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Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

14 de mayo de 2019

OPERACIÓN “MIKADO” Y SUS VARIANTES. LA MISIÓN SECRETA BRITÁNICA EN LA GUERRA DE MALVINAS.


































CREADO EL DOMINGO, 04 SEPTIEMBRE 2011 - PUBLICADO POR ROBERTO BRIEND

En Mayo de 1982, el alto mando militar del Reino Unido proyectaba una operación para acabar con la amenaza de los misiles anti buque Exocet y los aviones Súper Etendard que operaban desde la base argentina en Río Grande en la Provincia de Tierra del Fuego.- El casco del Sheffield descansaba ya en el fondo del Atlántico Sur como testigo silencioso de la efectividad de los aviones y misiles franceses utilizados por Argentina.- La orden de hallar un modo de acabar con ellos provino del Gabinete de Guerra de Margaret Thatcher.-

El temor detrás de esa orden era que un nuevo ataque de los Exocet dejara fuera de la guerra a alguno de los portaaviones británicos, lo cual podría poner en riesgo el intento del Reino Unido para retomar las Malvinas.-

En un principio, los analistas británicos consideraron atacar con aviones cazas Harrier o bombarderos Vulcan las bases continentales argentinas.- Sin embargo, para lanzar los Harrier los portaaviones debían arriesgarse muy cerca de la costa, desde donde podían ser alcanzados por los aviones de ataque argentinos y, los bombarderos Vulcan, se habían mostrado demasiado imprecisos en sus intentos por destruir el aeropuerto de Puerto Argentino.- Por otra parte, un bombardeo al continente podría disparar una reacción adversa de otras naciones latinoamericanas e incluso la aplicación del Tratado de Defensa Regional (T.I.A.R.) envolviendo a Latinoamérica en un peligroso juego bélico contra Gran Bretaña.- Al menos eso habría sido lo que el Presidente Norteamericano Ronald Reagan le advirtió a Margaret Thatcher cuando se entero de los planes los ingleses.-

Al principio de la Guerra, Sídney Edwards oficial de los comandos británicos del S.A.S, viajó a Chile para coordinar la asistencia chilena al esfuerzo de guerra del Reino Unido.- Una de las misiones de Edwards era estudiar la forma de infiltrar un grupo de comandos hacia la Argentina con el fin de observar la salida de los aviones que atacaban a la Task Force.-

Los militares del Reino Unido necesitaban saber cuando despegaban los aviones argentinos para alertar a la flota y, en particular, conocer cuando lo hacían los Súper Etendard cargados con misiles anti buque Exocet.- De esa forma darían tiempo a los Harrier para interceptarlos.- Pero luego se concluyo que aun con el alerta, los Harrier tendrían dificultades para llegar a tiempo a abatir a los Jets argentinos antes de que estos lanzaran sus misiles.-

Con el consentimiento de Pinochet, Edwards obtuvo el permiso del jefe de la Fuerza Aérea Chilena, el General Fernando Matthei, para comenzar su trabajo.- Con un enlace satelital directo al cuartel de la Marina británica en Northwood, los comandos ingleses infiltrados en la Argentina y los que operaban en las bases del sur de Chile empezaron a transmitir información sobre la actividad en los aeropuertos argentinos.-
Peter de la Billiere durante la Guerra de Malvinas sus comandos fracasaron en el intento de atacar la base de Río Grande
Mediante los datos obtenidos por Edwards, los oficiales del cuartel central de los S.A.S. en Stirling Lines en Hereford, Gales, comenzaron a planificar un Raid de comandos contra la Base de Río Grande.- El director de los S.A.S. , el Brigadier Peter de la Billiere, se encargó de evaluar las posibilidades de éxito de la operación, un plan para dejar fuera de combate a la fuerza de aviones Súper Etendard y misiles Exocet, la operación recibió el nombre clave “MIKADO”.- Días después, el Escuadrón B del Regimiento 22 de los S.A.S. iniciaba el entrenamiento para llevar adelante la misión.-
El punto de partida del ataque contra los aviones argentinos seria la base norteamericana de Widewake, en la isla británica de Ascensión.- Desde allí los aviones ingleses viajarían al menos diez horas hasta Tierra del Fuego.- Los comandos del S.A.S. tendrían que aterrizar en Río Grande en dos aviones de transporte Hércules pintados con distintivos y camuflaje idénticos a los usados en las aeronaves militares argentinas.-
Un grupo de aviones cisternas acompañaría a los Hércules a lo largo de su viaje a la Argentina para traspasarles combustible en vuelo.- Una vez que estos estuvieran en el tramo final de su viaje, las cisternas debían regresar a Widewake.-

Ya en tierra, desde los aviones de transporte desembarcarían a cincuenta y cinco soldados y tres Land Rover artillados.- Unos quince se encaminarían hacia donde estuvieran estacionados los cinco Súper Etendard con el fin de sabotearlos o destruirlos.- Otro grupo haría lo mismo con los tres misiles anti buque Exocet que quedaban en los arsenales de la Base.- El tercer grupo de comandos se dirigiría a las barracas donde dormían los diez pilotos de la 2da. Escuadrilla de Caza y Ataque de la Marina para asesinarlos.- Terminada la faena, los británicos tendrían que usar explosivos para abrir un cráter en la mitad de la pista de la base de maneras de impedir que fuera usada por los aviones a reacción argentinos.- Si el tiempo alcanzaba, los S.A.S. deberían destruir los seis cazas argentinos Dagger y los aviones de reconocimiento marino Neptune que también estarían estacionados en el aeropuerto.-

Durante una semana practicamos vuelos rasantes y asaltos en aeropuerto del Norte de Irlanda, relato tras la guerra un ex integrante del comando del S.A.S.- Mi trabajo en particular era asaltar el salón de los Oficiales y matar a todos los pilotos que se encontraran allí.-

Para llegar a Tierra del Fuego, en donde se encontraba la Base de Río Grande, los Hércules británicos deberían recorrer 11700 kilómetros.- Semejante recorrido haría necesario reabastecer a los Hércules en vuelo al menos en quince oportunidades.- Esto significaba movilizar la mayor parte de los aviones cisternas VC-10 Víctor que poseía la R.A.F.-

