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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

26 de septiembre de 2019

BATALLA DE TUCUMÁN, 24 Y 25 DE SEPTIEMBRE DE 1812 (Guerra de la Independencia Argentina).

La Batalla de Tucumán, pintura de Francisco Fortuny(1865-1942)
LA BATALLA DE TUCUMÁN
Fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812 en las inmediaciones de la ciudad de San Miguel de Tucumán, durante la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú en el curso de la Guerra de la Independencia Argentina.
Batalla de Tucumán

"Tucumán 1812", óleo de Gerardo L. Flores Ivaldi que representa la actual plaza Independencia hacia 1812. Pueden verse el Cabildo de Tucumán y la iglesia de San Francisco
Manuel Belgrano
Manuel Belgrano.JPG
Manuel Belgrano durante su estadía en Londres; obra al óleo sobre tela de François Casimir Carbonnier, la imagen del fondo reproduce el primer izado de la Bandera Argentina nota 1

4.º General en Jefe del Ejército del Norte

Predecesor
Juan Martín de Pueyrredón

Sucesor
José de San Martín

8.º General en Jefe del Ejército del Norte
7 de agosto de 1816-11 de diciembre de 1819

Predecesor
José Rondeau

Sucesor
Francisco Fernández de la Cruz

Jefe del Regimiento de Patricios

Predecesor
Cornelio Saavedra

Sucesor
Gregorio Perdriel

Datos personales

Nacimiento
3 de junio de 1770
Bandera del Imperio Español Buenos AiresVirreinato del Perú

Fallecimiento
20 de junio de 1820 (50 años)
Bandera de Argentina Buenos AiresProvincias Unidas del Río de la Plata

Partido
Carlotismo

Cónyuge
María Josefa Ezcurra

Hijos
Pedro Rosas y Belgrano

Ocupación
Abogadoperiodistaeconomista,
político,
soldado y jurista

Alma máter
Universidad de Valladolid

Religión
Catolicismo
Firma Manuel Belgrano.svg
Firma de Manuel Belgrano
Batalla de Tucumán
El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano a quien secundara el coronel Eustoquio Díaz Vélez en su carácter de mayor general, derrotó a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán, que lo doblaban en número, deteniendo el avance realista sobre el noroeste argentino. Junto con la batalla de Salta, que tuvo lugar el 20 de febrero de 1813, el triunfo de Tucumán permitió a los rioplatenses o argentinos confirmar los límites de la región bajo su control.
Batalla de Tucumán
Guerra de Independencia de la Argentina
Batalla de Tucumán.jpg
La Batalla de Tucumán, pintura de Francisco Fortuny (1865-1942)

Fecha24-25 de septiembre de 1812
LugarSan Miguel de Tucumán

Coordenadas26°50′15″S 65°13′01″O (mapa)
ResultadoDecisiva victoria patriota
Beligerantes
Roundel of Argentina.svg Provincias Unidas del Río de la PlataFlag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Reino de España
Comandantes
Manuel BelgranoJuan Pío Tristán
Fuerzas en combate
1.600 -1.800 tropas
  • ~800 infantes
  • ~1.000 jinetes
4 piezas de artillería
3.000 tropas
  • ~2.000 infantes
  • ~1.000 jinetes
13 piezas de artillería
Bajas
65 muertos
187 heridos
453 muertos
354 -687prisioneros
8 -13 piezas de artillería capturadas

BATALLA DE TUCUMÁN POR PÁEZ LA TORRE 1/2
 https://www.youtube.com/watch?v=hH9z9SR9wgA

BATALLA DE TUCUMÁN POR PÁEZ LA TORRE 2/2
https://www.youtube.com/watch?v=H6alMtlkhJ0
ANTECEDENTES
La región del Alto Perú, el Altiplano de la actual Bolivia, estaba nuevamente en manos de los realistas o "godos" —partidarios del rey de España— desde la derrota de la batalla de Huaqui, en la que el inexperto revolucionario porteño Juan José Castelli no pudo hacer frente a las tropas del peruano realista Pío Tristán quien, al mando de un ejército de 3.000 hombres, avanzaba hacia el sur.
La Batalla de Tucumán, óleo de Tomás del Villar.
Las órdenes del Primer Triunvirato habían puesto a Manuel Belgrano al frente del Ejército del Norte el 27 de febrero de 1812. Instalado su cuartel general en San Salvador de Jujuy, Belgrano intentaba reanimar la moral del ejército patriota derrotado en Huaqui.
La Pirámide de la Ciudadela de Tucumán. La Pirámide de la Ciudadela fue mandada construir en Tucumán por el general Belgrano, no en recuerdo de la batalla de Tucumán; sino en celebración por la victoria que en Chacabuco había obtenido el general San Martín. 
La foto fue tomada en 1872 por Angel Paganelli.
FUE CON ESE ÁNIMO QUE, EL 25 DE MAYO ENARBOLÓ EN SAN SALVADOR DE JUJUY LA BANDERA QUE HABÍA CREADO MESES ATRÁS, Y LA HIZO BENDECIR EN LA CATEDRAL JUJEÑA POR EL CANÓNIGO GORRITI.
25 DE MAYO DE 1812. En la plaza de San Salvador de Jujuy, Belgrano presentó al ejército y al pueblo la enseña celeste y blanca, aún no autorizada.
Pronto notó que no estaba en condiciones de defender adecuadamente la plaza, y —por orden del Triunvirato— el 23 de agosto ordenó la retirada masiva de toda la población de Jujuy, a la que se sumaron salteños y tarijeños, hacia el centro de la actual Argentina, en el llamado Éxodo Jujeño
CALLE DE JUJUY COLONIAL. El aspecto de la ciudad abandonada espantó a los jefes realistas.
Civiles y militares se replegaron, arrasando a su paso todo lo que pudiera dar cobijo o ser útil a los realistas. Cuando los españoles entraron, hallaron la ciudad solitaria y sin habitantes: Estaba desierta y desmantelada, y espantado del aspecto tristísimo de aquellos hogares desamparados y de aquellas calles mudas y tristes después de la agradable animación de otros tiempos
EL ÉXODO JUJEÑO. Una de las pinturas que reconstruyen esa heroica peregrinación popular, iniciada hace dos siglos. LA GACETA / ARCHIVO
Tristán escribió a Goyeneche:
  • Belgrano es imperdonable...La orden del Triunvirato era que el Ejército del Norte se hiciese fuerte en Córdoba. Sin embargo, Belgrano se detuvo en Tucumán, donde la población estuvo dispuesta a sumarse al ejército. La victoria el 3 de septiembre en el combate de Las Piedras entre su retaguardia, comandada por Díaz Vélez, y dos columnas de avanzada de la tropa de Tristán confirmó su propósito; logró prender al jefe de la columna, el coronel Huici y una veintena de soldados. Despachó a Juan Ramón Balcarce hacia la ciudad, ordenándole reclutar y entrenar en la medida de lo posible un cuerpo de caballería a partir de los milicianos locales, con cartas para la rica y poderosa familia Aráoz, dos de cuyos integrantes, Eustoquio Díaz Vélez y Gregorio Aráoz de La Madrid, prestaban servicios bajo su mando como mayor general o segundo jefe y teniente respectivamente.
La Batalla de Tucumán, óleo de Tomás del Villar.
LA GRAN DECISIÓN: REPLEGARSE O DAR BATALLA
La misión de Balcarce, unida a los rumores de que la tropa se retiraba hasta Córdoba, causó comprensible alarma en la ciudad de Tucumán. Tañeron las campanas del Cabildo y el cuerpo, en sesión pública, dispuso enviar tres representantes —los oficiales Bernabé Aráoz y Rudecindo Alvarado y el eclesiástico doctor Pedro Miguel Aráoz— ante Manuel Belgrano, para pedirle que diera batalla a los españoles en Tucumán.
Bernabé Aráoz
Bernabe Araoz1.jpg

Escudo de la Provincia de Tucumán.svg
1er. Gobernador de la Intendencia de San Miguel de Tucumán
14 de noviembre de 1814-6 de octubre de 1817
Predecesorninguno
SucesorFeliciano de la Mota Botello

Escudo de la Provincia de Tucumán.svg
1er. Gobernador de la República de Tucumán
12 de noviembre de 1819-11 de mayo de 1821
PredecesorFeliciano de la Mota Botello
SucesorJavier López

Escudo de la Provincia de Tucumán.svg
6.° Gobernador de la Provincia de Tucumán
2 de junio de 1821-29 de agosto de 1821
PredecesorJavier López
SucesorAbraham González

