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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

25 de febrero de 2019

BATALLA DE ONCATIVO O BATALLA DE LAGUNA LARGA 25 de Febrero de 1830.

Batalla de Oncativo (por Miguel del Boca)
La Batalla de Oncativo o Batalla de Laguna Larga fue un enfrentamiento ocurrido el 25 de febrero de 1830, entre fuerzas federales y unitarias, en el marco de las guerras civiles argentinas, en la región pampeana de la provincia de Córdoba
Partido Unitario
LíderBernardino Rivadavia
Juan Lavalle
José María Paz
Gregorio Aráoz de La Madrid
Fundación1816
Disolución1862
IdeologíaLiberalismo

Partido Federal
Flag of Artigas.svg
Bandera de Artigas
LíderJosé Gervasio Artigas
Juan Manuel de Rosas
Justo José de Urquiza
Fundación1816
Disolución1868
IdeologíaFederalismo
LAS FUERZAS UNITARIAS AL MANDO DEL GENERAL CORDOBÉS JOSÉ MARÍA PAZ VENCIERON A LAS FUERZAS FEDERALES AL MANDO DEL GENERAL RIOJANO JUAN FACUNDO QUIROGA.
José María Paz
José María Paz.jpg

Escudo de la Provincia de Córdoba.svg
Gobernador de la provincia de Córdoba
19 de abril de 1829-16 de mayo de 1831
PredecesorJuan Bautista Bustos
SucesorMariano Fragueiro

Escudo de la Provincia de Entre Ríos.svg
Gobernador de Entre Ríos
12 de marzo de 1842-3 de abril de 1842
PredecesorPedro Pablo Seguí
SucesorFrancisco Dionisio Álvarez

Información personal
Nacimiento9 de septiembre de 1791
ciudad de Córdoba,
provincia de Córdoba,
Virreinato del Río de la Plata Bandera de España
Fallecimiento22 de octubre de 1854(63 años).
ciudad de Buenos Aires,
República Argentina Bandera de Argentina
NacionalidadArgentina
Partido políticoPartido Unitario
Familia
CónyugeMargarita Weild
Información profesional
Ocupaciónmilitar
Rango
Participó enGuerras civiles argentinas
ANTECEDENTES
Durante las vísperas del 22 y 23 de junio de 1829, el general cordobés José María Paz y Facundo Quiroga se enfrentaron en la Batalla de La Tablada. El caudillo riojano, había acudido a aquella acción a pedido del ex gobernador cordobés Juan Bautista Bustos, que había sido derrocado por Paz. 
Juan Facundo Quiroga
Facundo Quiroga por Fermepin.JPG


5.° Gobernador (provisional) de la Provincia de La Rioja
28 de mayo de 1823-22 de julio de 1823
PredecesorNicolás Dávila
SucesorBaltasar Agüero

Información personal
ApodoEl Tigre de los Llanos
Nacimiento27 de noviembre de 1788
Bandera de España San AntonioLa Rioja,Intendencia de Córdoba del TucumánVirreinato del Río de la Plata
Fallecimiento16 de febrero de 1835
Bandera de Argentina Barranca YacoCórdoba,Argentina
Lugar de sepulturaCementerio de la Recoleta
NacionalidadArgentina
Partido políticoFederal
Familia
CónyugeDolores Fernández Cabezas
Información profesional
OcupaciónGanaderominero y militar
Rango
Participó enGuerras civiles argentinas
Esta acción guerrera dio como resultado una victoria del general Paz, debiendo Quiroga huir hacia La Rioja.
Brigadier General Juan Facundo Quiroga
Años de servicio1814 - 1835
Lealtad
Mandos
Participó en
Tiempo después, la provincia se ve amenazada nuevamente por el Tigre de los Llanos (Quiroga), quien estaba dispuesto a invadir nuevamente territorio cordobés en busca de una revancha.
En aquel tiempo, Córdoba era un punto estratégico para ser invadido, y también el centro posible del avance unitario hacia el interior. Las negociaciones realizadas para lograr un entendimiento con los demás gobiernos provinciales no habían dado el resultado deseado.
Batalla de La Tablada
Guerras civiles argentinas
(Segunda guerra civil en el Interior)

22-23 de junio de 1829

Campo de La Tablada, en las afueras de la ciudad de Córdoba
Victoria decisiva de los unitarios.
La provincia de Córdoba pasa a poder unitario.
Beligerantes
Flag of Unitarian Party (exiled).svg Ejército Unitario
Black 30x30.png Provincia de Córdoba
Black 30x30.png Provincia de Tucumán
Black 30x30.png Provincia de Salta
Bandera regimientos federales.png Ejército Federal
Black 30x30.png Provincia de La Rioja
Black 30x30.png Provincia de Mendoza
Black 30x30.png Provincia de Catamarca
Black 30x30.png Provincia de San Luis
Black 30x30.png Cordobeses exiliados
Comandantes
José María Paz
Javier López
Gregorio Aráoz de Lamadrid
Marcos José González
Juan Facundo Quiroga
Juan Bautista Bustos
Marcos Antonio Figueroa
José Félix Aldao
Fuerzas en combate
Totalc. 2.500 tropas
1.650 jinetes, 720 infantes, 80 artilleros y 12 cañones
Total: c. 5.000 tropas
En su mayoría caballería, excepto 700-800 infantes con 4 - 8 cañones
Bajas
80 muertos y heridos1.000 muertos
500 -700 prisioneros
El panorama era poco alentador, y era de anticiparse una nueva acción bélica próxima a llegar. En una carta de Quiroga del 10 de enero de 1830, dirigida al Gral. Paz dice:12
...estamos convencidos en pelear una sola vez, para no pelear toda la vida. Es indispensable ya que triunfen unos u otros, de manera que el partido feliz obligue al desgraciado a enterrar sus armas para siempre.
También diría de forma amenazante:13. Las Provincias serán despedazadas tal vez; pero jamás domadas.
Batalla de Oncativo o Laguna Larga
Guerras civiles argentinas
(Segunda guerra civil en el Interior)

25 de febrero de 1830

Llanura de Oncativo, entre las lagunas de Cachicoya y de Oncativo, cerca de la actual localidad deManfrediprovincia de Córdoba,Argentina