El 07 de Mayo de 1982, Gran Bretaña solicitó al comando de la O.T.A.N que se le cedieran aviones cisternas KC-135 usados por la alianza occidental para abastecer a sus naves en Europa.- Los aviones de la O.T.A.N podrían haber sido pedidos con el fin de ser utilizados en le Operación “MIKADO”.-

Antes de la llegada de los aviones cargados con tropas especiales británicas a Río Grande, otro grupo de comandos ingleses debía colocar una radiobaliza cerca del aeropuerto para que los dos Hércules se orientaran y pudieran encontrar la pista de la base argentina.- Los encargados de llevar el artefacto de guía serian transportados hasta el continente por un Sea King lanzado desde un buque británico en el Atlántico.- El helicóptero serviría también para evacuar a los atacantes en caso de que los Hércules fueran averiados durante el ataque.-

La fase final de la Operación “MIKADO” preveía el escape de los comandos a bordo de los aviones Hércules hacia Chile, en donde pedirían asilo con la excusa pre acordada de un desperfecto mecánico en sus aeronaves.- Si por alguna razón los aviones Hércules se veían impedidos de despegar nuevamente, los S.A.S. tenían orden de recorrer con sus Land Rovers artillados los 80 Kms. que los separarían de Chile abriéndose pasó a los tiros si era necesario.-

El gobierno chileno recibió el pedido británico para darles refugio a los comandos británicos que vendrían de Tierra del Fuego, pero postergó su respuesta para analizar las implicancias que tendría su participación en la fase final de la Operación “MIKADO”.- Por sus consecuencias, la decisión final de ser parte del ataque a una Base argentina no pudo haber dependido de ningún funcionario chileno inferior al presidente Pinochet.-

Los temores sobre la viabilidad de “MIKADO” crecieron entre algunos de los Oficiales de los S.A.S. ante la presunción de que la Operación resultara finalmente un sacrificio innecesario de un escuadrón completo de comandos.- Un Sargento de los S.A.S. que se preparaba para el asalto a la Base argentina pidió la baja tras un infructuoso intento de convencer a sus superiores de que la Misión era un suicidio.-

Un avión británico Hércules piloteado por Harold Burgoine voló por encima de la Task Force el 16 de Mayo.- debajo estaba el Portaaviones Hermes y sus escoltas.- Del cielo descendieron nueve paracaidistas que rápidamente fueron recogidos del mar por los helicópteros de la flota.- Eran integrantes del escuadrón del S.A.S. que colocaría la baliza de guía para los aviones en Río Grande marcando la fase inicial de la Operación “MIKADO”.-

A medida que se acercaba la fecha de la operación, se multiplicaron los cuestionamientos entre algunos planificadores de los S.A.S. hacia las posibilidades de éxito de la misión.- Se objetó la distancia a recorrer hasta el blanco o que se produjera algún imponderable como un inconveniente con algunos de los aviones cisternas que dejaría a los Hércules urgidos de combustible en medio del océano o lo que era peor, indefensos sobre territorio enemigo.-

Los analistas de inteligencia recibieron luego otra mala noticia.- El sistema de vigilancia desplegado por los argentinos en torno a Río Grande estaba lejos de ser ineficiente.- Los datos llegados de los espías ingleses y chilenos indicaban que los incursores serian detectados treinta millas antes de llegar a Río Grande y serian identificados como aviones enemigos seguramente serian derribaos por los Misiles y cañones que rodeaban la Base.-

El punto crucial de la Operación era Chile.- Si el gobierno de Pinochet no aceptaba recibir a los comandos tras el ataque, la Operación corría peligro de convertirse en un suicidio planificado por carecer de una ruta de escape segura.- Para Santiago, no era sencilla ya que la operación podría blanquear su apoyo a Gran Bretaña en la guerra e iniciar una escalada en el conflicto latente que sostenía con la Argentina.-

Surgió entonces unas segunda opción.- El Submarino diesel británico de la clase ONIX desembarcaría en la costa de Tierra del Fuego a los comandos, que luego deberían alcanzar a pie a la Base de Río Grande.- Con cargas de demolición y misiles antitanque destruirían aviones y misiles para luego dirigirse a los dormitorios de los pilotos con el fin de asesinarlos.- Terminada la faena, debían regresar a la costa para embarcar en los submarinos.-

Un ensayo de desembarco de los S.A.S. en la Malvinas Occidental en botes lanzados por un submarino o casi termina en catástrofe.- El incidente mostró las dificultades que implicaba dejar a los comandos a kilómetros de la costa enemiga.- Como consecuencia esta opción fue descartada.-

Finalmente el gobierno de Pinochet aceptó ser parte del ataque a la Base argentina de Río Grande en una fecha cercana al 15 de mayo de 1982.- A cambio Pinochet obtuvo el compromiso de que el Reino Unido respaldaría política y militarmente a Chile frente a cualquier respuesta que la Operación “MIKADO” generara entre los militares argentinos.-

Los rumores sobre miembros del S.A.S. operando desde suelo chileno después del 02 de Abril eran frecuentes entre los militares argentinos.- Por esa razón, los pasos fronterizos con Chile eran vigilados con celo y parte de la flota argentina fue desplegada frente a las bases continentales para entorpecer la llegada de los comandos desde submarinos.-

El 29 de Marzo de 1982 dos helicópteros Sea King HC-4VC especializados en incursiones furtivas del Escuadrón 846 fueron llevados a bordo del portaaviones Hermes mientras la flota se aprestaba a dirigirse hacia el Atlántico Sur.- Los Sea King fueron luego enviados al Invencible.-

Quince minutos después de comenzado el día 18 de Mayo, el Sea King HC-4VC matricula ZA290 despegó desde el Invencible con rumbo al continente.- Su piloto era el Teniente Richard Hutching, su copiloto el Teniente Alan Reginald Courtena y Bennet y Peter Imrie era el Navegante.- En el interior del Sea King se acomodaba un grupo de nueve hombres del S.A.S., los mismos que días antes habían saltado en paracaídas sobre la flota.- Los comandos británicos llevaban la radiobaliza para guiar a los Hércules en su aproximación a la base de Río Grande.-

