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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

1 de octubre de 2019

BATALLA DE VILCAPUGIO, 1º DE OCTUBRE DE 1813. VICTORIA REALISTA (Española).

Batalla de Vilcapugio
La Batalla de Vilcapugio4 fue una contienda librada durante la Guerra de Independencia de la Argentina, en la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú, en la que las tropas rioplatenses al mando del general Manuel Belgrano fueron derrotadas por las tropas realistascomandadas por el general Joaquín de la Pezuela, el 1 de octubre de 1813.
Batalla de Vilcapugio
Guerra de la Independencia Argentina/Guerra de la Independencia de Bolivia
Plano Vilcapugio.jpg
Antiguo plano de la batalla.
(La anchura del terreno retratado es de unos 50 km).



Fecha
1 de octubre de 1813

Lugar
Vilcapugio, Departamento de OruroBolivia
Resultado


Coordenadas19°02′13″S 66°35′31″O (mapa)

Victoria realista
Beligerantes
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Imperio españolBandera Argentina.png Provincias Unidas del Río de la Plata1
Comandantes
Joaquín de la PezuelaManuel Belgrano
Fuerzas en combate
4000 hombres y 12 cañones23500 a 3600 soldados y 14 piezas de artillería2 3
Bajas
153 muertos
260 heridos
600 muertos
1000 heridos
100 prisioneros
Luego de los dos triunfos del Ejército del Norte en las batallas de Tucumán y Salta, el gobierno de Buenos Aires instó al general Manuel Belgarno a continuar con la campaña en el Alto Perú. Belgrano, por entonces ya enfermo de paludismo, y con dificultades para abastecer el ejército a su mando con muchos reclutas nuevos y deficiente artillería ―pues escaseaban las mulas― acató sin embargo la orden desde su establecimiento en Jujuy.
Luego de los dos triunfos del Ejército del Norte en las batallas de Tucumán y Salta, el gobierno de Buenos Aires instó al general Manuel Belgarno a continuar con la campaña en el Alto Perú. Belgrano, por entonces ya enfermo de paludismo, y con dificultades para abastecer el ejército a su mando con muchos reclutas nuevos y deficiente artillería ―pues escaseaban las mulas― acató sin embargo la orden desde su establecimiento en Jujuy.
Retrato de Joaquín de la Pezuela (1761-1830).
El ejército armado por Belgrano contaba con el coronel Baltasar Cárdenas, que tenía a su mando a 2000 indios mal organizados y armados, y a las fuerzas de la ciudad de Cochabamba, bajo las órdenes del coronel Cornelio Zelaya
Cornelio Zelaya
Cornelio Zelaya.jpg
Coronel

Lealtad
Argentina

Servicio/rama
Caballería
Participó en

participó en las campañas al Alto Perú


Nacimiento
1782
Bandera de España 1760-1785.svg Buenos AiresVirreinato del Río de la Plata

Fallecimiento
1855
Bandera de Argentina Estado de Buenos Aires.
Ambos tuvieron órdenes de sublevar las poblaciones indígenas situadas a espaldas de los realistas. Belgrano, a su vez, sabedor de que el ejército realista no tenía casi mulas para mover su artillería y provisiones, planeaba atacar por el frente, intentando realizar el clásico movimiento de pinzas, con la seguridad de que el general Pezuela no se atrevería a jugarse en una batalla el destino de la campaña.
Retrato de Manuel Belgrano 
A fines de septiembre de 1813, el grueso del ejército comandado por Belgrano arribó a la pampa de Vilcapugio, que es una meseta circundada por montañas de altas cumbres, unos 140 km al norte de la ciudad de Potosí. En la aldea de Condocondo, ubicada a orillas de la lago Poopó estaban establecidas las tropas realistas al mando del propio de la Pezuela y de su comandante, el salteño Saturnino Castro. Este logró cerrar el paso a las tropas de Cárdenas, cortando así las comunicaciones entre el campamento de Belgrano y las tropas del gobierno de Buenos Aires en Cochabamba. Entre los papeles de Cárdenas, Castro logró secuestrar las instrucciones secretas de Belgrano.
Batalla de Vilcapugio
De la Pezuela, que se encontraba en una estricta defensiva debido a la desmoralización de su ejército realista, gracias a los documentos caídos en su poder, se enteró de los planes de Belgrano. Gracias a ello hizo planeó dos posibles opciones militares. Una primera posibilidad era resistir en sus posiciones los esperados ataques de Belgrano y Zelaya, plan que con seguridad a la larga le traería la derrota. Contra todo lo esperado, tomó una segunda opción, y avanzó por las montañas, presentando batalla en Vilcapugio el 1 de octubre.
Batalla de Vilcapugio
La lucha tomó por sorpresa a las tropas rioplatenses. Aun así, las secciones veteranas del Ejército del Norte contuvieron e hicieron retroceder el ala izquierda y centro realista, hasta el punto que el mismo Pezuela reconocería en sus partes al virrey de Lima que daba por perdida la batalla, pero su propia ala derecha se mantenía en el campo de acción, y derrotaba a la sección izquierda argentina. Si el Ejército del Norte hubiera continuado la persecución de las deshechas tropas españolas, o atacado la sección del este, que se encontraba en el campo de batalla, la victoria hubiera sido segura.
Manuel Belgrano 
Pero un toque de reunión, más la llegada de un escuadrón de caballería realista al mando del coronel Saturnino Castro, confundió a los argentinos, quienes se desbandaron. El ejército realista se reorganizó, se adueñó de toda la artillería ―incluido su comandante, José Bernaldes Polledo― con la que continuó cañoneando la posición de las pocas tropas de Belgrano que continuaban en el campo de batalla, los cuales debieron procurar salvarse de una completa destrucción. Ante la situación y la sorpresa de Belgrano, el mismo general subió a un morro asido de la bandera y llamó a reunión de su tropa. Únicamente acudieron trescientos. Entre ellos, el mayor general Eustoquio Díaz Vélez, Gregorio Perdiel y Lorenzo Lugones. Por la noche Belgrano pudo evadir a los realistas y emprender la retirada.5
Eustoquio Antonio Díaz Vélez
General Eustoquio Díaz Vélez.jpg
General Eustoquio Díaz Vélez. Óleo situado en la Sala de la Independencia del Cabildo de Salta(Argentina).