Victoria decisiva de los unitarios
Federales pierden el interior argentino
Beligerantes
Flag of Unitarian Party (exiled).svg Ejército Unitario
Black 30x30.png Provincia de Córdoba
Black 30x30.png Provincia de Tucumán
Black 30x30.png Provincia de Salta
Bandera regimientos federales.png Ejército Federal1
Black 30x30.png Provincia de La Rioja
Black 30x30.png Provincia de Mendoza
Black 30x30.png Provincia de San Juan
Black 30x30.png Provincia de San Luis
Comandantes
José María PazJuan Facundo Quiroga
José Félix Aldao (P.D.G.)2
Fuerzas en combate
4.000 tropas3
(1.000 infantes, 3.000 jinetes y 70 artilleros)4
65 6 -87 cañones
2.0008 -4.0009 tropas
8 cañones9
Bajas
Estimación antigua:
32 muertos8
Estimación moderna:
80 muertos y heridos10
Estimación antigua:
1.200 prisioneros, 8 cañones, 2.000 cabezas de ganado, 3.000 mulas, 700 fusiles y todo el bagaje capturados8
Estimación moderna:
1.000 muertos2
5002 -60011 prisioneros
8 cañones capturados11
Para evitar aquel enfrentamiento, se había enviado a Córdoba una comisión mediadora a cargo de Pedro Feliciano Cavia y Juan José Cernadas, la cual llegó a la capital provincial el 6 de enero de aquel año, con pocas esperanzas de lograr resultados positivos. Las cartas estaban tiradas y el enfrentamiento, próximo.
El plan de los federales era lanzar una doble ofensiva: mientras Quiroga avanzaba con 4.000 hombres por el sur de la provincia de Córdoba, el general Benito Villafañe avanzaba con 1.40014 ó 1.50015 hombres, principalmente montoneros,16 (alrededor de 1.200 catamarqueños y 200 riojanos)17 por el norte de la misma, lo que obligaría a Paz a dividir sus fuerzas. Sin embargo, el general unitario se preocupó únicamente de enfrentar a Quiroga, y no de Villafañe.18
Foto. Camino al monolito de la batalla de Laguna Larga
DESARROLLO DE LA BATALLA - La batalla
A la madrugada del 25, se emprende la marcha nuevamente y después de algunas horas de jornada por entre una espesa y embarazosa maraña, desembocamos a eso de las diez de la mañana a una dilatadísima llanura, en la que avistamos a los enemigos que ya habían tomado posición entre un montecito de corta extensión, que en medio de aquella hermosa y extensa llanura se hallaba aislado.20
Según los relatos de otro personaje participante de la acción bélica, el general Gregorio Aráoz de Lamadrid, Quiroga
  • ...tenía apoyado su costado derecho en un cerco y las carretas que había traído de Mendoza, que eran bastantes, y su izquierda en la laguna de Oncativo; y su fuerza pasaba de tres mil hombres de la tres armas. La nuestra sería como de dos mil y pico de hombres.21
Es de destacar, que según Paz, aquel montecillo estaba rodeado por unas cien carretas, colocadas de modo conveniente para defenderlo y contener a la infantería que con ocho piezas de artillería se encontraba fortificada.

Finalmente, en una hábil maniobra, Paz salió al encuentro de Quiroga cuando éste no los esperaba. Paz afirma en sus Memorias que, conociendo la disposición del ejército federal,
  • ...mi plan fue atacar por la izquierda. Para esto me corrí sobre mi flanco derecho, lo que visto por el enemigo, quiso prolongar su izquierda para no dejarla desbordar, y para ello empezó a hacer pasar toda la caballería que había dejado sobre la derecha; de este modo, el que había sido su centro fortificado vino a ser su costado derecho, a quien tenían en jaque, pero sin atacar, mi centro e izquierda, si no es con el fuego de artillería.22
El enfrentamiento se inició tras un disparo de la artillería de Quiroga, y así se desató una feroz lucha, en la que Quiroga trató de evitar que las fuerzas de Paz se deslizaran por las orillas del monte (bosquecillo) que rodeaba a la laguna.
Paz envió a las divisiones de La Madrid y Echeverría, al frente y de flanco, a las que debieron retroceder. Luego de esto, se presentó la reserva la cual restableció el combate y lo ganó, arrollando a la izquierda federal, la cual emprendió su fuga.
Panel demostrativo del desarrollo como la batalla de Oncativo con una breve explicación de la misma en la parte inferior. Esta imagen fue tomada en el museo del Liceo Militar General Paz ( Córdoba, Argentina ). Autor  Swicher
PARTE DE LA VICTORIA
Era la media noche del 25 de febrero de 1830, cuando Paz avisó, desde su cuartel en Impira, que las tropas federales habían sido derrotadas en aquella jornada.
En el parte, también se informa a cerca de las bajas y prisioneros. Luego, tres días más tarde, se envía un nuevo parte detallado al gobernador delegado de la Provincia de Córdoba, dando a conocer otras noticias y de aquella acción guerrera.
Más tarde, el 8 de marzo de 1830, el ministro Dr. Juan Antonio Saráchaga cursaba una nota al teniente coronel Rafael Torres, disponiendo que pasara rápidamente al Ministerio de Guerra un estado detallado de la fuerza y el armamento. También le recuerda que trate de recuperar las armas que habían quedado esparcidas por los campos de Laguna Larga luego de la acción bélica.
Localización de Laguna Larga en Provincia de Córdoba (Argentina)
REPERCUCIONES
Después de la batalla, Quiroga pierde Córdoba para siempre, Villafañe y su columna se retiran a La Rioja.18 Se efectúa en Buenos Aires el nombramiento de Anchorena y el decreto contra los decembristas intensificándose en las zonas federales la persecución de los unitarios.
El general Paz dividió su ejército, enviando divisiones a la conquista de las provincias del oeste y del noroeste, quedando la Argentina desde entonces dividida en dos estados beligerantes.
El gobernador federal porteño Rosas prepara un ejército para enfrentar a Paz. El jefe cordobés inicia la ofensiva. Se generaliza la guerra.
Juan Manuel de Rosas
Juan Manuel de Rosas.jpg
Juan Manuel de Rosas hacia 1840