El Helicóptero Sea King penetró en el continente a través de las Bahía San Sebastián, donde la zona fronteriza entre chile y la Argentina divide al estrecho de Magallanes.- La elección de la ruta de penetración había sido desafortunada: cerca de allí había un depósito argentino de combustible para aviones, por lo cual la zona era intensamente vigilada.-
El destructor argentino Bouchard detectó en dos oportunidades el intento de 
acercamiento de los comandos..
Los comandos de los S.A.S. desembarcaron y los helicópteros se ocultaron entre unas lomas cerca del río Silva, en territorio chileno.- Ese era el lugar donde deberían esperar las ordenes para dar comienzo a la Operación “MIKADO”.- Para algunos analistas el lugar de espera estuvo situado en la Estancia Las Violetas en la zona argentina de la Isla de Tierra del Fuego.-

Dos aviones Hércules del Escuadrón Especial 47 despegaron de Ascensión para iniciar un viaje hacia Río Grande.- Llevaban Matriculas XV-179 y XV-200.-

La Corbeta argentina Bouchard estaba en la Bahía Esperanza en la Noche del 18 de Mayo cuando detecto un contacto desconocido volando a 160 Km por hora en dirección Este, es decir proveniente de Chile.- El buque argentino localizó al intruso a 45 kilómetros al sur de Río Grande, mas tarde el mismo buque volvió a detectarlo volando sobre un paraje llamado Estancia Brown, un campo argentino propiedad de una familia de origen ingles.- Durante los siguientes 5 minutos el eco del radar desapareció para luego ser detectado con rumbo sur dirigiéndose sobre espacio chileno hacia el faro de Punta Arenas.-

El operador de radar del Bouchard informó al destructor Piedrabuena fondeado más al Norte que tenía “un pajarito en la cotorra” que en la jerga naval significa un intruso detectado en su pantalla de radar.- Minutos más tarde el radar de la base de Río Grande descubrió también el contacto.- Las comunicaciones entre las naves que eran monitoreadas desde Chile, confirmaron la detección de los helicópteros por parte de Argentina.-

El peligro del ataque disparó la alarma en la base de Río Grande, esa noche, los conscriptos y oficiales fueron movilizados en los alrededores del aeropuerto.- Seis helicópteros argentinos fueron despachados para revisar la zona donde fue detectado el eco.-

Al tiempo que los sensores del comando ingles indicaron que habían sido descubiertos por los radares argentinos, sus tripulantes vieron luces de bengala en el horizonte.- Las tropas argentinas parecían haber detectado su llegada.- Una segunda bengala fue observada más cerca del helicóptero y los tripulantes emitieron un mensaje para informar que la misión corría peligro.- Por radio, indicaron al agente británico Edwards sobre el problema.- Desde Londres Edwards recibió la orden de abortar y se las transmitió a los pilotos del Sea King.- Los Hércules que se dirigían a sabotear la base de Río Grande estaban cerca del objetivo cuando recibieron la orden de regresar a la Isla Ascensión.-

Tras dejar a los S.A.S. en un lugar hasta ahora desconocido, el Sea King aterrizó en el paraje de Cañada de los Cuervos a 23 kilómetros al Sur de Punta Arenas.- De acuerdo con analistas el combustible no era suficiente para regresar a la Base.-

Los tripulantes del Sea King incendiaron la nave y destruyeron equipos de comunicaciones y claves.- Para protegerse de la tormenta invernal improvisaron un precario campamento entre los matorrales.-
El Ejército Chileno cubriendo con tierra los restos del helicoptero
El Ex almirante argentino Horacio Zaratiegui era el responsable del área durante la guerra.- asegura que el helicóptero de los S.A.S. detectado por los radares argentinos provenía de Chile y no de un portaaviones y que durante la guerra sospecharon del despliegue de aparatos ingleses desde ese País.- A Zaratiegui no le faltaban razones para sospechar sobre la posibilidad de que se produjeran incursiones de los S.A.S. en las Bases argentinas ya que antes de la guerra había recibido entrenamiento en inteligencia en el Reino Unido y conocía el modo de operar de los británicos.-

Cuando la Embajada de Gran Bretaña informó a las autoridades de Santiago que la tripulación de una de sus naves estaba varada en algún lugar del Sur de Chile, se inició una nerviosa operación de cobertura.- Si el hecho trascendía a la prensa la colaboración estrecha que mantenían ambos países quedarían en evidencia.-

Edwards pidió entonces ayuda al Jefe de la Fuerza Aérea de Chile.- El General Mathei le dijo que ordenara a sus hombres que se dirigieran a Punta Arenas.- En palabras del militar “ le contesté que llegaran a hasta un determinado punto de nuestra Base Aérea donde los esperaba un Oficial de inteligencia, allí les darían ropa de civil y los pondrían a bordo de un Avión de Lan Chile o Ladeco hacia Santiago, para que desde allí tomaran otro hasta Inglaterra.- eso fue lo que hicieron exactamente, deberían haber quedado internados acá, porque esa es la Ley, pero les propuse otra salida”.-

En las horas siguientes el Ejercito de Chile envió un helicóptero UH-1D a recoger a los tripulantes del Sea King, no los encontraron ya que seis días más tarde en un puesto de carabineros de la Localidad del Parrillar, a 20 kilómetros del lugar del accidente.-

Por tratarse de especialistas en operaciones secretas, la decisión de la tripulación del Sea King de incendiar la nave impidió ocultar el fracaso de la Operación.-

Los restos del helicóptero fueron hallados en la mañana del 19 de Mayo, la noticia sobre él un helicóptero caído se extendió rápido y la población local empezó a llegar al lugar para observar los restos de la nave.- Alertados por la novedad los funcionarios chilenos enviaron una moto niveladora para cubrir los restos, pero mientras esto ocurría empezaron a llegar periodistas al lugar.- Entre ellos el corresponsal del Diario Clarín de Buenos Aires, Oscar Fernández Real.- Aunque los Carabineros no les permitieron acercarse, el fotógrafo Leonardo Zavattaro usó su teleobjetivo para tomar unas fotografías, imágenes que fueron publicadas el día 20 de mayo en Clarín.-

Recuerda Fernández Real que fueron detenidos por tres hombres que se identificaron como Detectives de la Dirección de Seguridad chilena a poco de fotografiar el accidente.- Luego de ser obligados a revelar el material fotográfico que habían obtenido en Cañada del Ciervo sólo se les requisó una de las fotografías donde aparecía un helicóptero chileno.-

