Todos quienes han egresado de los Institutos de Reclutamiento, a su egreso, han sido investidos con un símbolo de mando: el sable. Al inspeccionarlos, han observado una serie de inscripciones.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ESTA TRADICIÓN?
El historiador Alberto Salas nos dice lo siguiente:
. “Las espadas de la conquista, de los españoles en América, como todas las de su época, tenían grabadas en sus hojas, lunas y divisas, fanfarronas y alentadoras algunas, otras sencillamente amenazantes o devotas a Dios y al Rey. Creemos que las galantes y cortesanas son algo posteriores a la época que tratamos. Una espada caída en 1540 en las llanuras de Kansas, a las cuales como dice Sargent, dan profundidad y plenitud, hallada en 1886, tenía escrito a punzón el nombre de Juan Gallegos y este lema:
- “No me saques sin motivo ni me envaines sin honor”
- - Frente al enemigo, nunca contra el amigo.
- - El golpe barajo y cuidado con mi tajo.
- - Por mi dama y mi Rey, es mi ley.
- - Como soy de buen acero, mi amo debe ser fiero.
- - Lealtad toledana.
- - Sueño del soldado.
- - A Dios rogando y con la espada dando.
- - Desenvaino nunca en vano.
- - Soy de Rodrigo de Alderete, el que cumple lo que promete.
- - No me dejes sin matar herejes.
- - Desenvainar no es matar, envainar no es acobardar.
- - Al desenvainar, la honra mirar.
En vivo contraste con los lemas anteriormente descriptos, una espada de Felipe II, conservada en la Real Armería, posee esta leyenda en latín:
- Pro fide et patria, pro Christo et patria – Inter arma silent leges. Soli Deo gloria.
- Por la fe y la Patria, por Cristo y la Patria. Entre armas, enmudecen las leyes. Sólo para Dios es la gloria.
- Pugna pro patria, pro aris et focis; nec temere, nec timide, fide sed cui vide.
La traducción al castellano, vendría a significar:
- Lucha por la Patria, la religión y la familia; ni temeraria ni tímidamente, confía pero mira en quién.
En los tiempos a que nos referimos, no se concebía que el hombre, civil o militar, noble o plebeyo, no portara un arma y así surgieron los talleres de armería, en los que los artesanos se esmeraban para cumplir los deseos de quienes les encargaban trabajos especiales. Desde el forjado del acero en fraguas en las que el fuego ardía constantemente, los armeros iban dándole al metal en bruto, mediante el calor y aplicación de golpes, la dureza, flexibilidad y resistencia que requería el arma.
Sable de Oficial del Ejército Argentino
Terminada de trabajar la hoja, se labraba el guardamano o cazoleta y la empuñadura, como también la vaina, pudiendo ser ésta de metal o cuero con guarniciones metálicas. Generalmente, las espadas eran complementadas por dagas o armas blancas de puño semejantes, igualmente labradas. También es antigua la costumbre de que las armas fabricadas especialmente o por encargo, llevaran un nombre identificatorio, la fecha y lugar de fabricación, y en ocasiones, el nombre del fabricante.
Sable De Caballería 1898 Krischbaun Solingen
Y respecto del tema que nos ocupa, se hacían con ácidos o labradas con durísimos punzones y pacientes e innumerables golpes que iban dando forma a las figuras y palabras. Algunas armas, generalmente de uso ceremonial o especialmente encargadas por algún noble personaje, llevaban incrustaciones en damasquinado y hasta de piedras preciosas, no escatimándose en gastos para la confección laboriosa y perfecta de estas nobles armas.
Estatua ecuestre del Cid en Burgos, esculpida por González Quesada e inaugurada en 1955.
Tal vez, los casos más conocidos, sean los nombres de las espadas que pertenecieran a Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, cuyas espadas preferidas se llamaban La Tizona y La Colada. La misma costumbre se observa en los antiguos cañones de avancarga, a los que también se les grababa el nombre, y lugar y fecha de su fundición, a la vez que el escudo de armas de la casa real a la que servía...
Sable Oficial de Policía Modelo (Se puede ver el "Gallito" en el lateral de la cruz).
En nuestro Ejército Argentino, hasta que se normó y reglamentó el tipo de sables a usar por el personal militar, prácticamente hasta la Guerra de la Triple Alianza, existía un gran individualismo en la forma de adquirir las armas y equipos con los que se dotaba al Ejército. A partir de la organización del Ejército Nacional, comenzó a observarse una mayor uniformidad en las adquisiciones efectuadas en el exterior, en la vestimenta usada por el personal y una mayor rigurosidad en el uso de los uniformes, armas y equipos.