Coat of arms of the Buenos Aires Province.png
13º.17º.Gobernador de Buenos Aires
8 de diciembre de 1829-17 de diciembre de1832
PredecesorJuan José Viamonte
SucesorJuan Ramón Balcarce

7 de marzo de 1835-3 de febrero de 1852
PredecesorManuel Vicente Maza
SucesorVicente López y Planes

Información personal
Nacimiento30 de marzo de 1793
Buenos AiresBandera de España Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento14 de marzo de 1877 (83 años)
SouthamptonBandera del Reino Unido Reino Unido
Lugar de sepulturaCementerio de la Recoleta
NacionalidadArgentina
Partido políticoPartido Federal
Familia
CónyugeMaría de la Encarnación Ezcurra
Hijos
Pedro Pablo Rosas y Belgrano(adoptivo)
Juan Bautista de Rosas
María de Rosas
Manuela Robustiana Ortiz de Rozas
Ángela Rosas (no reconocida)
Emilio Rosas (no reconocido)
Joaqín Rosas (no reconocido)
Nicanora Rosas (no reconocida)
Justina Rosas (no reconocida)
Adrián Rosas (no reconocido)
Información profesional
OcupaciónEstancieromilitar y político
Rango
Participó enGuerras civiles argentinas
FirmaFirma del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas.jpg
Quiroga cruza el sur de Córdoba y conquista Cuyo. El gobernador federal santafesino Estanislao López emplea una táctica de desgaste contra Paz, aliándose con federales cordobeses, como los hermanos Reynafé. Paz cae sorpresivamente prisionero en las cercanías del fortín de El Tío, y comienza a desmoronarse su sector.
Estanislao López y Juan Ramón Balcarce entran con su ejército en la ciudad de Córdoba el 1º de junio de 1831. Lamadrid es derrotado en La Ciudadela
— entonces un bastión prácticamente en los arrabales de San Miguel de Tucumán — por Quiroga, quien en 1832 firma la paz con Salta, y concluye oficialmente la guerra que tuvo su punto culminante en Laguna Larga.
LA BATALLA DE ONCATIVO LLEVA ESA DENOMINACIÓN POR HABERSE DADO FRENTE A LA LAGUNA DE ONCATIVO Y A ESCASA DISTANCIA DE LA POSTA DE ONCATIVO, AMBAS REFERENCIAS DISTANTE A UNOS DIEZ KILÓMETROS DE LA LAGUNA LARGA.
Oncativo Cordoba del Este
OTRAS CONSIDERACIONES DE LA BATALLA DE ONCATIVO - 25 de febrero de 1830. - (La Gazeta Federal)
ENTRE LA TABLADA Y ONCATIVO
La derrota sufrida por Quiroga en la batalla de La Tablada, tiene repercusiones no sólo de carácter político y militar, sino también psicológico, porque en ella se demuestra que él no es militarmente invencible, que no lleva escuadrones de Copiangos, capaces de convertirse en tigres durante las peleas, que el caballo moro que monta no le aconseja, y que no pacta con el diablo, como llegarían a suponer ciertos paisanos de la campaña cordobesa.

En vísperas de La Tablada, cuando el gobernador de Santa Fe ofrece sus servicios como mediador, Facundo los rechaza airadamente. En cambio, ahora, cuando se prepara para la batalla de Oncativo, es él quien se dirige al general Paz con una extensa carta que es, al propio tiempo que un alegato, una especie de punta de lanza que puede abrir el camino a las negociaciones.

Este documento, fechado en Mendoza el 10 de enero de 1830, plantea las siguientes cuestiones: 
  • La responsabilidad de que el país esté envuelto en una sangrienta guerra civil es de un grupo de militares unitarios, entre ellos, principalmente, el general Paz.
  • Facundo se queja de la forma en que lo difaman por medio de documentos inventados; asegura que si ha hecho la guerra, es porque se lo han mandado las autoridades de su provincia o las de la Convención.
  • Que los sublevados en Arequito, a las órdenes del general Bustos, pelean con el designio de libertar a sus hermanos
  • Que los hechos vienen demostrando, en campos de batalla como los de Gamonal, Cepeda, etc.
  • Que los pueblos están en condiciones de derrotar a los tiranos.
  • Que no habrá paz mientras no sean garantizados los derechos de las provincias y sus habitantes.
  • Que es preferible un gran sacrificio, hecho en una gran batalla, para decidir la suerte del país, que seguir viviendo en medio de la anarquía.
  • Que él se moviliza con tal propósito; que si el general Paz quiere evitar males mayores, deponga las armas.
Las frases finales de la carta, de interpretación difícil, porque son de expresión dudosa, dicen así:
"El infrascripto se mueve con ese objeto, y se mueve invitando al general Paz para que emplee su cooperación al preindicado fin. En su negativa no verá sino una barrera y un obstáculo a la Constitución del país que es preciso allanar previamente".
"Si el general Paz identificase sus miras con los caros intereses de la provincia de Córdoba y con los de la Nación, para sacarla de la condición humillante que tiene, haciéndola aparecer constituida, no faltarían seguridades y garantías, que tranquilizasen hasta el más comprometido".
Al recibir esta comunicación, en la que Quiroga anuncia dirigirse también al gobernador de Santa Fe, el general Paz queda un tanto desconcertado, pues no termina de entender si se trata de una invitación para que inicien negociaciones, o de una recriminación por cuestiones de tiempos ya pasados, según lo que el mismo general manifiesta años más tarde en sus Memorias:
"Al moverse de Mendoza (se refiere a Quiroga) despachó comunicaciones para mí, por medio de un oficial Tablada, cordobés, a quien acompañaba otro oficial mendocino. Fueron recibidos por mí con civilidad y tratados con decencia. En las comunicaciones es verdad que hablaba de paz, pero eran más bien una recapitulación de agravios verdaderos o supuestos, traídos muy mal apropósito para indicar intenciones verdaderamente pacíficas. Mi contestación fue decirle que si queríamos arribar a, un arreglo y terminar la guerra, era necesario no ocuparnos de recriminaciones; recriminaciones que podía destruir yo por mi parte y alegar extensamente de la suya, lo que sería entrar en una interminable polémica. Que sobre esta base estaba próximo a entenderme y aun a celebrar un armisticio y mandar comisionados, como iba a hacerlo, pero a condición de que no pisase la provincia de Córdoba hasta después de que se hubiesen roto las negociaciones, si no tenía lugar la deseada transacción ".
Después de asumir esta actitud, el general Paz manda de regreso a los emisarios de Quiroga, indicándoles que a la mayor brevedad posible ha de nombrar los suyos, lo que hace al poco tiempo, con la designación del comandante Wenceslao Paunero y del señor Eduardo Bulnes, quienes se ponen en marcha hacia el campo enemigo, situado en estos momentos, según supone el general, en la provincia de Mendoza.