La versión oficial chilena y británica señaló que el helicóptero con sus tres tripulantes había llegado a territorio continental se debió una desorientación y que un desperfecto mecánico había precipitado la nave a tierra.- Sobre los nueve S.A.S. nada se comentó y hubo que esperar que el paso de los años revelara su presencia a bordo del Sea King.-
El general chileno Fernando Matthei colaboró con los ingleses durante la Guerra de Malvinas
Los tres tripulantes y los nueve comandos fueron llevados a Santiago y se los alojó en casas particulares lejos de la mirada de la prensa.- Las reglas internacionales indicaban que al menos los tripulantes “blanqueados” es decir la tripulación del helicóptero debían permanecer internados hasta que se terminara el conflicto.- El gobierno chileno sostuvo que no había una guerra declarada entre Argentina y Gran Bretaña, por lo que no tenía sentido retenerlos dejándolos partir.-

El otro Sea King HC-4VC del escuadrón 846 probablemente cayó al mar en la noche del 18 de Mayo.- Dieciocho comandos, dos soldados y un tripulante murieron en el accidente.- Los británicos sostienen que la tragedia fue seguramente causada por un albatros que se introdujo accidentalmente en el motor.-

Sin embargo algunos autores argentinos señalan que esa clase de aves no tiene hábitos nocturnos y que rara vez se encuentran a la distancia de la costa donde los ingleses afirman que se produjo la caída.- Los “detractores” de la hipótesis del albatros especulan que el accidente podría ser un intento por ocultar a perdida de integrantes de los S.A.S. en otras circunstancias y que las muertes podrían haber transcurrido en el continente.-

El mismo día del accidente tres botes neumáticos abandonados fueron hallados frente a la ciudad de Río Grande.- No se trataba de equipos argentinos.- Se sostiene que ese día el destructor argentino Bouchard disparó en esa zona contra blancos no identificados que se aproximaban desde el mar a la Base de Río Grande.-

El 23 de Mayo por la tarde, un radar en Santa Cruz detectó tres ecos de radar a 62 millas de la Base aproximándose desde el mar a una velocidad de 280 k/h. - dos aviones IA-58 Pucara y un Miraje III despegaron para investigar la zona.-

Tras la Guerra Sidney Edwards perdió su trabajo en los S.A.S. y fue a prisión cuando quiso organizar un envió ilegal de armas a Croacia en 1992.- el contrabando fue descubierto en el aeropuerto de Budapest.- cuando los inspectores aduaneros abrieron los containers encontraron numerosas armas muchas de las cuales habían sido manufacturadas por la FAMAE – Fabrica militar de armas chilena.-

Aunque extraoficialmente la Operación “MIKADO” y sus variantes resulto un fracaso, el Piloto del Sea King incendiado en chile, Richard Hutching y su copiloto, Alan Bennett, fueron condecorados con la Cruz de los Servicios Relevantes.- El otro tripulante, Peter Imrie, recibió la Medalla de Servicios Relevantes, ningún otro piloto británico de Hércules recibió una distinción semejante por su actuación durante la Guerra de Malvinas.-
OPERACIÓN MIKADO LA MISIÓN SECRETA BRITÁNICA
En mayo de 1982, la guerra en las Malvinas había comenzado y los pilotos navales argentinos habían usado los misiles franceses Exocet en sus aviones Super Etendard contra el destructor británico "Sheffield" después del hundimiento del crucero "General Belgrano". El efecto fue devastador y los 20 muertos shockearon a Gran Bretaña. La inteligencia británica descubrió que había más Exocet que podrían ser lanzados por los argentinos. Si le pegaban al Hermes o al Invencible, buques madres de su flota, los resultados podrían ser catastróficos. El hundimiento del destructor inglés y los daños a sus buques de alerta temprana, indicaban que era muy difícil prevenir las incursiones de la aviación argentina. De allí que se decidiera destruir las pistas e instalaciones de las dos bases aéreas desde donde partían sus aviones. Sin embargo, un bombardeo de alta cota resultaba complicado y poco efectivo, como ya había ocurrido con el ataque del Vulcan a la pista de Puerto Argentino.
El gabinete de guerra de Margaret Thatcher decidió entonces que los misiles debían ser descubiertos y destruidos. La Operación tendría el nombre Mikado es un término que en idioma japonés significa la puerta y que se usaba antiguamente para denominar al emperador de Japón. En los cuarteles del SAS en Hereford, cercanías de las colinas Malvern, el sargento Bake V, era posiblemente uno de los más corajudos de su unidad y pidió una entrevista con el mayor John Moss para una conversación franca. Lo habían puesto a cargo de evaluar los riesgos de la Operación Mikado, un acto suicida para su grupo en pleno conflicto anglo argentino. En Hereford y por el rol de los comandos, las jerarquías se diluyen y vale la habilidad y la experiencia. Para el sargento, Mikado era una acción mal concebida y que se enviaba al sacrificio al Escuadrón B y exigió que se suspendiera. El mayor estaba anonadado porque también compartía las mismas reservas que el sargento. Creían que no debía hacerla el SAS y que desacreditaría a su regimiento.