Sable de Oficial de Ejército Modelo 1910 - Solingen
Es hacia 1870, que en las espadas y sables de los oficiales, rodeada de grabados de hojas de roble y laurel, comienza a aparecer la leyenda EJÉRCITO NACIONAL, junto con las inscripciones de fabricante, lugar de la forja y armado del arma y eventualmente, el año de fabricación.
Hacia 1895, en los sables de caballería para la tropa, mandados fabricar en Alemania, comienzan a aparecer las leyendas REPÚBLICA ARGENTINA y EJÉRCITO ARGENTINO.
Finalizando el siglo XIX, en los afamados sables de acero Solingen, fabricados en Alemania, y comprados por las comisiones de adquisición que encabezara el general Riccheri, entre grabados de laureles y hojas de roble, aparece grabada la inscripción de EJÉRCITO ARGENTINO.
Sable de oficial fabricado por W. Kirschbaum, de Solingen, Alemania.
Será en el sable adoptado para los oficiales en 1910, que es el modelo actualmente en uso, en el que también aparece la conocida frase SEAN ETERNOS LOS LAURELES, acompañada en algunos ejemplares, dependiendo del año de hechura y del fabricante, la inscripción REPÚBLICA ARGENTINA. En todos los casos, estos grabados se encuentran rodeados de hojas de acanto, laurel y roble, así como también, en algunos modelos, la efigie de la República, también rodeada de los mismos ornatos.
Sable corvo de San Martín - Comprado por él en Londres en 1811, el sable que acompañó al libertador en todas las batallas independentistas en las que participó; fue legado a su muerte al por entonces gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas Foto:Archivo El Litoral/Flavio Raina
Hacia 1941, con el egreso de la promoción 68 del Colegio Militar de la Nación, los sables comenzaron a entregarse con el nombre del subteniente, la fecha y la firma del Presidente de la Nación, junto con las inscripciones ya mencionadas.
El sable, símbolo del mando en el oficial y en los suboficiales superiores lleva de esta forma, estampados en su hoja, una serie de expresiones que de por vida recordarán al dueño el significado de la alta responsabilidad de la que es depositario y le recuerda, en el caso de los oficiales, la oportunidad en que fueron investidos, al igual que los antiguos caballeros de la antigüedad.
Autor del Artículo: Mayor (R) Museólogo Sergio O. H. Toyos
Húsar alado polaco y su sable, 1614.
EL SABLE
El sable es un arma blanca curva y (generalmente) de un solo filo, pensada para cortar, habitualmente usada en caballería e infantería (oficiales) en elsiglo XIX e incluso XX. Este carácter curvo de la hoja y su filo único, diferencia tradicionalmente al sable de la espada.
Esta arma blanca es de tajo y surgió por la necesidad de velocidad en combate. Ésta se logra al cortar y no dejar incrustada la hoja del arma en el cuerpo del adversario (al contrario de la mayoría de las espadas de una mano, que son de estocada).
Sable Frances de Caballería de Linea
La curvatura, que está ubicada generalmente desde la punta hasta la mitad del sable, genera un tajo profundo.
Bajo estas consideraciones, la tradicional katana japonesa es técnicamente un tipo de sable. En la actualidad el sable está totalmente descartado como arma ofensiva; su única función es la de complemento de uniforme y distintivo de mando del oficial de ejército.
Sable modelo 1.857 para Oficial de la Marina Española
NOTA: OFICIAL (FUERZAS ARMADAS)
El término oficial corresponde a la carrera, categoría o nivel, que los efectivos ostentan desde el rango o grado de Alférez o Subteniente hasta General,Capitán General o Mariscal de Campo, de las Fuerzas Armadas o las Fuerzas de Seguridad de una nación; que adquieren al finalizar sus estudios en las respectivas Escuelas de Oficiales de cada país, al ascender por antigüedad o mérito, ya sea el ganado en combate o en tiempo de paz. Los oficiales se diferencian entre sí por el grado y la posición que ocupan dentro de su escalafón jerárquico. Los oficiales tienen como tarea principal ejecutar, conducir y liderar las diversas operaciones llevadas a cabo en sus respectivas instituciones, ya sea en tiempos de paz o de guerra.