1.ª y 2.ª Campañas del Alto PerúSuipacha,Huaqui, Jesús de Machaca, Cangrejos,Quebrada del NazarenoÉxodo Jujeño, Cobos, Las PiedrasTucumán, Yaraicoragua,Cochabamba, El Volcán, YatastoSalta, Macha, VilcapugioAyohuma
Mayor General del Ejército del Norte
Datos personales

Nacimiento
2 de noviembre de 1782
Bandera de España Buenos AiresVirreinato del Río de la Plata

Fallecimiento
1 de abril de 1856 (74 años)
Bandera de Argentina Buenos Aires, Estado de Buenos Aires


Partido
Ejército patriota

Cónyuge
María del Carmen Guerrero y Obarrio

Hijos
Eustoquio Díaz Vélez

Profesión
militarestadista y estanciero

Ocupación
Militar


Religión
catolicismo
Acordó con Díaz Vélez que fuese este quien tomara la ruta hacia Potosí y reuniera a los otros hombres dispersos.
El resultado de la batalla fueron más de 1500 bajas, más de 400 fusiles perdidos y casi todo el parque de artillería.
Con posterioridad, Díaz Vélez se posicionaría en Potosí a la cabeza de un cuerpo de tropas, gran parte de las dispersas luego de Vilcapugio. Belgrano, con el resto del ejército, se ubicó sobre el flanco izquierdo del enemigo. Las tropas se reorganizaban para proseguir la Campaña del Alto Perú, según las órdenes del gobierno de Buenos Aires.
A pesar de que se puede pensar que una fatalidad ―la caída de los papeles privados de Cárdenas en manos de Castro― trastocó el plan argentino, no es menos cierto que Belgrano confió demasiado en la supuesta falta de movilidad de su oponente. La ubicación de su campamento tan cerca del de los realistas con demasiada anticipación al resto de sus aliados resultó un error gravísimo, ya que les dio a los españoles la oportunidad de realizar el ataque por sorpresa. Más aún, sabiendo que tres días más le hubieran asegurado rodear el campamento español con la totalidad de sus fuerzas.