Primer reconocimiento
Como primer paso, el capitán del SAS Andrew H. viajó hacia Chile bajo la cobertura diplomática de asistente del agregado militar. Su trabajo era reconocer las rutas, la frontera y planear cómo se abastecerían. El comando pretendía infiltrar un grupo desde Chile para dar una alerta temprana e informar al SAS cuando los Super Etendard despegaban de la base de Río Grande. Pero luego se descubrió que los aviones Harrier británicos no alcanzarían a los aviones argentinos antes de que lanzaran su misil Exocet. Después de analizar todas las opciones, se pensó que una operación estilo Entebbe (montada por los israelíes para liberar a rehenes en Uganda) era la ideal. El escuadrón empezó a entrenar en las montañas de Escocia. Dos planes fueron elaborados y experimentaron ensayo preliminar en las montañas de Escocia el aterrizaje de 25 comandos SAS en dos aviones C-130 Hércules directamente sobre la pista de Río Grande y la infiltración de 24 SAS en botes inflables transportados hasta pocas millas de la costa en un submarino. Los dos planes generaron un considerable rechazo por algunos miembros del SAS que los consideraban una misión suicida. Irónicamente, el área de Río Grande estaba defendida por 4 batallones completos del Comando de la Infantería de Marina, algunos de cuyos oficiales habían sido entrenados en el Reino Unido por Special Boat Service (SBS) en años anteriores. El primer plan recibió la mayor consideración, como los dos aviones serían detectados por los radares argentinos a unas 30 millas del objetivo, para reducir la efectividad de la defensa antiaérea se planeó ejecutar la operación de noche. Una vez cumplidos los objetivos de la misión, si los aviones sobrevivían, se escaparían en ellos, de lo contrario, los comandos estaban entrenados para subsistir mientras escapaban hacia Chile por la tierra helada y húmeda, un terreno donde los comandos británicos se sienten más que cómodos y se vuelven imbatibles
El general Peter de la Biliere, jefe del SAS, pensaba mandar un helicóptero de avanzada al territorio argentino para el reconocimiento del objetivo, la ubicación de los aviones y del combustible.
Después de la guerra, los comandantes de la Armada Argentina admitieron que ellos esperaban que se produjera algún golpe de mano empleando comandos del SAS, pero nunca esperaron que un Hércules aterrizara directamente sobre la base, aunque hubieran perseguido fuerzas británicas incluso en territorio chileno si los atacaban.
CUÁL ERA EL PLAN?
Fue entonces que se planificó realizar el audaz golpe, enviando al crepúsculo del 19 de mayo dos aviones Hércules C-130 de la RAF CILR4XV 296 equipados con sistemas Omega y provistos de lanzas para reabastecimientos aéreos que habían sido instaladas semanas antes en los talleres Marshall de la compañía Cambridge despegarían desde la larga pista de Wideawake en la isla Ascención. Debían volar hasta la Base Aeronaval Almirante Hermes Quijada de Río Grande, en Tierra del Fuego, donde estaban los misiles. Tendrían que cumplir un vuelo de 14 000 kilómetros, algo sin precedentes y superior aún al espectacular vuelo del Vulcan del 1º de mayo, durante el cual se reabastecerían varias veces con diez tanqueros Vickers CIPLR2 (VC-10 modificados) que se reabastecerían entre sí y a los dos Hércules, unas quince veces, a lo largo de la ruta prevista. A bordo iban los dos grupos del Special Air Service con sus característicos pasamontañas marrones. El vuelo hasta la Patagonia insumiría unas diez horas.
Se había previsto que los dos aviones atacantes siguieran rutas de aproximación y aterrizaje similares a las habituales de las máquinas argentinas. Hay versiones que dicen que se buscaron radioperadores que hablaban con modismos argentinos para hacer aproximaciones de aterrizaje en las pistas, ya que tenían grabaciones de las efectuadas por los C-130 argentinos. 
Momento en que las FACH se desacían de los restos del Helo
Pero para brindar un apoyo de guía final, se iba a instalar un pequeño radiofaro de guía satelital con VHF en un punto desierto del Estrecho de Magallanes, para lo cual se desplegaría secretamente hacia ese lugar un helicóptero Sea King. Este aparato podría colaborar para eventuales evacuaciones del personal que no pudiera escapar en los mismos aviones en que había llegado.
Al aterrizar los dos Hércules C-130, desembarcarían dos equipos de quince "comandos" del cuerpo SAS en Land Rovers por las rampas traseras, destruirían los misiles, los aviones Super Etendard, matarían a los pilotos y refugiarse en Chile, "territorio neutral" con la excusa de un desperfecto técnico.
Los aviones incursores quedarían en la cabecera con sus turbohélices en marcha. Las pistas se destruirían en la mitad de su longitud para impedir el despegue de los cazabombarderos Skyhawk y Super Etendard, pero dejando un margen suficiente como para que los Hércules ingleses pudieran salir, ya que estas máquinas tienen la posibilidad de operar en STOL (corta distancia).
Liberados de la amenaza de los cazabombarderos y aprovechando la confusión que seguramente afectaría a las bases argentinas al término del operativo, los buques de la flota británica podrían aproximarse para ayudar a la evacuación de los "comandos".
Reagan le advirtió a Thatcher que esta clase de operaciones forzaría la intervención de otros países latinoamericanos en la guerra como Perú y Venezuela pero el gobierno británico optó por ignorar esa consideración y las objeciones de sus propias unidades de comandos. Una operación en el continente crecía en la mente del gabinete de guerra de la Dama de Hierro.
EL HELICÓPTERO DE DONDE VENÍA REALMENTE?
VERSIÓN OFICIAL
El helicóptero Sea King HC-4 matrícula ZA-290 (código operacional -/VC) del Escuadrón 846 embarcó en Portsmouth a bordo del portaaviones "Hermes" el 29 de marzo con rumbo a las islas Malvinas. Durante la navegación se lo equipó con visores especiales para vuelo nocturno y fue transferido al "Invincible" en la noche del 17 de mayo, destinado a una misión especial de reconocimiento de largo alcance. Esa misma noche el "Invincible" se dirigió hacia el continente a toda máquina -unos 25 nudos- escoltado por el "Broadsword" a una milla, en total oscuridad y silencio de radio. Los barcos detuvieron su marcha en un sitio no precisado y de la cubierta delantera del líder, a las 0:15 horas de ese martes 18, despegó el ZA-290, piloteado por el teniente Richard Hutchings (un "boina verde" instruido en Lympstone, Devon) del Royal Marines, quien era secundado por el teniente Alan Reginald Courtenay Bennet de la Armada Real y el suboficial (Leading Crewman) Peter Blair Imrie, de la Armada. Iban con equipos de comunicación satelital, su misión era insertarlos en las proximidades de la base de Río Grande, donde estaban los Super Etendard con sus Exocet, para observar sus movimientos y preparar la llegada de dos transportes con 50 comandos que destruirían esa base esencial para la Argentina. Después serían evacuados o huirían hacia Chile, donde el gobierno de Augusto Pinochet había garantizado en secreto apoyo para ser evacuados.
El Sea King ZA 290 en su última misión
Volando a muy poca altura sobre el mar para no ser detectado por los radares, el helicóptero al parecer entró a la isla de Tierra del Fuego por la bahía San Sebastián y sobre un sitio en donde la lengua de tierra que separa la costa del territorio chileno es de apenas unos 4 kilómetros. El grupo se dirigía hacia Río Grande cuando el radar mostró a 20 kilómetros del objetivo que habían sido detectados, eran los radares de dos destructores argentinos y un radar de la Fuerza Aérea los que detectaron las evoluciones del helicóptero, cerca de la frontera con Chile, aunque no hay coincidencias sobre la hora y fecha de esa detección. Con mirada agonizante, el capitán L. consideró "la misión está comprometida". Se miraron entre todos angustiados y decidieron avanzar hacia el oeste, rumbo a Chile, en dirección a Punta Arenas. "Misión abortada" transmitieron por el equipo y abandonan el helicóptero. El Ministerio de Defensa británico dice oficialmente que se trató de un aterrizaje de emergencia. Pero el mundo sabe que las fuerzas especiales británicas están operando en el continente argentino o tratando de hacerlo. Los pilotos del SAS parten en ropas civiles en un vuelo de línea de Santiago a Londres. Más tarde hubo otro intento para llevar adelante la Operación Mikado. Pero 8 comandos del Escuadrón D y otros tantos británicos murieron cuando un helicóptero Sea King (ZA292) se cayó al mar al trasladar a integrantes del SAS de un barco al otro en el Atlántico Sur. La señal que llegó desde los cuarteles de Hereford fue terminante: la misión suicida de la guerra se pospone.
El Bouchard en el puerto de Ushuaia
LA VERSIÓN DE ZARATIEGUI
Pero el vicealmirante Horacio Zaratiegui, a cargo de la zona Austral en Tierra del Fuego y sur de Santa Cruz durante el conflicto, siempre tuvo sospechas de las intenciones británicas. Por algo lo habían entrenado los propios ingleses en su Escuela de Inteligencia en Gran Bretaña. Obsesionado con un posible ataque chileno, el oficial creía que había una alianza silenciosa entre Chile y el Reino Unido que le permitiría a los chilenos avanzar desde el oeste en recuerdo del diferendo del Beagle. 