Información personal
Nacimiento1776
MonterosFlag of Cross of Burgundy.svg Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento1824
Trancasprovincia de Tucumán,Flag of Argentina.svg Argentina
Causa de muerteFusilamiento Ver y modificar los datos en Wikidata
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoFederal
Información profesional
OcupaciónComerciante y Militar
Rango Ver y modificar los datos en Wikidata
Participó enGuerras civiles argentinas
Bernabé Aráoz sería más tarde varias veces gobernador de la provincia de Tucumán, y Pedro Miguel Aráoz, doctor en los dos derechos y cura vicario de la entonces Iglesia Matriz —la actual Catedral de San Miguel de Tucumán— sería diputado al Congreso de Tucumán.
Rudecindo Alvarado
Rudecindo Alvarado.jpg

Mendoza province COA.png
Gobernador de la Provincia de Mendoza
10 de agosto-23 de septiembre de 1829
PredecesorJuan Rege Corvalán
SucesorJuan Rege Corvalán

Escudo de la Provincia de Salta.svg
Gobernador de la Provincia de Salta
1 de enero de 1831-19 de noviembre de 1831
PredecesorPablo Latorre
SucesorPablo Latorre

Escudo de la Provincia de Salta.svg
Gobernador de la Provincia de Salta
15 de abril de 1855-5 de mayo de 1856
PredecesorMiguel Aráoz
SucesorJosé María Todd

Información personal
Nacimiento1792
SaltaBandera de España Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento1872
SaltaFlag of Argentina.svg Argentina
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoUnitario
Información profesional
OcupaciónMilitar
Rango
La Pirámide de la Ciudadela de Tucumán en conmemoración de la batalla de Tucumán.
Pedro Miguel Aráoz
Pedro Miguel Aráoz2.jpg
Presbítero Dr. Pedro Miguel Aráoz

Coat of arms of Argentina.svg
Diputado al Congreso de Tucumán
por Tucumán
1816-1818

Información personal
ApodoPerico
Nacimiento20 de junio de 1759
Bandera de España San Miguel de Tucumán
Gobernación del Tucumán
Virreinato del Perú
Fallecimiento18 de junio de 1832 (72 años)
Bandera de Argentina San Miguel de Tucumán
Confederación Argentina
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónCatólica
Familia
PadresFrancisca Antonia Núñez de Herrera
Pedro Antonio Aráoz Paz de Figueroa
Educación
Alma máter Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónSacerdote
Notas
Firmante del Acta de la Declaración de independencia de la Argentina
Gregorio Aráoz de Lamadrid sostuvo que
  • La decisión de Belgrano de proseguir su retroceso hacia el sur alarmó tanto a los tucumanos que, se presentó su gobernador Bernabé Aráoz, acompañado de mi tío el Dr. Pedro Miguel Aráoz, que era el cura y vicario, así como muchas familias conocidas, a pedir al señor general que no los abandonasen y ofrecerle, que alarmarían toda la Provincia y correrían la suerte que les deparase una batalla cuya demanda fue apoyada muy eficazmente por mi primo, el mayor general Díaz Vélez,  por el teniente coronel Juan Ramón Balcarce, que se hallaba en aquella ciudad encargado de la instrucción de las milicias por el Superior Gobierno, y en fin por varios jefes y entre ellos por el teniente coronel Manuel Dorrego, que había sanado ya de sus heridas.6
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, PATRONA DEL EJÉRCITO ARGENTINO. PRIMERA GENERALA DE LA NACIÓN.
Eustoquio Antonio Díaz Vélez
General Eustoquio Díaz Vélez.jpg
General Eustoquio Díaz Vélez. Óleo situado en la Sala de la Independencia del Cabildo de Salta(Argentina).

1.ª y 2.ª Campañas del Alto PerúSuipacha,Huaqui, Jesús de Machaca, Cangrejos,Quebrada del NazarenoÉxodo Jujeño, Cobos, Las PiedrasTucumán, Yaraicoragua,Cochabamba, El Volcán, YatastoSalta, Macha, VilcapugioAyohuma
Mayor General del Ejército del Norte



Datos personales

Nacimiento
2 de noviembre de 1782
Bandera de España Buenos AiresVirreinato del Río de la Plata

Fallecimiento
1 de abril de 1856 (74 años)
Bandera de Argentina Buenos Aires, Estado de Buenos Aires

Partido
Ejército patriota

Cónyuge
María del Carmen Guerrero y Obarrio

Hijos
Eustoquio Díaz Vélez

Profesión
militarestadista y estanciero

Ocupación
Militar


Religión
catolicismo
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, PATRONA DEL EJÉRCITO ARGENTINO. PRIMERA GENERALA DE LA NACIÓN.
En el ejército, tres oficiales fueron decisivos para frenar el retroceso y dar batalla en Tucumán: Díaz Vélez, Balcarce y Manuel Dorrego.
Manuel Dorrego
Manuel Dorrego.jpg



Datos personales

Nacimiento
11 de junio de 1787
Bandera de España Buenos AiresVirreinato del Río de la Plata

Fallecimiento
13 de diciembre de 1828(41 años)
NavarroBuenos Aires,
Bandera de Argentina Argentina

Partido
Federal

Profesión
Militarperiodistapolítico

Ocupación
Político y diplomático
Alma Mater
Colegio Nacional de Buenos Aires
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano
Belgrano, el 12 de septiembre, ofició a Buenos Aires:
  • Son muy apuradas las circunstancias, y no hallo otro medio que esponerme á una nueva accion: los enemigos vienen siguéndonos. El trabajo es muy grande; si me retiro y me cargan, todo se pierde, y con ella nuestro total crédito. La gente de esta jurisdicción se ha decidido á sacrificarse con nosotros, si se trata de defenderla y de no, no nos seguirán y lo abandonarán todo, pienso aprovecharme de su espíritu público y energía para contener al enemigo, si me es dable, ó para ganar tiempo a fin de que se salve cuanto pertenece al Estado. Cualquiera de los dos objetivos que consiga es un triunfo y no hay otro arbitrio que esperarse. Acaso la suerte de la guerra nos sea favorable, animados como estan los soldados y deseosos de distinguirse en una nueva acción. Es de necesidad aprovechar tan nobles sentimientos, que son obra del cielo, que tal vez empieza á protegernos para humillar la soberbia con que vienen los enemigos, con la esperanza de hacer tremolar sus banderas en esa capital. Nada dejaré por hacer. Nuestra situación es terrible, y veo que la patria exige de nosotros el último sacrificio para contener los desastres que la amenazan.7

Batalla de Tucumán
Al llegar a Tucumán el 13 de septiembre, Belgrano encontró a Balcarce con 400 hombres —sin uniformes y armados sólo con lanzas, pero bien organizados— y a la ciudad dispuesta a ofrecerle apoyo; Belgrano, según muchos historiadores, no buscaba más que ese pretexto para desobedecer la orden de retirada. Les dijo que se quedaría si su fuerza era engrosada con 1.500 hombres de caballería, y si el vecindario le aportaba 20 000 pesos plata para la tropa, cantidades que la comisión ofreció duplicar. Decidió ignorar por lo tanto las intimaciones del Triunvirato y hacerse fuerte allí.
(Óleo actual).
Los principales vecinos tucumanos fueron los encargados en alistar gentes para aumentar el número del ejército, también sumaron caballadas y proporcionaron ganado y alimento para el mantenimiento de los defensores.
Manuel Ascencio Padilla
Manuel A Padilla.JPG
Manuel Ascencio Padilla

Nacimiento26 de septiembre de 1774
aldea de Chipirina,
provincia de Chayanta,
Virreinato del Perú,
Imperio español Bandera de España 1760-1785.svg
Fallecimiento14 de septiembre de 1816(41 años).
El Villar,
cerca de La Laguna, actualmente Padilla
Virreinato del Perú,
Imperio español Bandera de España 1760-1785.svg Bandera de Bolivia Bolivia

