierra, esperando que obrase la caballería, que salió en número de 100 hombres sobre cada una de nuestras alas, quedando como en reserva el resto de la infantería y caballería de que disponía. Los 100 hombres que atacaron nuestro costado izquierdo, venían como en 4 filas con 25 hombres de frente, traían la espada en mano y eran puros talaveras que aun no sabían andar á caballo, ó por mejor decir, no conocían los caballos de la tierra, por cuya razón se prendían por el muslo en las pistoleras con las correas que tenían para asegurar el capote, y una prueba de esta verdad es que algunos que allí murieron, fueron arrastrados por sus caballos sin poderse desprender de la silla. Estos 100 talaveras venían con dirección al último hombre de nuestro costado izquierdo, nosotros estábamos, como he dicho, en ala, á pie firme con el sable en la vaina y la tercerola en guardia.
El teniente don Santiago Piris, que mandaba la quinta compañía, por no dejarse matar con los brazos cruzados esperando órdenes, mandó hacer fuego á distancia de 25 pasos y antes que tuviesen lugar nuestros soldados de echar tercerola a la espalda, ya estaban los portugueses arrimándoles con su sespadas derechas. Lo mismo aconteció en nuestra derecha; fuimos flanqueados sin hacer resistencia, y desorganizada ó dispersa nuestra caballería, causando el desaliento á nuestros infantes, avanzaron los cazadores con un fuego tan bien sostenido, que obligaron á nuestra infantería á ponerse en retirada sobre el paso en completo desorden.
Ahí tiene usted, mi amigo, el detalle de la acción de la India Muerta; viven aún muchas personas de las que allí se hallaron, muéstreles usted este croquis, y pregúnteles si es exacto ó no lo que yo digo, consulte usted á cualquier militar y verá si podría ser otro el resultado; ahí tiene usted cómo 200 talaveras derrotaron á 1500 orientales. En vano dice don Frutos, que perdió esa batalla porque dispararon los viboreros, hubiesen disparado aun que fuese un tigre cada hombre en el orden en que los puso, y el jefe que mandó esa acción, en cualquier parte del mundo en que respondiese á un consejo de guerra, cuando no fuese considerado traidor, sería declarado inepto. Sin embargo no debo pasar en silencio que don Frutos se portó allí bizarramente, que él sólo lanceando á un hombre que venía á la cabeza de la columna de los talaveras, á la que hizo volver caras por medio de una contramarcha, que entonces cargaron algunos soldados nuestros, de los que ya venían dispersos y acuchillaron á los portugueses algunas cuadras; más cargando entonces una reserva, se decidió la acción completamente .
Poco tiempo después hubo otra acción en el arroyo del Sauce, cerca de Maldonado, en la que200 hombres de caballería á las órdenes de don Venancio Gutiérrez, derrotaron 130 talaveras, de los que escaparon sólo el mayor que los mandaba y dos lados; y lo singular es que fué con la táctica de costumbre, formándoles corralito y que es el primer choque de caballería que se empezó y concluyó á balazos, sin hacer uso de la arma blanca. Los portugueses rompían nuestra línea por donde se les antojaban; mas los quemaban por retaguardia y los flancos y tenían que contramarchar para dar frente al enemigo, así es que rodando á direita e á exquerda, fueron acabándose hasta que no quedaron sino 40 ó 50 en pie, entonces quisieron retirarse, pero en desorden y fueron concluidos .
Don Frutos fué después aprendiendo poco á poco, especialmente para hacer la guerra de recursos y en retirada; organizó un escuadrón de tiradores que mandaba Bonifacio Calderón, en el que colocó buenos oficiales como don Felipe Caballero, Servando Gómez y con él les pegó algunos golpes bonitos á los portugueses, tal como el de la retirada en Chapicuy y otros que hablaré cuando escriba sobre la campaña del año 17 y 18.
Río Grande, 9 de agosto de 1850 .
R. de Cáceres.
MS.Aut.
Fonte
“Memoria de Don Ramón Cáceres sobre Hechos Históricos en la República Oriental del Uruguay”, in: Contribución documental para la Historia del Río de la Plata (Tomo V), Buenos Aires: Museu Mitre, 1913. pp. 251-270 (pp. 266-269)
BATALLAS DE LA GUERRA CONTRA EL IMPERIO PORTUGUÉS 1816 - 1820
- - Batalla de Santa Ana (22-02-1816)
- - Batalla de San Borja (03-10-1816)
- - Batalla de Ibirocahy (19-10-1816)
- - Batalla de Curumbé (27-10-1816)
- - Batalla de India Muerta (18-11-1816)
- - Batalla de Pablo Pérez (06-12-1816)
- - Batalla del Sauce (08-12-1816)
- - Batalla de Arapey (03-01-1817)
- - Batalla del Catalán (04-01-1817)
- - Batalla de apóstoles (02-07-1817)
- - Batalla de San Carlos (31-03-1818)
- - Sorpresa del Arroyo de la China (19-05-1818)
- - Batalla de Chapicuy (14-06-1818)
- - Batalla de Queguay Chico (04-07-1818)
- - Batalla de Arroyo Grande (28-10-1818)
- - Batalla de Santa María (14-12-1819)
- - Batalla de Tacuarembó (22-01-1820)
Fuente:
http://www.lahistoriaconmapas.com/historia/historia2/biografia-de-india-muerta-batalla-de-1816/
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_India_Muerta_(1816)
http://www.masrocha.com.uy/articulos-51-bicentenario-de-la-batalla-de-india-muerta.html
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-v-ramon-de-caceres/
http://cliomarte.pt/2016/12/27/batalha-de-india-muerta-19-de-novembro-de-1816/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-iii-joao-da-cunha-lobo-barreto/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-sebastiao-pinto-araujo-correia/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-vi-francisco-dionisio-martinez/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-v-ramon-de-caceres/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-vi-francisco-dionisio-martinez/
http://cliomarte.pt/2016/12/27/batalha-de-india-muerta-19-de-novembro-de-1816/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-iii-joao-da-cunha-lobo-barreto/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-sebastiao-pinto-araujo-correia/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-vi-francisco-dionisio-martinez/
http://cliomarte.pt/2016/11/19/batalha-de-india-muerta-v-ramon-de-caceres/
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