También existen los suboficiales, que pertenecen a su propio escalafón jerárquico, distinto al de los oficiales. El oficial tiene una formación diferente y con una posición superior al suboficial en el escalafón de mando.
Sable Oficiales Ejército Tierra Español
Por esta razón la calidad de los materiales para su confección ha mermado notoriamente. La curvatura del sable pretende conseguir, en teoría, que un hombre a caballo, al descargar el brazo con esta arma, dibuje un amplio círculo sobre el infante logrando que en el punto de corte el sable siempre sea tangencial. Por esta razón no se ensarta, sino que corta, con lo que aumenta la herida sin clavar el arma. Debido a ello los sables pensados para caballería tienen una gran curvatura, son casi circulares; los pensados para infantería poseen una curvatura menor, pues debe concederse importancia a la función defensiva: mantener alejado al enemigo y parar sus golpes.
Sable oficial japonés
EL SABLE COMO ARMA DE ESGRIMA
El sable moderno es, junto con la espada y el florete, una de las tres armas de esgrima. Deriva del arma que usaban los soldados de caballería. Tiene un protector en forma de cuenco, que se curva bajo la mano, y una hoja en forma de T en sección transversal. La longitud del sable es de 90 cm y su peso máximo es de 500 g. Los tocados o puntos se pueden conseguir embistiendo con la punta o produciendo un corte con el filo de la hoja. El blanco válido es todo el cuerpo de cintura para arriba, incluyendo cabeza y brazos. Los asaltos de sable son los más rápidos y ágiles en esgrima, por lo que requieren una buena forma física.
Sable Y Vaina Militar United States Marines (usa)
ANECDOTA DEL TENIENTE CORONEL AMÉRICO FLAIBAN RESPECTO DEL GENERAL EXPEDICIONARIO DEL DESIERTO RICARDO ANACLETO SOLÁ.
Me estaba desenganchando el sable, para dejarlo junto a la gorra y los guantes en el guardarropas, cuando el General me preguntó si sabía lo que estaba dejando sobre la mesa. Un tanto sorprendido le contesté que sí, que era el símbolo del mando del oficial. De acuerdo -me dijo- ¿Pero cuál es su significado intrínseco? A mi silencio correspondió pidiéndome permiso para tomarlo, dándome entonces la siguiente explicación: - El pomo del sable significa: La Verdad, donde está acuñado el Escudo Nacional. Aquí, en el guardamanos, están talladas las más caras tradiciones nacionales, simbólicamente figura la efigie de Cuzco, hasta donde llegaron las armas argentinas llevando la libertad. - La curvatura es igual a la usada por el Libertador, de origen Morisco, que representa: Equilibrio - Justicia – Paz. - Este es Marte, Dios de la Guerra, en el anverso está: La Libertad. - La Dragona tiene una cinta con un lazo corredizo, que como Ud. sabe, el oficial ciñe a su muñeca cuando desenvaina el sable. Bueno, si extendemos esa cinta, dentro de ella cabe la cabeza de un hombre. - Y aquí en la hoja está grabada la inscripción: “SEAN ETERNOS LOS LAURELES”, que son los propósitos de nuestro Himno Nacional. Sorprendido por tantas cosas que ahora, ante la explicación tomaban verdadero relieve, el señor General continuó su relato: - En definitiva, mi joven amigo, el sable sintéticamente significa: “Siempre que desenvaines tu sable, empuñando la verdad y teniendo al Escudo Nacional como divisa, en defensa de nuestra Libertad, aunque te empeñes en la guerra, las más caras y gloriosas tradiciones nacionales te protegerán la mano. Tuya será la victoria y eternos serán los laureles. Pero, piensa que atado a tu muñeca, llevas un juramento prendido que te recuerda: ¡Más vale morir ahorcado que traicionar a la Patria!”
SABLE CORVO DEL GENERAL SAN MARTÍN
EL SABLE DEL GENERAL BELGRANO
El histórico sable que perteneció al general Don Manuel Belgrano se exhibe en la sala que lleva su nombre en el Museo Histórico Nacional, ubicado en el Parque Lezama de la ciudad de Buenos Aires, cuyo archivo documental nos proporciona una breve explicación de su origen y de sus sucesivos usuarios, constituyendo la única referencia escrita que arroja cierta luz sobre este tema, dado que ningún historiador ha encarado aún el estudio integral de los sables y espadas que usó el prócer en sus campañas militares.(1)
SABLE DEL GENERAL BELGRANO
EL SABLE Y SU HISTORIA
El sable original fue obsequiado al creador de la Bandera Nacional por la Asamblea del Año XIII, como premio por la victoria de Salta. Pasó luego a manos del General Martín Miguel Güemes y posteriormente fue su propietario el General Rudecindo Alvarado, guerrero de la independencia. Su hija Doña Antonina Alvarado la donó al Congreso de la Nación que lo tuvo en custodia hasta la creación del Museo Histórico Nacional.