Llegaron contingentes reducidos de Catamarca -conducidos por Bernardino Ahumada y Barros-, de Santiago del Estero y también jinetes desde el Alto Perú -comandados por Manuel Ascensio Padilla- que formaron la escolta de Belgrano.
Mientras tanto, el ejército realista avanzaba con dificultad, al no hallar en el terreno arrasado medios o instalaciones para cobijarse o reaprovisionarse; partidas irregulares organizadas por Díaz Vélez con los gauchos jujeños, salteños y tarijeños y el ejército de Belgrano los hostigaban constantemente. 
Este templo religioso que expresa el estilo neocolonial tardío; es una construcción del año 1950, que en su interior se observan pinturas y vitrales que aluden a la Batalla de Tucumán de 1812 - Provincia de Tucumán
No fue hasta el 23 de septiembre cuando, desde el paraje de Los Nogales, donde avistó Tucumán, recibió Tristán noticia de que el Ejército del Norte estaba acampado en la plaza y dispuesto a darle allí batalla.
Escudo honorífico otorgado a la tropa tras la victoria de la batalla de Tucumán.11
LA BATALLA
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día de la batalla, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen, e incluso la tradición cuenta que solicitó la realización de un milagro a través de su intercesión. 
El General Belgrano le entrega su bastón de mando a la Virgen de la Merced
En esos mismos momentos, Tristán ordenó la marcha hacia la ciudad. Algunas fuentes indican que, en lugar de tomar el camino directo, rodeó la plaza desde el sur, intentando prevenir una posible huida de los patriotas en dirección a Santiago del Estero
Batalla de Tucumán
Otras afirman que en el paraje de Los Pocitos se encontró repentinamente con los campos incendiados por orden del teniente de Dragones La Madrid, natural de la zona, que contaba con la velocidad del fuego avivado por el viento del sur para desordenar la columna española. En todo caso, utilizó el viejo Camino Real del Perú para poner frente a la ciudad a una legua de ésta, en el paraje del Manantial.
La coronación de la Virgen de la Merced como Madre y Reina de los tucumanos es la síntesis de una historia cargada de milagros, lealtad y devoción.
Mientras tanto, y aprovechando la confusión provocada por el fuego, Belgrano —que había dispuesto al alba sus tropas al norte de la ciudad— había cambiado su frente hacia el oeste, contando con una visión clara de las maniobras de Tristán, y plantó cara a éste en un terreno escabroso y desparejo, llamado el Campo de las Carreras. La rápida embestida sobre el flanco de Tristán apenas dio tiempo a éste de reorganizar su frente y ordenar montar la artillería.
La Batalla de Tucumán
Belgrano había dispuesto la caballería en dos alas: la derecha, al mando de Balcarce, era más numerosa —contaba con la tropa gaucha recién reclutada— que la izquierda, al mando del coronel Eustoquio Díaz Vélez.
La Batalla de Tucumán
La infantería estaba dividida en tres columnas, comandadas por el coronel José Superí la izquierda, el capitán Ignacio Warnes la central y el capitán Carlos Forest la derecha, junto a la cual una sección de Dragones apoyaba la caballería.
Ignacio José Javier Warnes y García de Zúñiga
Ignacio Warnes.jpg
Teniente coronel Archivo:Teniente CoronelEA.PNG
LealtadBandera de Argentina Provincias Unidas del Río de la Plata
Participó enTucumánSaltaLa Florida,Santa BárbaraEl Pari

Nacimiento27 de noviembre de 1770
Buenos Aires1770 Bandera de España,Virreinato del Perú
FallecimientoSanta Cruz de la Sierra1816 Bandera de ArgentinaRepubliqueta de Santa Cruz
Una cuarta columna de reserva estaba al mando del teniente coronel Manuel Dorrego; el barón Eduardo Kaunitz de Holmberg comandaba la artillería, ubicada entre las columnas de a pie —demasiado dividida entre las mismas para ser efectiva— siendo su ayudante de campo el teniente José María Paz.
Eduardo Kaunitz de Holmberg
Información personal
Nombre de nacimientoEduard Ladislaus Kaunitz von Holmberg
Nacimiento1778
Fallecimiento24 de octubre de 1853
Buenos Aires
NacionalidadArgentina
Familia
PadresEduard Kaunitz y Amalia O'Donell
CónyugeAntonia Balbastro
HijosEduardo Wenceslao Holmberg
Información profesional
Ocupaciónmilitar y botánico
Participó enGuerras civiles argentinas yGuerras Napoleónicas
Este templo religioso que expresa el estilo neocolonial tardío; es una construcción del año 1950, que en su interior se observan pinturas y vitrales que aluden a la Batalla de Tucumán de 1812 - Provincia de Tucumán
José María Paz
José María Paz.jpg

Escudo de la Provincia de Córdoba.svg
Gobernador de la provincia de Córdoba
19 de abril de 1829-16 de mayo de 1831
PredecesorJuan Bautista Bustos
SucesorMariano Fragueiro

Escudo de la Provincia de Entre Ríos.svg
Gobernador de Entre Ríos
12 de marzo de 1842-3 de abril de 1842
PredecesorPedro Pablo Seguí
SucesorFrancisco Dionisio Álvarez

Información personal
Nacimiento9 de septiembre de 1791
ciudad de Córdoba,
provincia de Córdoba,
Virreinato del Río de la Plata Bandera de España
Fallecimiento22 de octubre de 1854(63 años).
ciudad de Buenos Aires,
República Argentina Bandera de Argentina
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoPartido Unitario
Familia
CónyugeMargarita Weild
Información profesional
Ocupaciónmilitar
Rango Ver y modificar los datos en Wikidata
Participó enGuerras civiles argentinas
La Batalla de Tucumán
Fue la artillería revolucionaria la que inició el combate, bombardeando los batallones realistas de Cotabambas y Abancay, que respondieron cargando a la bayoneta. Belgranó ordenó responder con la carga de la infantería de Warnes, acompañada de la reserva de caballería del capitán Antonio Rodríguez, mientras que la caballería de Balcarce cargaba sobre el flanco izquierdo de Tristán; la carga tuvo un efecto formidable. 
RÉPLICA DEL BASTÓN DE MANDO QUE BELGRANO OFRENDA A LA VIRGEN LUEGO DE LA BATALLA DE TUCUMÁN, LIBRADA EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 1812.
Lanza en ristre, avanzaron haciendo sonar sus guardamontes y con tal ímpetu que la caballería de Tarija se desbandó a su paso, retrocediendo sobre su propia infantería y desorganizándola hasta tal punto que sin encontrar casi resistencia la caballería tucumana alcanzó la retaguardia del ejército enemigo.
Este templo religioso que expresa el estilo neocolonial tardío; es una construcción del año 1950, que en su interior se observan pinturas y vitrales que aluden a la Batalla de Tucumán de 1812 - Provincia de Tucumán
Es imposible saber qué efecto hubieran podido tener de cargar desde ese sitio, en un movimiento de pinzas; compuesta en general por hombres de campo e ignorantes de la disciplina militar, buena parte de la caballería gaucha rompió la formación para apoderarse de las mulas cargadas con los avíos, incluyendo fuertes sumas en metales preciosos, del ejército realista.
Este templo religioso que expresa el estilo neocolonial tardío; es una construcción del año 1950, que en su interior se observan pinturas y vitrales que aluden a la Batalla de Tucumán de 1812 - Provincia de Tucumán
Con ello lo privaron también de sus reservas de munición y de provisiones, con las que se retiraron del campo de batalla. Sólo la sección de Dragones que le daba apoyo y la caballería regular al mando de Balcarce mantuvieron el frente, pero junto con la pérdida de su equipaje ello bastó para confundir y desorganizar esa ala.
La Batalla de Tucumán fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812
Mientras tanto, al otro lado del frente el resultado era muy distinto: pese a la presencia del mismo Belgrano, el avance de caballería e infantería de los realistas fue imparable, tomando prisionero al coronel José Superí. Sin embargo, la firmeza de la columna central permitió a los patriotas recuperar terreno y recobrar a Superí, pero los avances desiguales fraccionaron el frente, haciendo la batalla confusa, incomprensible para sus comandantes y dejando en buena medida las acciones a cargo de los oficiales que encabezaban cada unidad.
El lugar donde se desarrolló la batalla
La providencial aparición de una enorme bandada de langostas, que se abatieron sobre los pajonales, confundió a los soldados y oscureció la visión, acabando de descomponer el frente.
Langosta

 Grupo de langostas
Las versiones tradicionales refieren que fue tal la confusión sembrada por aquel enjambre de langostas que hizo parecer a los ojos de las fuerzas españoles, un número muy superior de tropas patriotas, lo que habría provocado su retirada en la confusión.
Batalla de Tucumán
Si bien Belgrano había sido arrastrado por el desbande de un sector de su tropa fuera del escenario de las acciones, el campo de batalla quedó en manos de la infantería patriota. Al observar que se había quedado sola y sin las tropas de la caballería, Díaz Vélez logró tomar -junto con un grupo de infantería de Manuel Dorrego- el parque de artillería de Tristán, con treinta y nueve carretas cargadas de armas, municiones, parte de los cañones y centenares de prisioneros. Tomaron, además, las banderas de los regimientos Cotabambas, Abancay y Real de Lima.
Langostas en la Batalla de Tucumán
Luego, con la ayuda de las tropas de la reserva y llevándose también a los heridos, Díaz Vélez hizo replegar ordenadamente la infantería hacia la ciudad de San Miguel de Tucumán, colocándola en los fosos y trincheras que se habían abierto allí. También reorganizó la artillería y apostó tiradores en los techos y esquinas, convirtiendo a la ciudad en una plaza inexpugnable. Encerrado en ella, protegido por las fosas, Díaz Vélez aguardó expectante el resultado de las acciones de Belgrano y Tristán.
Grabado de la Batalla de Tucumán en postal conmemorativa de 1912.
Belgrano, a su vez, desconocedor del resultado se retiró del campo central y acampando en el Ricón de Marlopa, intentaba recomponer su tropa cuando encontró al coronel José Moldes, quien había desempeñado el grueso de las funciones de observación.
José de Moldes
José Moldes.jpg