Batalla de Vilcapugio

1 de octubre de 1813


Descripción:
En mayo de 1813 las fuerzas patriotas no habían podido avanzar de Jujuy. El 12 de este mes el general Belgrano explicaba al Gobierno que se hallaban desprovistas de armamento, vestuario y cabalgaduras; la infantería “casi sin calzados”. Agregaba: “Apenas se halla aquí el Nº 1 para custodiar el gran armamento que tenemos, el parque y la maestranza, y los hospitales de sangre y enfermedades”. Superando dificultades, en setiembre los 3.600 hombres que componían el Ejército patrio se movieron hacia la llanura de Vilcapugio, entre Potosí y Cochabamba. El 1º de Octubre allí chocaron con el Ejército Real del Perú, mandado por el general Joaquín de la Pezuela.
Resultado:
Victoria realista
Consecuencias:
Los patriotas perdieron en Vilcapugio unos trescientos hombres, muertos en combate, más de cuatrocientos fusiles y casi toda su artillería. Lograron reunir, entre Macha y Potosí, unos mil hombres, nada más, ya que el resto había desbandado. El bando realista, en tanto, no salió tanto mejor de la parada, al menos quinientos cincuenta bajas entre muertos y heridos, y una gran dispersión a causa de la huida del ala izquierda y sector central de su formación de batalla. Las pérdidas, además de la falta de caballos, evitan que Pezuela inicie la persecución de los patriotas.
País(es) involucrado(s)
 Argentina España.
Líderes:
Comandantes: Joaquín de la Pezuela, Manuel Belgrano.
CONSECUENCIAS Y RESULTADOS
Los patriotas perdieron en Vilcapugio unos trescientos hombres, muertos en combate, más de cuatrocientos fusiles y casi toda su artillería. Lograron reunir, entre Macha y Potosí, unos mil hombres, nada más, ya que el resto había desbandado. El bando realista, en tanto, no salió tanto mejor de la parada, al menos quinientos cincuenta bajas entre muertos y heridos, y una gran dispersión a causa de la huida del ala izquierda y sector central de su formación de batalla. Las pérdidas, además de la falta de caballos, evitan que Pezuela inicie la persecución de los patriotas.
La retirada resultó por demás penosa, uno de los relatos sobre ella lo hizo el general Paz:
"Caminamos el resto de la tarde y llegamos al anochecer a un lugar árido, llamado El Toro, que dista 3 leguas de Vilcapugio, y donde sólo había uno o dos ranchos inhabitados. Es la primera vez que comí carne de llama; la noche era extremadamente fría y sólo habíamos escapado con lo encasillado. Había oficiales que se tuvieron por felices de hallar un cuero de llama, chorreando sangre, en qué envolverse... Al día siguiente se continuó la marcha, llevando mi regimiento (los Dragones) la retaguardia. A poco trecho del lugar en que habíamos pasado la noche, se presentaba una cuesta larga, pendiente y muy arenosa; a la fatiga de la ascensión se agrega la de enterrarse un palmo los pies en la arena; cuando menos, era preciso un par de horas para subirla, atendido el estado de nuestros caballos, los que iban tirados por la brida y los jinetes a pie, prolongando inmensamente la columna. Yo subí de los últimos y me maravillé de no encontrar ni jefes, ni general, ni infantería, ni columna, ni cosa que se pareciese a una marcha militar. Todos, desde que hubieron llegado a la cumbre desde donde seguía el camino por unas alturas que presentaban menos quiebras, habían continuado sin parar y sin esperar a los demás, de modo que el pequeño ejército se redujo a una completa dispersión... y después de ser muy de noche y haber fatigado nuestras cabalgaduras, llegamos a un pueblecito llamado Caine, donde por fin supimos que estaba el General. Nos metimos en un rancho y pasamos la noche. Al día siguiente el General, de cuyos movimientos estábamos todos pendientes, no marchó; antes, por el contrario, empezó a destacar oficiales que recorriesen los alrededores y volviesen por el camino del día anterior, para indicar que allí estaba él y que allí debían reunirse. Es seguro que esa mañana (3 de octubre) no había 100 hombres en Caine, de los 500 que estuvimos en El Toro; pero fueron llegando partidillas, de modo que por la tarde había cerca de 300... Todo el día 3 pasamos en Caine; el 4 sólo anduvimos una legua, hasta el pueblito de Ayohúma, dando siempre tiempo a que se reuniesen los dispersos. El 5 anduvimos 3 leguas y llegamos a Macha, pueblo de bastante extensión, donde se fijó el cuartel general".
ERRORES ESTRATÉGICOS
La historia ha probado que a pesar de que la ocupación de documentos privados sumamente importantes como los que poseía Cárdenas hallan caído en manos de Castro y posteriormente este haber desmantelado el plan o la estrategia de combate argentina. No fue en su totalidad la causa de esta batalla, pues un factor fundamental fue por parte de Belgrano, el cual subestimo a su enemigo confiando demasiado en la supuesta falta de movilidad de su oponente. La ubicación de su campamento tan cerca del de los realistas con demasiada anticipación al resto de sus aliados resultó un error gravísimo, ya que les dio la oportunidad de realizar el ataque por sorpresa. Más aún, sabiendo que tres días más le aseguraban rodear el campamento español con la totalidad de sus fuerzas.
REFERENCIAS
  1. Volver arriba↑ Los patriotas de la Provincia de Charcas que participaron en la batalla lo hicieron como parte de las Provincias Unidas. 
  2. Saltar a:a b Artículo de Historia militar Argentina en el sitio web Biblioteca de Armas. 
  3. Volver arriba↑ «Batalla de Vilcapugio», artículo en el sitio web Revisionistas (Buenos Aires). 
  4. Volver arriba↑ La trasliteración correcta en idioma quechua sería Vilcapuquio pozo santo o laguna santa. 
  5. Volver arriba↑ Balmaceda, Daniel. Manuel belgrano en Vicapugio. 20-6-15. http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/libros/manuel-belgrano-en-vilcapugio/#disqus_thread
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Vilcapugio
http://www.ecured.cu/index.php/Batalla_de_Vilcapugio

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