Por iniciativa del Instituto Nacional Belgraniano, el facsímil del sable fue adoptado por los Brigadieres de la Fuerza Aérea Argentina.
Esta réplica pertenece al Instituto Belgraniano del Litoral; la recibió en donación el 24 de Setiembre de 2008, aniversario de la Batalla de Tucumán, por parte del Brigadier (R) Ivar Delmar Cotelo.
Según dicha referencia, el 10 de octubre de 1881 la señora Antonina Alvarado, viuda de Moyano e hija del brigadier general Rudecindo Alvarado (1792-1872) -quien se destacó en nuestras luchas independentistas-, cursó una nota al Honorable Congreso de la Nación desde Salta donde residía, donando entre otros objetos, el sable que había pertenecido a su extinto padre y que, a su vez, lo había recibido del general Martín Miguel de Güemes (1785-1821), dejando constancia que con anterioridad lo había utilizado el general Belgrano. Esa donación quedó en custodia en la Biblioteca de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, en razón de no existir aún el Museo Histórico Nacional.
El 10 de septiembre de 1890, el director del recién creado Museo Histórico de Buenos Aires, Dr. Adolfo P. Carranza (1857-1914), hizo una presentación por escrito a la Honorable Cámara de Diputados solicitando aquella donación, gestión que fue aprobada ese mismo día, pasando al nuevo museo que la exhibió a partir de su inauguración el 15 de febrero de 1891. Este organismo adquiriría pocos meses después su actual denominación de Museo Histórico Nacional.(2)
Este histórico sable es una hoja de acero corva, de 103 cm de largo, con figuras y adornos dorados en su tercio superior, de un solo filo, lomo redondo, ancho vaseo en ambas mesas desde la espiga hasta la misma punta, carece de bigotera y no presenta marca de fábrica ni inscripción alguna, con guarnición de aro de bronce dorado y cincelado, con varias figuras simbólicas y ornamentales cinceladas, con asta de bronce cincelado, faltándole a la empuñadura una de sus cachas de nácar y estando quebrada la restante.
La vaina es dorada, con dos abrazaderas y anillas, con tres aplicaciones de bronce que representan escenas de guerra no identificadas, estando el resto repujado artísticamente.(3)
Este sable le fue donado en el año 1813 por la Asamblea General Constituyente como premio por la victoria de Salta, del 20 de febrero de aquel año. En la sesión del 8 de marzo se acordó por unanimidad ofrecerle un sable de guarnición de oro con la siguiente inscripción grabada en su hoja: "La Asamblea Constituyente, al benemérito general Belgrano", además de entregarle un premio de $ 40.000 en fincas del Estado.(4)
La hoja del sable con figuras y adornos de oro exhibida en el museo, no presenta inscripción. Se desconocen las causas por las cuales no se cumplió con el mandato de la Asamblea Constituyente, tal vez por carecer la hoja del espacio suficiente para grabar una leyenda tan extensa o bien, por posible desidia gubernamental.
La primera réplica que se realizara de este sable fue dispuesta por el Gobierno Nacional para la Gendarmería Nacional por un decreto del año 1957, en cuanto había pertenecido al general Güemes. Por este decreto se aceptó su figura como representación histórica de un paladín de la defensa de la frontera, ordenando su uso por parte del personal superior que alcanzara el grado máximo de Comandante General y una réplica reducida para los cadetes de su instituto de formación.(6)
Como un justo homenaje de la Fuerza Aérea Argentina para honrar la memoria del ilustre brigadier general Belgrano, al cumplirse en 1970 el bicentenario de su nacimiento y el sesquicentenario de su muerte y a propuesta del Profesor Aníbal Jorge Luzuriaga, entonces Miembro de Número del Instituto Belgraniano Central, su Comandante en Jefe brigadier general Carlos A. Rey, resolvió que una réplica de su sable corvo fuera usada como insignia de mando de los brigadieres de su Fuerza. Esta disposición por problemas económicos recién se cumpliría a partir de 1979, por gestión del actual y también entonces Presidente del Instituto, Dr. Aníbal Jorge Luzuriaga. En ese mismo año, por otra disposición y previa coordinación con las autoridades pertinentes, se asignó a la Jefatura Militar de su Estado Mayor General la responsabilidad de custodiar simbólicamente su mausoleo y apoyar con personal administrativo las tareas del Instituto Belgraniano Central, actual Instituto Nacional Belgraniano.(7)
Cabe señalar que en el Ejército sus generales usan desde el año 1946 una réplica del sable corvo del brigadier general San Martín, cuya primera entrega se formalizó el 2 de junio de ese año, con una formación militar, recibiéndolos el presidente de la Nación, general de división Edelmiro J. Farrell, el presidente electo, general de brigada Juan Domingo Perón y los restantes generales en actividad.