Teniente gobernador de Mendoza,
Intendente de Cochabamba,
Representante de Salta del Tucumán y vicepresidente de la Asamblea General Constituyente de 1813

Información personal
Nacimiento1 de enero de 1785
ciudad de Salta,
Virreinato del Río de la Plata Bandera de España
Fallecimiento18 de abril de 1824 (39 años)
ciudad de Buenos Aires,
Provincias Unidas del Río de la Plata Bandera de Argentina
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónCatolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupaciónmilitar y político
Rango
Díaz Vélez envió al teniente Paz en busca de Belgrano, el que le transmitió al general que regresara de inmediato porque la batalla había sido ganada y que su presencia era necesaria para asegurar el triunfo definitivo de las armas patriotas, tomando las decisiones que correspondían.8
Batalla de Tucumán
A través de Paz se localizó lo que quedaba de la caballería en el campo. Se les sumó poco después Balcarce, quien también se atrevió en calificar de victoria la situación, juzgando que el campo cubierto de cadáveres y despojos españoles era indicio del resultado, aunque desconocía por completo el estado de la infantería y de la ciudad. Reordenar la hueste le llevó el resto de la tarde a Belgrano. El general inmediatamente ordenó la marcha hacia la ciudad para conectarse con Díaz Vélez, quien había asegurado el triunfo de los patriotas.
Langostas en la Batalla de Tucumán
Tristán, temeroso de lo que podía esperarle a sus tropas dentro de la ciudad, optó por amagar un par de entradas, pero ordenó la retirada ante los primeros disparos enemigos. Hizo un último por la vía diplomática, intimando a Díaz Vélez a rendirse en un plazo de dos horas, bajo amenaza de incendiar la ciudad.
Batalla de Tucumán
Díaz Vélez le respondió con vehemencia, invitándolo a que se atreviera, ya que las tropas de la Patria eran vencedoras y que había adentro 354 prisioneros, 120 mujeres, 18 carretas de bueyes, todas las municiones de fusil y cañón, 8 piezas de artillería, 32 oficiales y 3 capellanes tomados al ejército realista. Agregó que, de ser necesario, degollaría a los prisioneros, entre los que se encontraban cuatro coroneles. 
Belgrano hace bendecir la bandera en Salvador de Jujuy, el 25 de Mayo de 1812. Óleo de Guillermo de Ré. Museo Histórico Provincial Julio Marc, Rosario, Provincia de Santa Fe.
En la nota que Díaz Vélez le dirigió al jefe realista, el 24 de septiembre de 1812, le manifestó asimismo:
  • Si V.S. se halla con la energía de que se lisongea para atacar, tema en el resultado los consiguientes de unas armas vencedoras justamente irritadas. Nuestra caballería en número superior a las fuerzas de V.S., al mando de mi digno General en Jefe el señor Brigadier Don Manuel Belgrano, que corta a V.S. toda retirada, concluirá el corto resto de los despojos que quedan a su mando; y solo serán sus ruinas el cuadro en que se eleve el estandarte de nuestra libertad (...)9
La Batalla de Tucumán
Tristán no se atrevió a cumplir con su amenaza y pernoctó fuera, dudando acerca del curso a seguir; por la mañana encontró a la tropa de Belgrano a sus espaldas, que lo intimó a rendirse por medio del arrogante coronel Moldes. El jefe realista contestó, rechazando la oferta, que "las armas del rey no se rinden".
A continuación se replegó con todo su ejército hacia Salta, mientras 600 hombres al mando de Díaz Vélez le hostigaba su retaguardia en su huida al norte, logrando tomar muchos prisioneros y rescatar también algunos que habían hecho las tropas realistas.
Belgrano hace bendecir la bandera en Salvador de Jujuy, el 25 de Mayo de 1812.
CONSECUENCIAS
La batalla de Tucumán fue la victoria más importante obtenida por los ejércitos patriotas en la Guerra de la Independencia Argentina. Las batallas de Tucumán y Salta, son las únicas de carácter campal dadas contra los españoles en el territorio de Argentina.
Guerra de la Independencia Argentina
Suipacha.jpg
La Batalla de Suipacha fue la primera victoria del Ejército Argentino.


Fecha
1810 - 1825

Lugar
América Austral
Resultado

Bandera de Argentina Victoria patriota. Independencia de la Argentina.
Beligerantes
Bandera de Argentina Provincias Unidas del Río de la Plata
Bandera de España España
Comandantes
Antonio González Balcarce
José Manuel de Goyeneche
PARA EL HISTORADOR BARTOLOMÉ  MITRE
  • Lo que hace más gloriosa esta batalla fue no tanto el heroísmo de las tropas y la resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán salvóse no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se retira (o si no se gana la batalla), las provincias del Norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina.
Bartolomé Mitre
Bartolome Mitre 1906.JPG

Coat of arms of Argentina.svg
1.er Presidente de la Nación Argentina
(licencia por la Guerra del Paraguay de marzo de 1865 a enero de 1868)
12 de octubre de 1862 - 12 de octubre de 1868
VicepresidenteMarcos Paz (1862-1868) /
Vacante (1868)
PredecesorJuan Esteban Pedernera(Presidente de la Confederación Argentina)
SucesorDomingo Faustino Sarmiento

Coat of arms of the Buenos Aires Province.png
7.º Gobernador del Estado de Buenos Aires
3 de mayo de 1860 - 11 de octubre de 1862
VicegobernadorManuel Ocampo (1860) /
Vicente Cazón (1862)
PredecesorFelipe Llavallol
SucesorVicente Cazón
(gobernador de la provincia de Buenos Aires)

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20.º Gran Maestre de la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones
24 de agosto de 1893 - 1894
Predecesor
Seis previos:
Sucesor
Dos sucesivos:

Información personal
Nacimiento26 de junio de 1821
Bandera de Argentina Buenos AiresProvincias Unidas del Río de la Plata
Fallecimiento19 de enero de 1906 (84 años)
Bandera de Argentina Buenos AiresArgentina
Lugar de sepulturaCementerio de la Recoleta Ver y modificar los datos en Wikidata
NacionalidadArgentina Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoPartido Colorado (en Uruguay)
Partido Unitario (1851-1862)
Partido Liberal (1862-1874)
Partido Nacional (1874)
Unión Cívica (1890-1891)
Unión Cívica Nacional (1891-1906)
Familia
CónyugeDelfina Vedia
Información profesional
Ocupaciónmilitarpolíticohistoriador,escritor
periodistaestadista
FirmaFirma Mitre.JPG
La Batalla de Tucumán
PARA SU COLEGA VICENTE FIDEL LÓPEZ 
Vicente Fidel López
Vicente Fidel López 01.JPG
Vicente Fidel López

Ministro de Hacienda de Argentina
7 de agosto de 1890-7 de junio de 1892
PresidenteCarlos Pellegrini
PredecesorJuan Agustín García
SucesorEmilio Hansen

Diputado de la Nación Argentina
por Buenos Aires
1876-1879

Datos personales
Nacimiento24 de abril de 1815
Bandera de Argentina Buenos AiresArgentina
Fallecimiento30 de agosto de 1903 (88 años)
Bandera de Argentina Buenos AiresArgentina
PartidoPartido Autonomista Nacional
CónyugeCármen Lozano Zamalloa
ProfesiónAbogado
OcupaciónHistoriador y político
Alma máterUniversidad de Buenos Aires
ReligiónCatólica

ESTA BATALLA FUE
  • La más criolla de todas cuantas batallas se han dado en el territorio argentino. Aunque el triunfo de Tucumán ... fue el resultado de un cúmulo de circunstancias imprevistas, le correspondió a Belgrano la gloria de haber ganado una batalla contra toda probabilidad y contra la voluntad del gobierno mismo y a Díaz Vélez, con su prevenido accionar, decidir la victoria de las armas patriotas ese día.10
Virgen de La Merced
El material abandonado por los españoles y recuperado por Eustoquio Díaz Vélez y Manuel Dorrego —13 cañones, 358 fusiles, 39 carretas, 70 cajas de municiones y 87 tiendas de campaña— serviría al Ejército del Norte durante toda su campaña. 450 realistas perdieron su vida en el combate y otros 690, entre oficiales y soldados, fueron capturados en condición de prisioneros, entre estos los coroneles Pedro Barreda, Mariano Peralta, Antonio Suárez y José Antonio Álvarez Sotomayor. Por su parte, los defensores solo tuvieron 80 muertos y 200 heridos. Quedaron destruidos los regimientos y cuerpos militares de Cotabamba, Paruro, Abancay y parte del Real de Lima.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano - Este cuadro se encontraba en el Crucero Gral Belgrano cuando fue hundido en 1982 durante la Guerra de las Malvinas , hoy se encuentra en el fondo del Mar Argentino.
El 29 de septiembre de 1812, Belgrano escribió al Superior Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata el parte oficial de la gloriosa acción del día 24 de septiembre, calificando a la batalla de Tucumán como ...el Sepulcro de la Tiranía... El 27 de octubre se celebró una misa de acción de gracias; en la procesión que llevaba la estatua de la Virgen de las Mercedes, Belgrano depositó su bastón de mando entre los cordones del ropaje de la imagen, proclamándola en agradecimiento como Generala del Ejército Argentino. Ese mismo día comunicó al gobierno de Buenos Aires
LA PATRIA PUEDE GLORIARSE DE LA COMPLETA VICTORIA QUE HAN OBTENIDO SUS ARMAS EN EL DÍA 24 DEL CORRIENTE, DÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, BAJO CUYA PROTECCIÓN NOS PUSIMOS