No es fácil explicarse por qué manda aquella larga carta el caudillo riojano, pues no parece volver a pensar en ella, ni le presta la menor atención a la contrapropuesta del general Paz; lejos de ello, termina de reorganizar sus fuerzas y las divide en dos grandes ejércitos: uno, mandado por él mismo, que deberá penetrar al territorio de Córdoba por el sur, y otro, a las órdenes del general Villafañe, que tiene que hacerlo por el norte.
Monolito de la Batalla de Laguna Larga. RN 9 km 642.
Esta dispersión de fuerzas, en un lugar donde las comunicaciones son precarias y las distancias inmensas, va a ser causante de muchos males para Facundo, en el momento en que necesite a todos sus efectivos reunidos, para lanzarlos a la acción. Comienza mal su campaña. Por eso va a cumplirse en él un axioma militar que los hechos nunca desmienten: 
  • "Los errores cometidos en el comienzo de la guerra no se corrigen en el curso de las operaciones".
Al indicarle al general Villafañe lugar y fecha para que se le reúna con el ejército del Norte, Facundo no parece tener en cuenta la posible influencia de los elementos de la naturaleza, Y esto lo pierde sobre su nuevo campo de batalla.

Los emisarios que ahora están en juego no son solamente los de Paz y Facundo. También el gobierno de Buenos Aires envía los suyos al campamento del jefe unitario, quien los atiende sin olvidar los preparativos militares, cada vez más urgentes. Estos negociadores, los señores Cavia y Cernadas.

Los cita, los atiende brevemente y les pide disculpas por no estar en condiciones de continuar las tratativas, en virtud de las múltiples ocupaciones que tiene. Los cita para un día y hora determinada. Luego, con una anticipación razonable, les manda decir que la entrevista tendrá que ser al día siguiente. Los espía día y noche. Les manda presuntos federales, que sólo son unítarios disfrazados. Finalmente llega a la conclusión de que los supuestos emisarios son verdaderos espías. Entonces, en una de sus muchas entrevistas, les pregunta:
-¿Qué bases creen ustedes que deben utilizarse, para proponerle al general Quiroga un arreglo?
Los emisarios dudan y no es sino después de que se consultan con la mirada que uno de ellos responde:
- Habría que verlo.
Paz simula no advertir el desconcierto de los emisarios y vuelve a preguntar:
- ¿Qué ocurrirá en el caso de que el general Quiroga no quiera entrar en tratos?
Los emisarios se encogen de hombros. Luego dicen que para averiguarlo tendrían que trasladarse al campo adversario. Paz se da cuenta de que eso es lo que ellos quieren hacer, para informar a Quiroga sobre detalles militares relacionados con la situación del jefe unitario; y se abstiene de ofrecerles un salvoconducto. En cambio les pregunta si el gobierno de Buenos Aires estaría dispuesto a servir de garante en el caso de que se llegase a un arreglo. Los emisarios responden con evasivas:
- Podríamos ofrecer una garantía moral. No estamos autorizados para otra cosa...
Paz retiene a los delegados bonaerenses, pues, por su parte a enviado dos emisarios a Facundo, de acuerdo con la carta de aquél. Dichos emisarios iniciarán tratativas siempre que Facundo se comprometa a no invadir Córdoba, mientras duren las negociaciones. Pero, en su viaje hacia Mendoza, al llegar a Río Cuarto, los emisarios de Paz dan media vuelta al ver que Facundo se encuentra allí con sus tropas.

En vista de lo acontecido, cuando los embajadores porteños piden sus pasaportes para volver a Buenos Aires, el jefe unitario se los entrega. Ya sobre la marcha, dichos embajadores, al enterarse de la proximidad de Facundo, vuelven al campamento de Paz, para solicitar autorización a fin de iniciar nuevas tratativas. El general Paz accede, pero con ciertas condiciones:
"Mi contestación dice el jefe unitario fue que jamás había rehusado la paz y que la acogía, aun entonces, si me la ofrecían honrosa y sincera; pero que en el estado a que habían llegado las cosas, no podía perder el tiempo que me era preciso, en negociaciones estériles. Que me ratificaba en la condición que había exigido antes para que principiásemos a entendernos. Que si sobre ese antecedente podían hacer algo, me lo avisasen de inmediato, sin que pasasen más de dos horas después de que estuviesen en el cuartel general enemigo, y que, de no hacerlo, daría por rotas las negociaciones".
Lo que dice el general Paz es cierto. Pero hay algo que él no confiesa y que, de haber sido confesado, permitiría una apreciación diametralmente opuesta a la que él hace. Para poner en claro esto, bastará con pensar en que, ni el general Paz sabe a ciencia cierta con cuántos hombres avanza Quiroga, ni éste tiene un detalle de los elementos que integran el ejército del jefe unitario. Y entonces, en tales condiciones, y de acuerdo con lo que ha sido y sigue siendo tradicional en las guerras, ¿cómo sorprenderse de que ambos traten de ganar tiempo, tanto para ocupar posiciones ventajosas como para conocer el número de fuerzas con que cuenta el enemigo y el dispositivo de las tropas a su mando?

No resulta demasiado aventurado admitir, por la forma en que se desarrollan los prolegómenos de la batalla de Oncativo, que, tanto el general Paz como Facundo Quiroga tratan de ganar tiempo, mientras van ubicando a sus tropas en el dispositivo que consideran más adecuado al futuro desarrollo de sus planes. Y entonces, cuando aparecen dentro de aquel escenario dos negociadores que se dicen interesados en evitar la lucha, como representantes de gobiernos neutrales, ¿cómo no han de tratar ambos beligerantes de procurar obtener ventajas de aquel proyecto de negociación?