En 1983 el ex comandante de la zona austral relató que esa detección se registró el mismo día miércoles 19, fecha en cuyo amanecer varios testigos chilenos dijeron que había caído la máquina. Él comenta lo siguiente: "Nuestros radares observaron que el helicóptero se desplazaba desde el territorio chileno hacia la Argentina. Cruzó la frontera, luego quedó suspendido en el aire por unos minutos y desapareció del radar, clara señal de que había descendido. Volvió a aparecer a los 5 minutos en las cercanías de la planta de combustible y a 5 kilómetros de la estancia de Sara Braun, al sur de Río Grande y casi sobre el mar. Todo esto sucedió la noche antes que se descubriera al Sea King incendiado en las cercanías de Punta Arenas. Zaratiegui estaba convencido que el helicóptero británico regresaba de una misión de reconocimiento, con un grupo de comandos que intentaba volar la planta de combustibles de la Bahía de San Sebastián, en Tierra del Fuego. La planta abastecía de nafta especializada JP1 a los 5 aviones Super Etendard franceses, a los 6 aviones israelíes Dagger y a los viejos Neptune de reconocimiento que actuaban contra la flota británica. El helicóptero inglés apareció en las pantallas de los únicos 3 radares de la isla de Tierra del Fuego con capacidad de interceptar señales. El primero en avistarlo fue el cabo operador del buque destructor "Bouchard", que estaba fondeado en la bahía Esperanza. Sin usar el lenguaje cifrado, se lo comunicó a su colega del destructor Piedrabuena que estaba más al norte. También lo detectó el radar de la base aeronaval Hermes Quijada y diagnosticaron que se desplazaba a muy baja altura a 90 nudos de velocidad y rumbo 090, con dirección al este y que luego desapareció, como si hubiera descendido. Unos cinco minutos más tarde el eco volvió a aparecer evolucionando en torno a la estancia Sara Braun, a unos 45 kilómetros de Río Grande. Al día siguiente, seis helicópteros argentinos e infantes de marina se desplazaron por la isla en busca de sus rastros pero sus observaciones no encontraron nada anormal en la zona. Pero por precaución se ordenó un refuerzo en sus guardias con una compañía de infantes de marina a la espera de un ataque, y la base de Río Grande había sido minada en varios puntos de los alrededores.
El helicóptero de apoyo, otro Sea King con matrícula ZA-292, retornó al HMS Invincible. Los miembros del Escuadrón "B" del SAS se hallaban en la isla Ascención cuando se descubrió que la Argentina contaba con mejores radares de lo previsto. La Operación Mikado fue cancelada finalmente y el Almirantazgo prosiguió con sus planes de reconquista bajo la amenaza de los Exocet. Luego de que los misiles hundieran el Atlantic Conveyor con 20 helicópteros a bordo, una nueva misión fue planeada, esta vez se utilizaría un submarino clase Oberon para infiltrar 24 comandos SAS en Tierra del Fuego mediante botes inflables Gemini. Un ensayo se realizó en aguas del estrecho de San Carlos en las islas Malvinas, mientras la base argentina era reforzada con tres batallones de infantería de marina. El fin de la guerra evitó que la operación se realizara.
LOS COMANDOS SE ESCAPAN
Al parecer, un temporal de viento y lluvia que se desató en la noche siguiente afectó el último vuelo del helicóptero, cuando intentaba situarse en el sitio previsto. Arrastrada por ráfagas tormentosas del este la máquina hizo un accidentado descenso a las 6:25 (hora local) del miércoles 19 de mayo en una playa al sur de Punta Arenas. Su fuselaje quedó de costado y su rotor principal se desprendió a una decena de metros de distancia, sobre las aguas. Su tripulación, luego de destruir los equipos y claves de comunicación que habían quedado en el semidestrozado fuselaje, se ocultó entre unos matorrales para protegerse de la tormenta e hizo un precario campamento, antes de cruzar la ruta y trepar hacia un cerro boscoso, donde los "comandos" se refugiaron.
Ante esta situación, en las primeras horas hubo nerviosas consultas entre las autoridades chilenas, pues hubiera correspondido internar a la máquina y a sus tripulantes hasta el fin del conflicto. Sin embargo, la trascendencia periodística que tendría este accidente, perjudicaría la postura de neutralidad que fingía adoptar el régimen chileno. Fue así que se procedió a enviar unas palas mecánicas para cubrir los restos del helicóptero, que estaba semidestruído sobre una playa marítima de pedregullo y pastos, en el paraje denominado Canadá de los Ciervos, de la bahía Agua Fresca y a 26 kilómetros de la ciudad de Punta Arenas; el fuselaje quedó totalmente cubierto bajo un montículo de grava. En los días siguientes, y debido a que creían estar en territorio argentino, los tres ingleses se desplazaron unos veinte kilómetros hacia el cerro El Parrillar y su lago. Posteriormente, y al descubrir que estaban en territorio chileno, descendieron y se entregaron en un retén de carabineros.
Al gobierno de Thatcher tampoco le convenía que se descubriera su intención de llevar el conflicto hasta el mismo continente americano, sin obtener réditos significativos que lo justificaran. Por su parte, a las autoridades argentinas tampoco les resultaba halagador que se comprobara como efectivos enemigos podían incursionar con cierta libertad sobre sus fronteras continentales. Una de las fuentes que escribió estas líneas, llegó al lugar del accidente pocas horas después, antes lo habían hecho periodistas y camarógrafos trasandinos(a quienes no dejaron acercarse hasta el fuselaje caído), acompañado por el fotógrafo Leonardo Zavattaro y el chofer José Fernández. Era ya el anochecer, pero lograron la cooperación de unos pescadores vecinos para que extrajeran del agua los restos del rotor principal del aparato, que se había desprendido en el accidente. Partes de este rotor son el único testimonio de esta misteriosa y frustrada aventura bélica, que ahora se entregan al Museo Nacional de Aeronáutica de la Argentina. El periodista argentino y sus acompañantes fueron detenidos, a poco de fotografiar este rotor, por tres hombres que se identificaron como detectives de la DINA, Dirección de Seguridad Chilena. Luego de nerviosas tratativas, los policías condujeron a los argentinos hasta las oficinas del diario "La Región", en donde hicieron revelar el material fotográfico para supervisar qué habían captado. Los agentes recortaron solamente un cuadrito del negativo en donde se veía a un helicóptero chileno en vuelo, que los argentinos fotografiaron circunstancialmente durante su viaje.
Uno de los autores de este artículo pudo transmitir la nota a su diario por medio de la teletipo del periódico local, que los chilenos le facilitaron como cortesía profesional. También revelaron y transmitieron la fotografía del rotor por medio del transmisor de telefoto que ellos portaban, logrando una primicia absoluta, que salió publicada en el diario "Clarín" en su edición del día 21 de mayo. Los periodistas fueron liberados dos horas más tarde y regresaron inmediatamente en su automóvil a la ciudad de Río Gallegos. Pocos días después los tres tripulantes ingleses bajaron de los cerros en donde se habían ocultado y se entregaron a los carabineros de un puesto cercano. Las autoridades chilenas los remitieron a Santiago y desde esta capital fueron transportados por vía aérea hasta Gran Bretaña, sin dejarlos tomar contacto con la prensa. Al término de la guerra, los tres tripulantes del Sea King fueron distinguidos y condecorados por su actuación en este operativo. Importa destacar la trascendencia que los mandos británicos le dieron a este operativo, pese a su frustración, pues los dos pilotos del Sea King caído recibieron la Distinguished Service Cross (entre otros 24 seleccionados en tan alto nivel durante esta guerra), una condecoración que sigue en importancia a la Cruz de la Reina Victoria dentro de los rangos del honor militar inglés. El suboficial Imrie recibió también similar distinción, pero en forma de Medalla, según su encuadre.
Fuentes:
EL FRACASO DE LA OPERACIÓN MIKADO
La operación secreta británica consistía en destruir el 16 de mayo de 1982 la Base Aeronaval Argentina “Almirante Hermes Quijada”, en Río Grande, en Tierra del Fuego, donde se hallaba la planta de combustible de aviación “JP1” que abastecía a la flota aérea que hostigaba a su flota naval, con lo cual ésta no podría levantar vuelo nunca más. Además, destruir a los aviones Súper Étendard de la Armada, matar a todos sus pilotos y neutralizar los 3 misiles Exocet que aún no les había disparado la Argentina. Inglaterra iba a violar su propio decreto atacando a los argentinos fuera de la Zona de exclusión autoimpuesta por la Task Force, la cual rodeaba a las Islas Malvinas.