Moldes y Holmberg abandonaron el Ejército por desinteligencias con Belgrano, pero se le sumó Juan Antonio Álvarez de Arenales, con quien Belgrano emprendería el 12 de enero la marcha hacia Salta, donde los realistas se habían hecho fuertes.
Juan Antonio Álvarez de Arenales
Juan Antonio Alvarez.jpg

Escudo de la Provincia de Salta.svg
Gobernador de Salta
1 de enero de 1824-10 de febrero de 1827
PredecesorJosé Ignacio de Gorriti
SucesorJosé Ignacio de Gorriti

Información personal
Nacimiento13 de junio de 1770
Bandera de España 1760-1785.svg SaltaVirreinato del Perú
Fallecimiento4 de diciembre de 1831(61 años)
Bandera de Bolivia MorayaBolivia
NacionalidadArgentina y boliviana Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónCatolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido políticoPartido Unitario
Información profesional
OcupaciónMilitar
Rango Ver y modificar los datos en Wikidata
Participó enGuerras civiles argentinas 
La victoria consolidó la obra de la Revolución de Mayo y alejó momentáneamente el peligro de un verdadero desastre. Si el ejército patriota se hubiera retirado, las provincias del norte se hubiesen perdido para siempre y el enemigo, dueño de un extenso territorio, habría llegado hasta Córdoba, donde le hubiera sido más fácil obtener la cooperación de los realistas de la Banda Oriental y de las tropas portuguesas del Brasil.
Revolución de Mayo
25 de mayo por F. Fortuny.jpg
La Revolución de Mayo por Francisco Fortuny
Contexto del acontecimiento
Fecha25 de mayo de 1810
SitioVirreinato del Río de la Plata
ImpulsoresAntonio Luis Beruti
Cornelio Saavedra
Juan José Castelli
Juan José Paso
Manuel Belgrano
Mariano Moreno
Nicolás Rodríguez Peña
Hipólito Vieytes
Martín Rodríguez
Juan José Viamonte
Eustoquio Díaz Vélez
Domingo French
MotivosAbdicaciones de BayonaInvasiones Inglesas
Influencias ideológicas de los impulsoresLiberalismo ycontractualismo
Gobierno previo
GobernanteBaltasar Hidalgo de Cisneros
Forma de gobiernoVirreinato
Gobierno resultante
GobernantePrimera Junta
Forma de gobiernoJunta de gobierno
LA BATALLA DE TUCUMÁN FUE FUNDAMENTAL PARA LA INDEPENDENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=4ohT98YCaUY
El triunfo tuvo también importantes consecuencias políticas, por cuanto Belgrano —que contaba con la simpatía de la Logia Lautaro— había derrotado al invasor contrariando las disposiciones del gobierno y demostrando el acierto de los opositores, cuando pedían auxilios para remitir al Ejército del Norte. En Buenos Aires, a los tres días de conocerse la noticia del combate, el Primer Triunvirato fue derribado por la Revolución del 8 de octubre.
Segundo Triunvirato concedió a los integrantes del ejército el uso de un distintivo con la inscripción:
BATALLA DE TUCUMÁN. Cuadro de Roberto Viola (La Voz/R. Viñuelas).
LA PATRIA A SU DEFENSOR EN TUCUMÁN
También dispuso que los nombres de los soldados figurasen en el libro de honor de los respectivos Cabildos de Buenos Aires y Tucumán. Belgrano fue designado Capitán General, pero rehusó el ascenso con suma modestia.
Virgen de La Merced
El doctor Bernardo de Monteagudo, en la sesión pública de la Sociedad Patriótica llevada a cabo el 29 de octubre de 1812, sostuvo que
Bernardo de Monteagudo
Bernardo de Monteagudo 1.jpg

Coat of arms of Argentina.svg
Representante en la Asamblea del Año XIII
1813-1814

Auditor del Ejército de los Andes
1817-1819

Escudo de la República Peruana (1821-1825).png
Primer Ministro de Guerra y Marina del Perú
3 de agosto de 1821-25 de octubre de 1821



Datos personales

Nacimiento
20 de agosto de 1789
Bandera de España TucumánVirreinato del Río de la Plata