A Facundo le conviene ganar tiempo, porque así puede esperar la llegada de la división que se aproxima a las órdenes del general Villafañe. En cuanto al general Paz, que ya no tiene nada que esperar y que lo único que busca es una oportunidad de iniciar la lucha en condiciones ventajosas, ¿por qué no ha de procurar sacar provecho de aquella circunstancia?

Sin duda alguna, en este juego de las, negociaciones, hay una evidente mala fe por parte de los jefes de los dos ejércitos. Y allí están ellos: Facundo esperando la llegada de Villafañe; Paz, tratando de ganar tiempo, a la espera del mejor momento para lanzarse a la lucha.
Estanislao López
Estanislao López.JPG
Estanislao López, dibujo de Pellegrini, litografía de Bacle.
LA SORPRESA DE ONCATIVO
Mientras el general Paz entretiene a los negociadores, con su ejército ya listo para presentar batalla, Facundo permanece a la espera de la División del general Villafañe, sin cuyos mil hombres no está, o no cree estar, en condiciones de actuar con posibilidades de éxito. Espera, además, los refuerzos prometidos por el brigadier Estanislao López, que aún no aparecen por el rumbo de Santa Fe.

El problema de Facundo consiste en ganar tiempo, y es para ganarlo que resuelve instalar su campamento en los campos de Oncativo, cerca del lugar denominado Laguna Larga, en 
"una hermosa planicie que se prolonga por muchas leguas en dirección al sud y al este, en cuyo centro hay un bosque de setecientas u ochocientas hectáreas". 
Es precisamente este bosquecillo el que Facundo manda rodear con las cien carretas con que cuenta, 
"colocadas del modo más conveniente para defenderlo y contener la infantería, que con ocho piezas de artillería se encuentra fortificada. Esta pequeña e improvisada fortaleza queda en el centro de su línea de batalla y en una posición saliente, quedando a ambos costados poco más atrás, y como formando escalón, sus dos alas, que se componen de pura caballería".
Cuando los comisionados del gobierno de Buenos Aires llegan a este campamento, Facundo, que ya no sabe cómo seguir ganando tiempo, los recibe con los brazos abiertos y manda realizar una gran parada militar para agasajarlos. Por supuesto, el plazo fijado por el general Paz transcurre mientras se prepara la parada, sin que los emisarios prevengan a Facundo que, transcurridas aquellas fatídicas dos horas, puede ser atacado en cualquier momento.

El general Paz, enterado de que Facundo no actúa porque está a la espera de refuerzos, dispone sus fuerzas en tres columnas, con su correspondiente reserva, y una pequeña vanguardia, avanzando sobre los llanos de Oncativo.

La primera noticia que recibe Quiroga es por intermedio de su ayudante, el capitán Ortega, quien, habiendo llegado en pleno galope, le previene que el ejército del general Paz está a la vista, formado en batalla. A pesar de que el reumatismo dificulta sus movimientos, Facundo monta a caballo, dispone que los escuadrones de la parada se unan a sus regimientos, y que la infantería y artillería abran fuego.

En este mismo momento carga la caballería a las órdenes del coronel Lamadrid, y se generaliza el combate. La caballería riojana resiste la carga, al grito de ¡viva Quiroga!, y aun contraataca. Como en otras ocasiones, Lamadrid, que lleva la peor parte en el primer choque con Facundo, ve ceder a sus tropas. Pero es precisamente en este momento cuando entran en acción los coraceros del coronel Pringles, apoyados por las fuerzas de Lamadrid, que se reorganizan.
José Félix Aldao
José F Aldao.JPG

Mendoza province COA.png
25° Gobernador de la Provincia de Mendoza
24 de noviembre de 1841-19 de enero de 1845
PredecesorGregorio Aráoz de La Madrid
SucesorCeledonio de la Cuesta