La Operación Mikado nunca se llevó a cabo gracias a los argentinos. La que existió fue "Plum Duff" (inserción de patrullas de reconocimiento) que terminó con el helicóptero inglés Sea King quemado en Punta Arenas, Chile. La segunda, vale aclarar, era pre-requisito para la primera.
Soldados británicos observan uno de sus Harrier estrellado en Malvinas
Durante la Guerra de Malvinas, al momento de intentar consumar esta operación, Gran Bretaña estaba llevando la peor parte, ya los argentinos les habían dado tres fuertes golpes, el 1º de mayo, el 4 de mayo y el 12 de mayo. La Task Force colonialista tenía hundido hasta el momento, al destructor Sheffield, y fuera de combate por el resto de la contienda al destructor Glasgow, tenían averiado el portaaviones Hermes y media docena de navíos más. Ya habían perdido desde su llegada al Atlántico sur 7 Harriers, 5 helicópteros, decenas de muertos y heridos y todo indicaba que, de seguir a este ritmo, en los próximos días los valientes pilotos argentinos les darían la paliza de su vida a los invasores (tal como sucedió en los combates del 21 de mayo, 23, 24 y 25 de mayo, 30 de mayo, 8 de junio y 12 de junio).

Debido a la amenaza que representaba para la flota británica la combinación de los aviones de la Armada Argentina, los Super Étendard con los misiles AM-39 Exocet, cinco de los cuales formaban la 2° Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque que se hallaban operando desde Río Grande, fueron hecho planes para utilizar tropas del Escuadrón "B" del Special Air Service (SAS) en una operación para destruir los aviones y los otros tres misiles que aún estaban en poder de la Armada Argentina ya que Francia había sólo entregado 5 antes de la guerra, uno se utilizó en el Sheffield y el otro en el portaaviones Hermes. Otros 9 aviones y 25 misiles fueron entregados a la Argentina luego de la guerra, pues el Reino Unido presionó para que Francia no cumpliera con los plazos de entrega durante el conflicto.

Al anochecer del día 16 de mayo de 1982, el submarino HMS Onyxintentó dejar comandos en la base de Río Grande, siendo repelido por fuego del destructor ARA Bouchard y los comandos debieron sufrir bajas aunque no hay información de parte de los ingleses.