Fallecimiento
23 de enero de 1825 (35 años)
Bandera del Perú LimaPerú

Profesión
Abogado y periodista

Ocupación
Periodista y abogado

Alma máter
Colegio Nacional de Buenos Aires

Residencia
TucumánCórdoba,
Chuquisaca,
Buenos AiresSantiago de Chile,Mendoza y Lima
El grande y augusto deber que nos impone la memoria de las víctimas sacrificadas el 24 de septiembre, es declarar y sostener la Independencia de América ... de no haberse producido ese triunfo, los realistas ya estarían en Córdoba, y los enemigos interiores acelerarían el momento de nuestra desolación. ... Jurad la Independencia, sostenedla con vuestra sangre, enarbolad su pabellón, y estas serán las exequias más dignas de los mártires de Tucumán.
Virgen de La Merced
BATALLA DE TUCUMÁN, 24 Y 25 DE SEPTIEMBRE DE 1812 (Guerra de la Independencia Argentina). RESUMEN (Instituto Nacional Belgraniano).
La batalla de Tucumán tiene un significado especial en la causa de la Revolución, dado que frenó la avanzada realista, y es el primer acto del triunfo argentino del norte, del cual el segundo es la batalla de Salta. Más allá de la trascendencia que tuvo la batalla librada en Tucumán el 24 de septiembre de 1812, desde el punto de vista político, también es significativa desde el aspecto militar.
Las batallas de Tucumán y Salta, son las únicas de carácter campal dadas contra los españoles en el territorio argentino. Y esto les da a esos triunfos un significado singular. 1.
Nos referiremos a la batalla de Tucumán. Resulta de sumo interés, el testimonio que aporta el general José María Paz en sus Memorias, acerca de la retirada de Belgrano del norte, después de hacerse cargo de los restos del ejército patrio derrotado en el Desaguadero. Belgrano se retiraba desde Jujuy, en dirección a Tucumán, hacia fines de agosto de 1812. El ejército contaba con sólo 1.500 hombres, casi desorganizado y desprovisto de todo. Por detrás venía en su persecución, el general Tristán, destacado por Goyeneche con un ejército español de más de 3000 hombres.
A pesar que las avanzadas del ejército realista venían picando peligrosamente la retaguardia del ejército patriota, Belgrano se mantuvo sereno y valiente. Con su actitud logró que sus soldados no cayeran en el pánico. En esas circunstancias adversas, era cuando Belgrano mostraba su verdadera estatura moral. Según Paz: “jamás desesperó de la salud de la patria, mirando con la más marcada adversión a los que opinaban tristemente sobre ella”. 2
Batalla de Tucumán
El valor de Belgrano se reflejaba en su actitud: “era siempre en el sentido de avanzar sobre el enemigo, de perseguirlo; o si era éste el que avanzaba, de hacer alto y rechazarlo”. 3 El triunfo premió a los tropas patriotas en la acción de Las Piedras, el de septiembre de 1812, contra las avanzadas realistas del coronel Huici.
Es importante señalar que Belgrano desobedeció la orden del Triunvirato que le ordenaba trasplantar a Córdoba la fábrica de fusiles que funcionaba en Tucumán, y desmantelar, desguarnecer y abandonar enteramente Tucumán, para establecerse en Córdoba, frente a la avanzada realista. La desobediencia de Belgrano selló la suerte de nuestras provincias del Norte, dado que obedecer las órdenes del Triunvirato, que sólo atinaba a salvar la Capital y su gobierno, hubieran significado la pérdida del norte argentino. Belgrano se debió enfrentar a los enemigos realistas y a las órdenes del gobierno, que actuaba de una manera egoísta. Con su actitud, Belgrano salvó la causa de la Revolución. Y éste es el enorme mérito de esta batalla.
Belgrano simuló tomar un camino que se dirigía a Santiago del Estero, sin tocar en Tucumán. Así, el prócer se propuso engañar a Tristán que creyó que Belgrano abandonaba Tucumán, con lo cual, descuidó las más elementales precauciones de orden militar, dando lugar a la captura en Trancas, de Huici. Belgrano se detuvo con sus tropas en La Encrucijada, lugar cercano a la ciudad de Tucumán, y despachó para Tucumán a Juan Ramón Balcarce, “dándole las más amplias facultades para promover la reunión de gente y armas y estimular al vecindario a la defensa”. 4
Batalla de Tucumán
El vecindario tucumano respondió con entusiasmo al pedido de Balcarce, y el Cabildo envió una diputación a Belgrano, para persuadirlo a quedarse en Tucumán, y con todo el apoyo de este pueblo, organizar la defensa y presentar combate al invasor. Belgrano consiguió que se le otorgara dinero y gente en cantidad apreciable, por lo cual se dirigió a la ciudad de Tucumán, decidido a enfrentarse con el enemigo. Belgrano contó con doce días para organizar sus tropas. Su plan consistía, como dice Mitre en “esperar al enemigo fuera de la ciudad, apoyando su espalda en ella”, y después, “en caso de contraste, encerrarse en la plaza”. Para lo cual, cuenta Paz que en ella “se fosearon las bocacalles y se colocó la artillería” que no iba a llevarse a la acción. (5)
Los vecinos principales se ocuparon en alistar gente de la campaña para engrosar el ejército, también reunieron caballadas y proporcionaron reses para el mantenimiento de los defensores.
Llegaron contingentes reducidos de Catamarca y Santiago. Así se formaron los cuerpos de caballería de las provincias del Norte, llamados Decididos. Muchos de estos soldados tuvieron que improvisar hasta sus lanzas con cuchillos enastados en palos y tacuaras.
El ejército invasor tuvo que soportar el vacío y el silencio que hallaron a lo largo del camino. Eran hostilizados por las partidas criollas y el 23 de septiembre, el general Tristán, tuvo la máxima sorpresa, al avistar la ciudad de Tucumán y advertir la presencia de Belgrano y su ejército en ella.
El 24 de septiembre se encontraron el ejército realista y el patriota en la batalla de Tucumán, y a pesar de que el ejército realista contaba con 4000 hombres y el patriota con sólo 2000, la suerte sería favorable para los patriotas. Según palabras de Paz, “es el de Tucumán uno de los combates más difíciles de describirse, no obstante el corto número de los combatientes”. Continúa: “Que la izquierda y centro enemigos fueron arrollados; nuestra izquierda fue rechazada y perdió terreno en el desorden, en términos que el comandante Superí estaba prisionero por una partida enemiga, que luego tuvo que ceder a otra nuestra que la batió y lo represó. El enemigo, por consecuencia del diverso resultado del combate en sus dos alas, se vio fraccionado, a lo que se siguió una gran confusión”. 6
Rudecindo Alvarado (1792-1872). Combatió en Tucumán a las órdenes de Belgrano y bajo el mando de San Martín en Chacabuco y Maipú. En 1826 Bolivar lo designó Gran Mariscal del Perú. Fué Gobernador de Salta en 1831.
Desde el punto de vista estrictamente militar, la batalla se reduce a lo que refiere Paz. Porque lo que sigue, que acaba en victoria, se debió a distintos factores: religiosos, populares, psicológicos, naturales, etc.
A mitad de la batalla, ocurrió algo sobrenatural que contribuyó a desbandar las tropas realistas y a llenarlos de pánico. Fue un vasto huracán que llegó furioso del sur. Según el relato de Marcelino de la Rosa, a quien se lo contaron protagonistas de esta batalla: “El ruido horrísono que hacía el viento en los bosques de la sierra y en los montes y árboles inmediatos, la densa nube de polvo y una manga de langostas, que arrastraba, cubriendo el cielo y oscureciendo el día, daban a la escena un aspecto terrífico”. 7
Otro factor muy importante, además del viento y de las langostas, fue la acción de la caballería gaucha, tucumana en su mayor parte, del ala derecha. Esta llevó su carga sobre el enemigo, de un modo formidable. La caballería enemiga de Tarija, al verlos llegar, se asustó y huyó. Ni la infantería española pudo contenerlos : pasaron por encima y, cuando se dio cuenta, los encontró a su retaguardia. La caballería gaucha al llegar a los bagajes y las mulas enemigas, cargadas de oro y de plata, se dispersaron y se dedicaron a despojar de todo esto a nuestros enemigos. A pesar de las críticas de Paz, quizás esta actitud contribuyó a acobardar al ejército enemigo y a hacerlo retirar, dándose por vencido.
Después del encuentro de los dos ejércitos, reinó la confusión. La infantería patriota quedó dueña del campo de batalla, pero, viéndose sola, se replegó sobre la ciudad., y entró en ella para acantonarse y preparar su defensa. bajo el mando del coronel Eustoquio Díaz Vélez, mientras Tristán con el resto de su ejército llegó hasta la goteras de Tucumán, donde se estacionó como sitiándola. Belgrano, acompañado del coronel Moldes y algunos soldados, fue hasta el Rincón, sin saber los resultados de la acción. Paz va a ser quien se encuentre con Belgrano y le informe que en la ciudad se encontraba fuerte toda su infantería, con lo que Belgrano, conociendo el triunfo de la caballería tucumana, supo de su triunfo.
Tristán tuvo una actitud indecisa. Pero en la tarde del 25, se convenció de que no tomaría la ciudad, y vio que era amenazado de afuera por columnas patriotas que en torno a Belgrano se irían engrosando, por lo que se dio por vencido y esa misma noche emprendió la retirada en dirección a Salta.
Según el historiador Vicente Fidel López esta batalla fue “la más criolla de todas cuantas batallas se han dado en el territorio argentino”. Y eso es para él, “lo que la hace digna de ser estudiada con esmero por los oficiales aplicados a penetrar en las combinaciones con que cada país puede y debe contribuir de lo propio a la resolución de los problemas de la guerra”. 8
Coronel Cornelio Zelaya (1782-1855).Fue uno de los subordinados más distinguidos con los que contó Belgrano en la batalla de Tucumán.
Sobre su trascendencia, dijo Mitre: “Lo que hace más gloriosa esta batalla fue no tanto el heroísmo de las tropas y la resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán salvóse no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se retira (o si no se gana la batalla), las provincias del Norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina’’. 9
EFEMÉRIDE BELGRANIANA: 24 DE SEPTIEMBRE; “BATALLA DE TUCUMÁN” (24 DE SEPTIEMBRE DE 1812). 
En sus propias palabras; La Batalla de Tucumán según Manuel Belgrano: Bartolomé Mitre, en el prefacio de la segunda edición de su obra Historia de Belgrano, nos relata que “para escribir la parte relativa a los primeros años de su vida tomamos como base una Autobiografía del mismo General”. (1). Este singular escrito al que se refiere Mitre, que data de 1814, es atribuido al general Manuel Belgrano y fue escrito con el objeto de “ser útil a sus compatriotas… y ponerse a cubierto de la maledicencia póstuma”. (2). Este manuscrito permaneció por décadas inédito hasta el momento en que Mitre tomó contacto con él. Y es él mismo quien nos relata cómo llegó a sus manos: “El autógrafo de esta obra, cuya pérdida habría sido irreparable, lo conservó D. Bernardino Rivadavia entre sus papeles hasta 1841, época en que pasó a poder de D. Florencio Varela. La copia que poseemos ha sido tomada de este original”. Estas memorias constan de tres partes: en la primera, publicada por Mitre en un apéndice de su obra Historia de Belgrano en 1857, relata desde su nacimiento hasta la Revolución de Mayo; en la segunda, sobre Paraguay y, en la tercera, sobre la Batalla de Tucumán. La segunda y la tercera parte, también el General José María Paz las publica al final de su primer tomo de Memorias Póstumas. (3). La Batalla de Tucumán, librada en el Campo de las Carreras, representa un triunfo resonante para las fuerzas patrias que lucharon identificadas con la bandera que, apenas siete meses antes, Manuel Belgrano había enarbolado a orillas del río Paraná. Junto con la batalla de Salta, fueron las únicas de carácter campal (4) libradas en lo que hoy es el territorio argentino. Esta acción no solo detuvo el avance realista, sino que también aseguró el norte argentino; sin la decisión de Belgrano de desobedecer al Triunvirato y librar batalla, esta región se hubiera perdido de forma irremediable. Según Mitre, esta acción militar fue gloriosa no solo por la iniciativa de Manuel Belgrano de elegir resistir en Tucumán y por el desempeño formidable de sus tropas sino por la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la Revolución americana. En Tucumán se salvó no solo la revolución argentina “sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano obedeciendo las órdenes del gobierno se  retira, las provincias del norte se pierden para siempre como se perdió el Alto Perú para la República Argentina. (5). Y el General Paz, que fue testigo ocular de los hechos – pues actuaba con el grado de teniente –, se refiere a este enfrentamiento como un “día de gloria… día solemne y de salvación para nuestra patria”. (6). A continuación, compartimos algunos extractos relativos a la Batalla de Tucumán, que se desarrolló entre el 24 y 25 de septiembre de 1812. Este interesante documento muestra su visión, dos años después, sobre la gesta, en la que tomó parte protagónica. 
Así lo relata el General Belgrano: 