Información personal
Nacimiento1785
MendozaBandera de España Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento1845
MendozaFlag of Argentina.svg Argentina
Causa de muerteCausas naturales Ver y modificar los datos en Wikidata
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoFederal
Información profesional
OcupaciónFraile y militar
Rango
Quiroga siente la superioridad del número y comienza a retirarse, mientras el coronel Aldao va reuniendo a los dispersos. Poco después, a la cabeza de trescientos jinetes, Facundo intenta recuperar el terreno perdido, pero ya es tarde. Su infantería y su artillería, rodeadas por la caballería unitaria, se rinden sin la menor posibilidad de ofrecer resistencia. Al ver que Facundo se retira con Aldao en medio de un grupo de trescientos jinetes, después de haber intentado infructuosas cargas, Lamadrid, su vencido de "El Tala" y de "Rincón de Valladares", vislumbra la posibilidad de una revancha. El episodio es digno de que se le recuerde a través del relato que el propio Lamadrid hace:
"Quiroga se movía en estas circunstancias en retirada con más de trescientos hombres formados en batalla hacia el sur".
"Yo iba al frente de mis veinticinco voluntarios, díjeles «al galope», y marchando a este aire grité a los enemigos con voz atronadora: «¡Díganle a ese Quiroga que aquí está Lamadrid a buscarle, que se pare si es gente! » Me lancé sobre su línea que apretaba el galope cada vez más".
"Del resto de mis voluntarios que habían quedado formados y aun del cuerpo de coraceros, se escaparon algunos hombres bien montados y corrieron a incorporárseme así que emprendí el galope. Cuando yo lo advertí habíamos agregado a mis veinticinco voluntarios, que los mandaba el teniente don Juan Navarro, como igual número de hombres entre voluntarios y coraceros, y venía con los pocos soldados coraceros un teniente o ayudante salteño de dicho cuerpo cuyo nombre no recuerdo"
"Apuraba yo cada vez más la carrera a mis cincuenta hombres sin cesar de gritar a Quiroga que se parara, y haciéndole lancear a cuantos hombres alcanzábamos; pero el valiente Quiroga, sordo a mi voz y olvidándose del encargo que me había mandado hacer con el mayor Paunero, apretaba cada vez más su fuga".
"Le habría perseguido ya dos leguas y media largas y lanceándole sin parar más de veinticinco hombres que habíamos alcanzado, cuando llegando ya a la línea enemiga como a dos tercios de cuadra, pásanse a mi izquierda dos soldados de la escolta de Quiroga vestidos de colorado, con sus caballos cansados; dos valientes sargentos de mis voluntarios: Magallanes, entrerriano, y Ludueña, salteño, dirígense a lancearlos."
"Advertido por mí esto, diríjome a ellos gritando: «No maten a esos hombres pues quiero que me digan cuál es Quiroga». Pregúntoselo a ellos mismos y me señalan al Este una partida como de doce hombres, que corrían a escape como a cuatro cuadras de distancia. «¿En qué caballo va?», dígoles y contestándome que un castaño overo. «Lanceen a esos hombres», dije a mis sargentos bárbaramente, y lo sentí después, gritando a mis soldados: «El que tenga buen caballo que me siga», cerré las espuelas al mío, que era superior, en alcance de Quiroga."
"A poco instante paróse otro igualmente con el caballo cansado. Cuando yo volví la vista a ver quiénes me seguían, divisé que a más de los dos sargentos venía el teniente de coraceros salteño con dos hombres de su cuerpo. A las seis u ocho cuadras de persecución con dichos cinco hombres, párase un soldado de la partida enemiga con el caballo cansado y conteniendo mi caballo sin pararlo le pregunté cuál de aquellos era Quiroga. «No viene aquí», me contestó. «Lancéenlo», dije a los que venían atrás, y pasé, a escape."
"A poco instante paróse otro igualmente con el caballo cansado, y siendo igual su respuesta de no ir allí Quiroga, repetí la misma orden y seguí sin detenerme. Aparece a las pocas cuadras más un tercer hombre, y dirigiéndole la misma pregunta, respóndeme: «No viene aquí, señor»".
"Indignado entonces por el chasco que me habían dado los dos soldados de la escolta, paré mi caballo y dije: «No maten a este hombre; bien lanceados fueron los hombres que me engañaron». Sólo sentía yo por los dos pobres que había mandado lancear de esta partida y mandé echar pie a tierra para que resollaran los caballos que estaban temblando y chorréandoles el sudor, porque como una legua había perseguido a todo correr a estos últimos."
Respecto de la captura del fraile Aldao, en cuyas circunstancias Facundo escapa milagrosamente, existen varias versiones. El coronel Lamadrid dice que estaba borracho, y que al ser capturado Facundo se encontraba a pocos pasos de él, con el caballo cansado. Sarmiento cuenta que lo llevan a Córdoba montado en un burro, y que cuando el coronel que lo acompaña le dice: - Malvado, has cubierto de luto a tu patria.

  • - También le he dado días de gloria – contesta Aldao
José María Paz
LA REVANCHA DE LAMADRID
Después del desastre de Oncativo, Facundo huye hacia Buenos Aires seguido por un puñado de hombres, los únicos sobrevivientes libres de su poderoso ejército del día antes. Lo ha perdido un error: el de separarse de la División del general Villafañe, quien llega al campo de batalla cuando todo está terminado, sin poder hacer otra cosa que dar media vuelta y retirarse, para evitar que lo tomen prisionero con toda su gente.

Así culmína la segunda y también la más amarga de las derrotas sufridas por Quiroga. Y así comienza una nueva etapa en el desarrollo de esta sangrienta guerra civil, que parece destinada a no llegar nunca a su término.

El federalismo está vencido en la mayor parte de la extensión del país, en todo el noroeste, desde donde se aleja el caudillo que dominase a voluntad la vasta región durante los últimos años. Y mientras esto ocurre, mientras Facundo se aleja, el general Paz va a tomar posesión de las provincias sometidas a la influencia de aquél: Lamadrid, el enemigo tradicional de Quiroga, ocupa La Rioja con el carácter de gobernador militar y civil; Videla Castillo va a Mendoza; Albarracín a San Juan; el coronel Deheza a Santiago del Estero.
Gaspar Julián de Villafañe

Coat of arms of La Rioja province.png
7º gobernador de la Provincia de La Rioja
10 de julio de 1829-30 de junio de 1830
PredecesorJosé Patricio del Moral
SucesorGregorio Aráoz de Lamadrid

Información personal

1789
Bandera de Argentina La Rioja

1845
Bandera de Argentina La Rioja

Argentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional

Comerciante y militar

Guerras civiles argentinas
Pocos días después de su llegada, Lamadrid promulga una ley en virtud de la cual 
"la provincia de La Rioja es dependiente del gobierno de Córdoba, reconociendo al general Paz como jefe supremo, y quedando fuera de la ley, como reos, los generales Quiroga y Villafañe”
Los abusos de Lamadrid en La Rioja, además de caracterizarse por una venalidad indudable, sobrepasan los límites de todo lo que se le atribuye a Facundo. Este, por lo menos, no toma venganza sobre los progenitores de sus enemigos, sino sobre ellos mismos. Lamadrid, en cambio, obsesionado por los tapados de oro y plata de Facundo, al no conseguir que la madre del caudillo confiese dónde se encuentran, la manda arrestar y luego la carga con cadenas.

Existe una carta de Lamadrid, dirigida a un señor llamado Juan Pablo Carvallo
en la que, después de anunciar el lugar donde se encuentra "el gran tapado de onzas", y de indicarle cómo puede obtenerlo, le aconseja que "no diga el número de onzas que son, y si lo dice al darme parte, que sea después de haberme separado una trescientas o más onzas. Después de tanto fregarse por la patria, no es regular ser zonzo cuando se encuentra ocasión de tomar una parte sin perjuicio de terceros".
No se trata de un infundio de los enemigos de Lamadrid, pues el propio general Paz dice en sus memorias, refiriéndose a tales hechos:
"Prescindiré de censurar la terrible irregularidad con que se manejó el negocio de los entierros (tapados) de dinero de Quiroga, y el desgreño con que se expidió un caudal que en aquellas circunstancias y en esas pobres provincias era de cuantía. Según lo expresaba el general Quiroga, el dinero que por él fue suministrado pasaba de noventa mil pesos fuertes, mientras que lo que se me dio noticias por cartas particulares de los coroneles Lamadrid y Plaza, apenas llegaba a treinta y dos mil. Hasta ahora no había dado crédito a lo primero; mas a la vista de las revelaciones que nos hace la Memoria, creo cierta la aserción del general Quiroga."
Las anécdotas relacionadas con abusos cometidos por Facundo no tienen fin, y si bien muchas de ellas corresponden a hechos reales, las inventadas por sus enemigos no son menos. Lo propio puede ocurrir con los abusos de Lamadrid durante su permanencia en la región de los Andes, especialmente en La Rioja y Mendoza.