En la Armada, sus almirantes desde 1986 usan la réplica de la espada naval que perteneció al almirante Guillermo Brown (1777-1857).
NOTAS
Antecedentes documentales del sable del brigadier general Belgrano existentes en el Museo Histórico Nacional, registrados bajo el n° 280 de la carpeta n° 1459. El presente artículo está basado en sendos trabajos del Comodoro Retirado Santos A. Domínguez Koch, "El brigadier general Manuel Belgrano, Benemérito de la Fuerza Aérea Argentina" en Instituto Nacional Belgraniano, Segundo Congreso Nacional Belgraniano, Buenos Aires, 1994, p. 124 y "El sable corvo del general Manuel Belgrano" en Anales N° 9, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 2000, p. 113.
1- 33° Sesión Ordinaria de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación del 10 de septiembre de 1890 en Santos A. Domínguez Koch, "El brigadier general Manuel Belgrano...", ob cit., pp. 124-125 y Santos Domínguez Koch, "El sable corvo...", ob cit., pp. 113-114.
2- Santos A. Domínguez Koch, "El Brigadier...", ob cit., p. 125.
3- Actas de la Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, período enero a junio de 1813, Legajo en el Archivo General de la Nación, Sala X, 3-8-9, foja 104 en: Santos Domínguez Koch, "El sable corvo...", ob cit., p. 114.
4- Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Buenos Aires, Félix Lajouane Editor, 1887, t. I, p. 194; Enrique de Gandía, "La Asamblea de 1813" en Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Morón, N° 2, 1971, p. 68; Augusto Terbeck, "Manuel Belgrano en la educación y la cultura" en Segundo Congreso Nacional Belgraniano, ob cit., p. 403; Víctor Ernesto Rodríguez Rossi, palabras como Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano para conmemorar el 187° aniversario de la Batalla de Salta del 20 de febrero de 1813, con formación cívica-militar frente al mausoleo del general Belgrano, Buenos Aires, 18 de febrero de 2000; Revista de la Gendarmería Nacional, N° 40, noviembre-diciembre 1970. Véase también: Santos A. Domínguez Koch, "El Brigadier...", ob cit., p. 125 y Santos Domínguez Koch, "El sable corvo...", ob cit., pp. 115-116.
5- Decreto N° 7149, 26 de junio de 1957. Véase también: Santos A. Domínguez Koch, "El Brigadier...", ob cit., p. 125 y Santos Domínguez Koch, "El sable corvo...", ob cit., p. 115.
6- Resolución N° 378, 22 de mayo de 1970- BAP N° 2119 y acta N° 275, 6 de agosto de 1979 de la Comisión Directiva del Instituto Belgraniano Central en: Santos Domínguez Koch, "El sable corvo...", ob cit., p. 116.
7- Resolución s/ N°, 21 de mayo de 1946, BMP N° 760, formación militar realizada en la rotonda de las Avenidas de Mayo y 9 de julio, de la ciudad de Buenos Aires, en conmemoración del 136° aniversario de la Revolución de Mayo. Véase: Santos A. Domínguez Koch, "El Brigadier...", ob cit., p. 126.
Fuente: Instituto Nacional Belgraniano
Fuente:
http://www.fundacionsoldados.com.ar/cultura/cultura-20.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Sable
https://es.wikipedia.org/wiki/Oficial_(fuerzas_armadas)
http://www.bicentenario.culturasalta.gov.ar/index.php/documentos/31-sable-belgrano
http://www.bicentenario.culturasalta.gov.ar/index.php/documentos/31-sable-belgrano
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