“Había pensado dejar para tiempos más tranquilos escribir una memoria sobre la acción gloriosa del 24 de septiembre del año anterior; lo mismo que de las demás que he tenido en mi expedición al Paraguay, con el objeto de instruir a los militares del modo más acertado, dándoles lecciones por medio de una manifestación de mis errores, de mis debilidades y de mis aciertos, para que se aprovechasen en las circunstancias, y lograsen evitar los primeros y aprovecharse de los últimos. Pero es tal el fuego que un díscolo, intrigante, y diré también, cobarde, ha intentado introducir en el ejército, sin efecto en este pueblo y en la capital, y su osadía para haberme presentado un papel, que por sí mismo lo acusa cuando trata de elogiarme y vestirme con plumas ajenas, que no me es dable desentenderme y me veo precisado, en medio de mis graves ocupaciones, a privarme de la tranquilidad. y reposo tan necesario, para manifestar a clara luz la acción del predicho 24 y la parte que todos tuvieron en ella. Confieso que me había propuesto no hablar de las debilidades de ninguno, que yo mismo había palpado desde que intenté la retirada de la fuerza que tenía en Humahuaca, a las órdenes de don Juan Ramón Balcarce, autor del papel que acabo de referir; pero, habiéndome incitado a ejecutarlo, presentaré su conducta a la faz del universo, con todos los caracteres de la verdad, protestando por no faltar a ella, aunque sea contra mí, pues éste es mi modo de pensar y de que tengo dadas pruebas, muy positivas, en los cargos que he ejercido desde mis más tiernos años, y de los que he desempeñado desde nuestra gloriosa revolución, no por elección, porque nunca la he tenido, ni nada solicitado, sino porque me han llamado y me han mandado, errados, a la verdad, en su concepto […]. Se deja ver que mis conocimientos marciales eran ningunos, y que no podía yo entrar al rol de nuestros oficiales, que desde sus tiernos años se habían dedicado, aun cuando no fuese más que a aquella rutina que los constituía tales, pues que, ciertamente, tampoco les enseñaban otra cosa, ni la corte de España quería que supiesen más […]. Conocía esto yo, y lo sabía muy bien, cuando el gobierno me envió a tomar el mando de este ejército, y le hallé que estaba en Salta con una  fuerza de caballería; consulté con el General Pueyrredón, sobre su permanencia en el ejército, no por mí (hablo verdad), sino por la causa que defendemos, y me contestó que no había que desconfiar. Con este dato, creyendo yo al General Pueyrredón un verdadero amante de su patria, apagué mis desconfianzas, y habiéndome escrito con expresiones excedentes a mi mérito, le contesté en los términos de mayor urbanidad, y traté desde aquel momento de darle pruebas que en mí no residía espíritu de venganza, sin embargo de haber observado, por mí mismo, que su conciencia le remordía en sus procedimientos contra mí, y de los que con tanto descaro había ejecutado su hermano don Marcos, de que en el gobierno hay pruebas evidentes. Así es que llegado al Campo Santo, donde se me reunió inmediatamente, lo hice reconocer de Mayor General interino del ejército, por hallarse indispuesto el señor Díaz Vélez, y sucesivamente fié a su cuidado comisiones de importancia, dejándole con el mando de lo que se llamaba ejército, mientras mi viaje a Pummamarca. A mi regreso lo ocupé también cuando la huída del obispo de Salta, o su ocultación, y no había cosa en que no le manifestase el aprecio que hacía de él. Llega el caso de poner en movimiento el ejército, no porque estuviese en estado, porque con dificultad podía presentarse una fuerza más deshecha por sí misma, ya por su disciplina y subordinación, ya por su armamento, ya también por los estragos del chucho (terciana o fiebre intermitente), sino porque convenía ver si con mi venida y los auxilios que me seguían podía distraer al enemigo de sus miras sobre Cochabamba. Inmediatamente eché mano de él y lo mandé a Humahuaca, con la tal cual fuerza disponible que había, quedándome yo con el resto, con que fui a Jujuy a situarme, para poder trabajar en lo mucho que debía hacerse, si se había de reponer un cuerpo enteramente inerme y casi en nulidad, que era el ejército, en donde no se conocía la filiación de un soldado, y había jefe que en sus conversaciones privadas se oponía a ella, cual lo era el comandante de Húsares, don Juan Andrés Pueyrredón, sin duda para que todo siguiera en el mismo desorden. Me hallaba en Jujuy, y por sus mismos partes (de Balcarce) y oficios, y aun cartas amistosas, clamaba por que le dejase salir a perseguir algunas partidas enemigas, que me decía recorrían el campo; se lo prometí, y llegado hasta Cangrejillos, y aún antes, me insinuaba que no convenía separarse tanto del Cuartel General; le hice retirarse, así porque supe que no había enemigos hasta Suipacha y aquellas cercanías, como porque veía que mi intento no se lograba, de poner en movimiento al enemigo, que sabía, si cabe decirlo así, tanto o más que yo, lo que era el tal ejército. Se retiró, según mis órdenes de Cangrejillos, y tiene la osadía de decirme en el papel que me ha dado mérito a esta memoria, que había ido hasta Yavi y había ahuyentado a todas las partidas enemigas, cuando no encontró una, ni en aquella salida hubo más que mandar a don Cornelio Zelaya y don Juan Escobar, a traer al tío del marqués de Toxo (o Yavi, pues con los dos nombres era designado) de su población de Yavi. Es verdad que en Humahuaca promovió el reclutamiento de los hijos de la quebrada que tanto honor han hecho a las armas de la Patria, y se empeñó en su disciplina, para lo que él confiese que es a propósito, y, sí en mi mano estuviera, lo destinaría a la enseñanza, y particularmente de la caballería, pero de ningún modo a las acciones de guerra. Empecé a desconfiar de su aptitud para ellas en los momentos en que me avisó los movimientos del enemigo de Suipacha, y puede juzgarse de su cavilosidad y cobardía por sus mismos oficios y consultas repetidas, tanto que me vi precisado a mandar al Mayor General Díaz Vélez a hacerse cargo del mando, y aun a escribirle una carta reservada del estado de mi corazón respecto de aquél, pues ya no confiaba en sus operaciones, y me llenaba de desconfianza de si quería o no hacer lo que hizo con Pueyrredón, de darle un parte de que los enemigos bajaban, para que se retirase, cuando aquéllos ni lo habían imaginado. Llegado el Mayor General Díaz Vélez a Humahuaca con el designio de distraer al enemigo por uno de sus flancos, no pudiendo verificarlo por su proximidad, dictó sus órdenes para que se retirasen las avanzadas, que hizo firmar a Balcarce, por la mayor prontitud y aún al día siguiente se prevale de esto para decir de su honrosa retirada, cuando todas las disposiciones eran debidas al expresado Mayor General, y cuando jamás se le vio a retaguardia de la tropa, pues, al contrario, en la vanguardia, con los batidores, era su marcha. Esto lo presencié por mí mismo, cuando habiéndome dado parte, en la Cabeza del Buey, de que el enemigo avanzaba y sólo distaba cuatro cuadras del cuerpo de retaguardia, mandé que se replegase a mi posición y me dispuse a recibirlo; vi, pues, entonces, que con los batidores, y a un buen trote, el primer oficial que se me presentó fue el don Juan Ramón, y sé que sucesivamente hizo otro tanto, hasta que vino envuelto entre el cuerpo dicho de retaguardia, perseguido de los enemigos. Cuando éstos se me presentaron en el río de las Piedras, y logré rechazarlos con sólo cien cazadores, cien pardos y otros tantos de caballería, entre los cuales no fue el primero ni a presentárseles, ni a subir una altura que ocupaban, y en que se distinguió el Capitán don Marcelino Cornejo, habiendo quedado a retaguardia el mencionado don Juan Ramón. Como desde esta acción ya mi cuerpo de retaguardia viniese a corta distancia, resuelto a sostenerme, para no perderlo todo, consultando con el Mayor General, en la Encrucijada, los medios y arbitrios que pudiéramos tomar para el efecto, me apuntó al nominado don Juan Ramón para enviarlo con anticipación a ésta (Tucumán), donde tenía concepto, por haber estado en otro tiempo de ayudante de las Milicias, y me resolví, dándole las más amplias facultades para promover la reunión de gente y armas, y estimular al vecindario a la defensa. Desempeñó esta comisión muy bien, dio sus providencias para la reunión de la gente, así en la ciudad como en la campaña, bien que más tuvo efecto la de ésta, en que intervinieron don Bernabé Aráoz, don Diego Aráoz y el cura doctor Pedro Miguel Aráoz, pues de la ciudad, la mayor parte, con varios pretextos y sin ellos, no tomaron las armas, siendo los primeros que no asistieron los capitulares, exceptuándose solamente don Cayetano Aráoz, y habiéndose ido dos o tres días antes de la acción el Gobernador Intendente don Domingo García, y no pareciendo en ella el Teniente Gobernador don Francisco Ugarte. El día que me acercaba a esta ciudad, se anticipó el ayudante de don Juan Ramón, don José María Palomeque, a anunciarme la reunión de gente, noticia que recibí con el mayor gusto y que ensanchó mi ánimo. Volé a verla por mí mismo, y hablé con aquél en la quinta de Ávila, donde nos encontramos, y haciendo toda confianza de él, y tratando de nuestra situación, le hice ver las instrucciones que me gobernaban, las más reservadas, manifestándole mi opinión acerca de esperar al enemigo; convino, lo mismo que había hecho en la Encrucijada, exponiéndome que no había otro medio de salvarnos, en cuya consecuencia escribí al Gobierno el 12 de septiembre, y aun le enseñé allí mismo el borrador, haciendo toda confianza de él. Sucesivamente se reunieron hasta seiscientos hombres, a sus órdenes, en que había Húsares, Decididos y paisanos, y les dio sus lecciones constantemente, contrayéndose, en verdad, a su instrucción y a entusiasmarlos en los días que mediaron, con un celo digno de aprecio, pero ya empecé a entrever su insubordinación respecto del Mayor General Díaz Vélez, y una cierta especie de partido que se formaba, habiendo llegado a término de escándalo la primera, aun a las inmediaciones de la tropa y paisanaje, que me fue necesario prudenciar las circunstancias, y en particular por no descontentar a los últimos, que, como he dicho, tenían un gran concepto formado de él. Es preciso no echar mano jamás de paisanos para la guerra, a menos de no verse en un caso tan apurado como en el que me he visto. Dispuse, pues, dividir aquel cuerpo, dándole a mandar la ala derecha, que la componía una mitad de dicho cuerpo, y a don José Bernaldes la ala izquierda, que era la otra mitad, con orden expresa de que se dividieran del mismo modo las armas de fuego, orden que no cumplió y de que fui exactamente cerciorado cuando al marchar para el frente del enemigo, me hace presente Bernaldes la falta de armas de fuego, por no haberse ejecutado mi expresada orden. El momento de la acción del 24 llega. La formación de la infantería era en tres columnas, con cuatro piezas para los claros, y la caballería marchaba en batalla, por no estar impuesta ni disciplinada para los despliegues, no podía ser en tan corto tiempo como el que había mediado del 12 al 24. Hallándome con el ejército a menos de tiro de cañón del enemigo, mandé desplegar por la izquierda las tres columnas de infantería, única evolución que habían podido aprender en los tres días anteriores, en que habíamos hecho algunas evoluciones de línea, y que se podía esperar que se ejecutase la tropa con facilidad y sin equivocación, guardando los  intervalos correspondientes para la artillería. Se hizo esta maniobra con mejor éxito que en un día de ejercicio. El campo de batalla no había sido reconocido por mí, porque no se me había pasado por la imaginación que el enemigo intentase venir por aquel camino a tomar la retaguardia del pueblo con el designio de cortarme toda retirada; por consiguiente, me hallé en posición desventajosa, con parte del ejército en un bajío, y mandé avanzar, siempre en línea al enemigo, que ocupaba una altura, y sufría sus fuegos de fusilería sin responder más que con artillería, hasta que observando que ésta había abierto claros y que los enemigos ya se buscaban unos a otros para guarecerse, mandé que avanzase la caballería y ordené que se tocase paso de ataque a la infantería. Confieso que fue una gloria para mí ver que el resultado de mis lecciones a los infantes para acostumbrarlos a calar bayonetas, al oír aquel toque, 47 me hallaba, y lo ejecutó con un correspondió a mis deseos; no así en la caballería de la ala derecha, que mandaba don Juan Ramón Balcarce, pues, lejos de avanzar a su frente, se me iba en desfilada por el costado derecho; en esta situación, observé que el enemigo desfilaba en martillo a tomar el flanco izquierdo de mi línea, y fiando al cuidado de los jefes de aquel costado aquella atención, me contraje a que la caballería de la ala derecha ejecutase mis órdenes. Hallándome en aquellos apuros, no sé quién vino a decirme, de la parte de Balcarce, que luego que la infantería hubiese destrozado al enemigo avanzaría la caballería; entonces se redoblaron mis órdenes de avanzar, y empezándolas a cumplir, marchando el ejército, le mandé decir con mi edecán Pico que no era aquél modo de avanzar, que lo ejecutase a galope. Sin embargo, tomó dirección no a su frente sino sobre la derecha, y viéndome así burlado en mi idea, volví la cara a retaguardia, y presentándoseme en el cuerpo de reserva el capitán don Antonio Rodríguez, al frente de la caballería que había allí, le mandé avanzar por el punto donde me hallaba, y lo ejecutó con un denuedo propio. Observaba este movimiento, y vuelvo sobre mi costado izquierdo para saber el éxito de aquella tropa del enemigo que había visto desfilar, y me encuentro con el Coronel Moldes que se venía a mí y me pregunta: “¿Dónde va usted a buscar mi gente?” (Su gente debería decir, porque el Coronel Moldes no mandaba ninguna). Entonces me manifiesta que estaba cortado; “pues vamos a buscar la caballería”, le dije, y tomo mi frente, que los enemigos habían abandonado…”. (7). Abruptamente, termina aquí el manuscrito y, tal como menciona el General José María Paz en sus memorias, “hasta aquí llega lo que escribió el General Belgrano de esta memoria. Sensible es que no la concluyese”. Coincidimos con él en que nos deja con el deseo de seguir leyendo más y seguir conociendo su visión sobre la histórica Batalla. Aunque breve e inconcluso, este relato posee la virtud de brindarnos de primera mano las impresiones de Manuel Belgrano en momentos tan cruciales de su vida y de la historia de nuestra tierra.
Referencias: (1). Mitre, B. (1887): Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires: Félix Lajouane editor, p. 24. (2). Ibídem. (3). Mitre, B. (1887): op. cit., p. 32 (nota 25). Véase también: Paz, J. M. (1957): Memorias Póstumas del General José María Paz (tomo i, Apéndice), Buenos Aires: Ediciones Estrada. (4). El término “batalla campal” se refiere a un enfrentamiento en un territorio elegido, no de manera azarosa y, por lo general, a campo abierto. (5). Mitre, B. (1887): op. cit., pp. 475-476. 6. Paz, J. M. (1957): Memorias Póstumas del General José María Paz (tomo i), Buenos Aires: Ediciones Estrada, p. 27. (7). Belgrano, M. (1966): Autobiografía y otras páginas, Buenos Aires, Eudeba, pp. 44-52. 
Autora y publicación: Licenciada Maria Teresa Fuster, en “Legado”, Revista del Archivo General de la Nación de la República Argentina, Publicación Digital Nº 9 - febrero de 2018.