No se trata, aquí, de recordar los abusos de Lamadrid para justificar los de Facundo en ciertos casos. Pero así como antes se hace referencia a los fusilamientos ordenados por Facundo en La Rioja, después de su derrota en La Tablada, procedamos en igual forma con los que realizan sus enemigos, pues esto, sin justificar a nadie, permite obtener una semblanza de la barbarie que caracteriza a tales tiempos, tanto en el bando federal, como en el unitario.

A raíz del proceso que Lamadrid manda instruir contra Facundo, y en el que las principales acusaciones resultan de lo declarado por los enemigos personales del segundo, un sobrino del general Bustos que está radicado en Mendoza, el doctor Francisco Ignacio Bustos, comienza una serie de publicaciones en las que pone al desnudo todos los abusos de los nuevos gobernantes unitarios: 
"violación de domicilios y de correspondencia, detenciones arbitrarias de respetable ciudadanos, saqueos de templos"...
Lamadrid, uno de los principales acusados, se impacienta y marcha hacia Mendoza para detener a Bustos, quien huye rumbo a la cordillera. Las autoridades mendocinas lo persiguen, lo detienen y se lo entregan. La esposa del preso se presenta ante Lamadrid e implora perdón de rodillas. Lamadrid fija una multa de seis mil pesos, que la señora de Bustos paga. Pero Bustos no recobra la libertad, porque lo matan cuando va a montar en un caballo que los propios ayudantes de Lamadrid le proporcionan.
Monolito de la Batalla de Laguna Larga. RN 9 km 642.
En Mendoza, Lamadrid publica un bando por medio del cual exige, en forma conminatoria
  • Que todos los enemigos del régimen unitario entreguen sus bienes al gobierno. 
  • Crea un padrón de federales y de prófugos, cuyas pertenencias son saqueadas. 
  • Ordena la constitución de un tribunal militar que en el mismo día en que inicia sus actividades condena a muerte a Ciriaco Ortega y a Juan Bautista Sosa
  • Veinte días más tarde también manda al paredón de fusilamientos a Francisco Quiróz, José A. Garramuño, Francisco Ureña, José A. Arroyo, Felipe Ahumada, Lino Agüero y José L. Funes
  • Se ordena la confiscación de los últimos efectos que les quedan a los federales, y como casi todos éstos se encuentran prófugos, se encarcela a sus mujeres.
Evidentemente, el general Lamadrid tampoco es lento ni demasiado escrupuloso, cuando llega la hora de su revancha. Quizá no pueda decirse que los abusos que comete sean tan atroces como los que cometiera Facundo en esos mismos lugares, algún tiempo antes. Es evidente, en cambio, que existe una diferencia en la forma de los procedimientos, pues Facundo decretaba por sí y ante sí, cuando no era él mismo un ejecutor directo, la muerte de aquellos que, a su juicio, merecían aquel castigo. Lamadrid, en cambio, no mataba él mismo. Se limitaba a disponer que se fusilase.

La revancha de Lamadrid es llevada a cabo, por él al igual que por muchos de sus subordinados, con el convencimiento de que Facundo no podrá jamás pedirles cuentas de sus actos, porque, refugiado como se encuentra en Buenos Aires, nunca volverá a poner sus pies en La Rioja, ni en las provincias de Cuyo.

El vuelco que ha dado la situación, en favor de los unitarios y en contra de los federales, después de la derrota sufrida por Facundo en Oncativo, es de tal magnitud y está rodeado de tales circunstancias, que nadie llega a pensar, ni siquiera remotamente, en que el caudillo riojano pueda recuperarse...
Gral.Gregorio A. de Lamadrid. 

HISTORIA DE ONCATIVO
Antes de la llegada de los colonizadores españoles, la zona en la que hoy se asienta el pueblo estaba muy poco poblada, principalmente por pueblos indígenas nómadas como los taluhet y los sanavirones, sobre todo a partir del siglo XIV.

Con la progresiva colonización, y al estar en la vía entre las ciudades de Buenos Aires y Córdoba, esta zona pronto se fue dedicando a la ganadería, por lo que estuvo poblada principalmente por gauchos.

La primera mención de la zona con el nombre de “Oncativo” se registra en 1822, pero se estima que la fecha de fundación de Oncativo fue el 1 de septiembre de 1869, poco después de que llegara a la zona el Ferrocarril Central Argentino. Ya desde mucho antes, sin embargo, diversas familias habían comenzado a instalarse en los alrededores de la “Estación Oncativo” del Ferrocarril, anteriormente conocida como “La Bomba”.

El 25 de febrero de 1830 se libró en estas tierras la Batalla de Oncativo, también conocida como Batalla de Laguna Larga, en el marco de las guerras civiles de Argentina. El enfrentamiento fue entre los bandos federal y unitario, resultando vencedores los unitarios al mando del general José María Paz.

Las primeras familias extranjeras, principalmente italianas del Piamonte, llegaron después de 1895. Para 1904 se funda la Escuela Primaria José María Paz, la primera de Oncativo, con 457 alumnos, y que funcionaba en una sola habitación. Habría que esperar hasta 1957 para que se inaugurara una nueva edificación acorde a la escuela, que contó con siete aulas. Sin embargo, ya en 1934 se había fundado la segunda institución educativa, la escuela Emilio F. Olmos. En 1954 se fundó el Instituto Secundario Oncativo, para suplir la necesidad de educación secundaria en la localidad.