“Croquis de la Batalla de Tucumán” EUDE (Editorial Universitaria del Ejército Argentino). Batalla de Tucumán (24 de septiembre de 1812). 8 Parte de la Batalla de Tucumán redactado por Manuel Belgrano, 26 de septiembre de 1812. Archivo General de la Nación, Departamento Documentos Escritos. Sala X. Legajo 23-2-3. 

 Transcripción:
“Excelentísimo Señor, La Patria puede gloriarse de la completa victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente. Día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos: siete cañones, tres banderas y un estandarte, cincuenta oficiales, cuatro capellanes, dos curas, seiscientos prisioneros, cuatrocientos muertos, las municiones de cañón y de fusil, todos los bagajes, y aun la mayor parte de sus equipajes, son el resultado de ella: desde el último individuo del Ejército hasta el de mayor graduación se han comportado con el mayor honor y valor: al enemigo le he mandado perseguir, pues con sus restos va en precipitada fuga: daré a Vuestra Excelencia un parte pormenor, luego que las circunstancias me lo permitan. Dios guíe a Vuestra Excelencia muchos años. Tucumán 26 de septiembre de 1812. Excelentísimo Señor. Manuel Belgrano”. 
Famoso árbol Pacará (Fotografía del año 1910), donde descansó el General Manuel Belgrano luego de la Batalla de Tucumán. Se encuentra ubicado en la actual calle San Martín llegando a Catamarca. Al fondo, se divisa el edificio de la Estación. San Miguel de Tucumán. Archivo General de la Nación, Departamento Documentos Fotográficos. Álbum Sociedad Argentina de Fotógrafos Aficionados N°7, inventario 213289.
Referencias
  1. Véase : MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, la batalla del pueblo. En: Manuel Belgrano, los ideales de la Patria. Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 1995, p.59.
  2. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p.59.
  3. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 59.
  4. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 61.
  5. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op.cit., p. 62.
  6. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit.,p. 63.
  7. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 63.
  8. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 65.
  9. MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 65.
Manuel Belgrano
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Tucum%C3%A1n
http://manuelbelgrano.gov.ar/seccion-belgrano/batalla-de-tucuman/

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