Desde 1923 comenzaron las diligencias para la construcción del Palacio Municipal de Oncativo, el cual no se inauguraría hasta el 25 de febrero de 1930, con motivo del centenario de la Batalla de Oncativo.
ESTACIÓN ONCATIVO
Termino quechua "uncu" enfermo y "tiwu" arena, o sea más o menos arenales enfermizos, luego los españoles las castellanizaron quedando Oncativo. Esta pequeña pero hermosa ciudad del sudeste cordobés tiene en la actualidad unos 16.000 habitantes y fue fundada 9 de setiembre de 1869.
La ruta cruza por el medio de esta coqueta ciudad con un centro comercial muy activo a esa hora de la mañana cercana ya al mediodía y la estación es el centro neuralgico de ella.

Juan Facundo Quiroga . A medida que el personaje central de Sarmiento deFacundo , que representa la barbarie, la antítesis de la civilización. (Retrato de Fernando García del Molino )
Referencias
  1. Volver arriba Ferrari Rueda, 1968: 185, había adquirido armas en Chile.
    Después del doble triunfo que obtuvo en La Tablada el general José María Paz sobre el general Juan Facundo Quiroga, el 22 y 23 de junio de 1829, el gobernador de Santa Fe, Estanislao López, ofreció su mediación ante ambos para que terminase la guerra entre Córdoba y las provincias de Cuyo y La Rioja. (...) Quiroga, después de la batalla de La Tablada, se había establecido en Mendoza, poniéndose febrilmente en la tarea de reorganizar su ejército con soldados de La Rioja, Catamarca, San Juan y San Luis.
  2. ↑ Saltar a:a b c Félix Best (1960). La geografica en nuestras guerras. Las fuerzas argentinas y adversarias en nuestras campafias militares. Guerra de la independencia. Las guerras civiles. Tomo I. Buenos Aires: Ediciones Peuser, pp. 380.
    Las bajas sufridas por el ejército de Quiroga, dan al combate el carácter de victoria de aniquilamiento; 1.000 fueron los muertos y heridos en ambos días de combate y 500 los prisioneros federales, entre ellos Aldao; las pérdidas unitarias no se conocen, pero se presumen muy inferiores, (...).
  3. Volver arriba Clodfelter, Micheal (2002). Warfare and Armed Conflicts: A Statistical Reference to Casualty and Other Figures, 1500-2000. Londres: McFarland, pp. 352. ISBN 978-0-78641-204-4.
  4. Volver arriba David Marley (2008). Wars of the Americas: a chronology of armed conflict in the Western Hemisphere, 1492 to the present. Tomo I. Santa Bárbara: ABC CLIO, pp. 711. ISBN 978-1-59884-100-8.
  5. Volver arriba De Ferrari Rueda, Rodolfo (1968). Historia de Córdoba. Tomo II. Buenos Aires: Biffignandi Ediciones, pp. 185.
    Contaba con 1000 hombres de infantería, en 3 batallones de línea, 70 artilleros, con una batería de 6 piezas y, el resto, de caballería.
  6. Volver arriba Martí Garro, Pedro Enrique (1982). Historia de la artillería argentina. Buenos Aires: Comisión del Arma de Artillería Santa Barbara, pp. 497.
    El ejército de Paz, contaba con un total de 4078 hombres, de los cuales 1000 eran infantes, 3008 de caballería y 70 artilleros con seis piezas.
  7. Volver arriba De Ferrari Rueda, Rodolfo (1964). Historia de Córdoba. Tomo I. Buenos Aires: Biffignandi Ediciones, pp. 185
  8. ↑ Saltar a:a b c Edmund Burke (1831). The Annual register of world events: a review of the year 1830. Londres: Imprenta de Baldwin & Cradock, pp. 309
  9. ↑ Saltar a:a b Pedro Enrique Martí Garro (1982). Historia de la artillería argentina. Buenos Aires: Comisión del Arma de Artillería "Santa Barbara", pp. 497
  10. Volver arriba Robert L. Scheina (2003). Latin America’s Wars: The Age of the "Caudillo", 1791-1899. Tomo I. Washington DC: Potomac Books Inc., pp. 26. ISBN 978-1-59797-477-6.
  11. ↑ Saltar a:a b Marcos de Estrada (1979). Argentinos de origen africano. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, pp. 39
  12. Volver arriba Héctor D. Arias, Carmen P. de Varese (1966). Historia de San Juan. San Juan: Editorial Spadoni, pp. 186.
  13. Volver arriba Roberto D. Müller (2010). Noticias de "Burgess Farm": Vida de Rosas en el destierro. Buenos Aires: OLMO Ediciones, pp. 127. ISBN 978-987-1555-11-6.
  14. Volver arriba Revisionistas » Blog Archive » José Benito Villafañe
  15. Volver arriba Ricardo Levene (1962) [1939]. Historia de la nación argentina : desde los origenes hasta la organización definitiva en 1862. Academia Nacional de la Historia (Argentina), Editorial El Ateneo, Buenos Aires.
  16. Volver arriba Rodolfo de Ferrari Rueda (1964). Historia de Córdoba. Tomo I. Buenos Aires: Biffignandi Ediciones, pp. 186.
  17. Volver arriba Juan Beverina (1973). El general José María Paz: sus campañas y su doctrina militar. Buenos Aires: Editorial Rioplatense.
  18. ↑ Saltar a:a b La guía 2000 - Las Batallas de La Tablada y Oncativo - La guía de Historia
  19. ↑ Saltar a:a b Adolfo P. Carranza, Alejandro Rosa, José Juan Biedma (1889). Revista Nacional. Tomo X. Buenos Aires: J. Canter, pp. 324.
  20. Volver arriba Adolfo P. Carranza, Alejandro Rosa, José Juan Biedma (1889). Revista Nacional. Tomo X. Buenos Aires: J. Canter, pp. 325
  21. Volver arriba Gregorio Aráoz de la Madrid (1947). Memorias del general Gregorio Aráoz de la Madrid. Tomo I. Buenos Aires: Tall. Gráf Buschi, pp. 427.
  22. ↑ Saltar a:a b José María Paz (1924). Memorias póstumas del general José María Paz. Tomo I. Buenos Aires: Impr. "La Discusión", Ireneo Rebollo, editor, pp. 127.
Facundo: Civilización y Barbarie
Una cubierta de libro sencillo
La portada de la versión original a partir de 1845.
AutorDomingo Faustino Sarmiento
Titulo originalFacundo: Civilización y Barbarie
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Oncativo
http://www.lagazeta.com.ar/oncativo.htm

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