Volvieron a intentarlo la noche siguiente, esta vez volando desde Chile en un helicóptero Sea King, pero fueron descubiertos a 20 kilómetros del objetivo y el helicóptero se estrelló, muriendo uno de los ingleses y tanto el aparato como las claves fueron quemadas por los comandos para destruir evidencia si eran capturados, pero fue peor, porque salió humo y llegaron Carabineros y la prensa al lugar.

El helicóptero de apoyo, otro Sea King con matrícula ZA-292, supuestamente retornó al HMS Invincible, pero lo más factible es que cayera en el mar. Los demás miembros del Escuadrón "B" del SAS se hallaban volando desde la isla Ascención a bordo de aviones Hércules C-130 para aterrizar en la base aeronaval de Río Grande. Al enterarse que la Argentina contaba con mejores radares de lo previsto, se pospuso el ataque comando. La Operación Mikado fue cancelada luego de que 8 comandos del escuadron "D" del SAS murieron al caer al mar un helicóptero que los trasladaba de un barco a otro pocas semanas después.

Aunque los comandos ingleses oficialmente se entregaron a las autoridades chilenas, en ningún momento se los trató como a prisioneros. El general chileno Fernando Matthei confirmó en una entrevista concedida al Centro de Investigación y documentación de la Universidad Finis Terrae en 1999 que "durante toda la guerra existió una constante cooperación al más alto nivel con el Reino Unido". 
EL BOUCHARD ARRUINA EL INICIO DE LA OPERACIÓN MIKADO
El 16 de mayo de 1982 el destructor argentino Bouchard estaba fondeado, entre Cabo del Medio y Cabo Domingo, exactamente a 2 millas náuticas de la costa argentina. El estado del mar era casi calmo, pequeñas ondulaciones apenas mecían al buque, la nubosidad cubría todo el cielo y no permitió en todo el día ver al sol.

El agua de mar estaba a 8.8 ºC se presentaba peligrosa para entrar en contacto sin una adecuada protección. El destructor ARAPiedrabuena se encontraba fondeado a una distancia de 3.1 millas.
El destructor argentino Bouchard detectó en dos oportunidades el intento de acercamiento de los comandos
El jefe de armas submarinas y otro oficial que lo acompañaba sintieron, a las 16.30, en la popa del buque una emisión sonar que consistió en un pim sonar (término utilizado en el argot para describir el sonido que produce una emisión del sonar en un casco metálico) cada 5/7 segundos por períodos de 15 a 30 minutos no continuos. A las 17.00 se ordena cubrir maniobra de anclas, ante la desaparición de las emisiones, se ordena pasar a situación normal y se levanta la maniobra de anclas, permaneciendo el buque fondeado. Esto se repitió a las 17.10 con el agregado que en esta oportunidad se logró una escucha hidrofónica (se pudo constatar con los equipos de a bordo una emisión de un sonar). Se pudo confirmar que el destructor ARA Piedrabuena no había emitido con su sonar.

Se había dispuesto que se mantuvieran los repetidores radar en escala corta, especialmente el de la timonera, para permitir al oficial de guardia que verificara que el buque se encontraba correctamente fondeado —como se dice en la jerga marina “verificar fondeadero"—, y en el CIC (Central de Información de Combate) en escala larga a fin de realizar búsqueda lejana. Los vigías dispuestos por el Comando estaban en máxima alerta en búsqueda de periscopios y aviones incursores. El Comandante del grupo de tareas había dispuesto que la guardia radar del grupo fuera la siguiente: los días pares el ARABouchard debía mantener el radar en stand-by y en los días impares debía hacerlo el ARA Piedrabuena. De este modo, uno de los dos destructores en forma diaria se haría cargo de la vigilancia aérea y de superficie con sus viejos radares SPS 40 y SPS 10 respectivamente.

El sonar se hallaba en escucha hidrofónica, el equipo de MAE (equipo de guerra electrónica para escucha y detección de emisiones), un viejo equipo “superheterodino” WLR 1 que había detectado una gran cantidad de emisiones, debía mantenerse en escucha y barriendo en forma manual la banda I en búsqueda de emisiones de radar de submarinos. Por su parte, en la artillería estaba cubierta la torre central y el director de tiro, que sólo podían hacer fuego con autorización del jefe de defensa, ya que el buque se encontraba en un área focal de aviación propia. Río Grande era de donde partían las misiones que se dirigían a Malvinas.

El buque estaba razonablemente abastecido de munición para sus cañones de 127.2 mm, y para sus ametralladoras antiaéreas de 12.7 mm. Contaba además con todos sus misiles MM-38. Del mismo modo tenía a bordo 2 torpedos MK 44 y 3 A 244 S, 533 erizos y 6 cargas de profundidad MK 9. Su dotación de combustible, agua de alimentación para las calderas y para consumo de la tripulación así como los víveres estaba en un nivel que le permitía operar adecuadamente por días.
APARECEN LOS INGLESES
Los argentinos no sabían que a muchos miles de kilómetros de allí, un grupo de estrategas británicos habían planeado atacar tras las líneas argentinas y el plan estaba transcurriendo en ese preciso momento.

Todo comenzó en los cuarteles del SAS, las fuerzas especiales británicas cuyas siglas significan (Special Air Service) en Hereford, en las cercanías de las colinas de Malvern. Allí entre el Mayor John Mossy el brigadier general Peter de la Billiere, jefe del SAS.

Se planificó lo que llamaron la Operación Mikado, una acción ultra secreta en pleno conflicto anglo argentino. En un principio, los analistas británicos consideraron atacar con aviones cazas Harrier o bombarderos Vulcan las bases continentales argentinas. Sin embargo, para lanzar los Harrier los portaaviones debían arriesgarse muy cerca de la costa, desde donde podían ser alcanzados por los aviones de ataque argentinos y, los bombarderos Vulcan, se habían mostrado demasiado imprecisos en sus intentos por destruir el aeropuerto de Puerto Argentino, de hecho siguió operando durante todo el conflicto que duró 74 días.

Por otra parte, un bombardeo al continente podría disparar una reacción adversa de otras naciones latinoamericanas e incluso la aplicación del Tratado de Defensa Regional (T.I.A.R.) envolviendo a Latinoamérica en un peligroso juego bélico contra Gran Bretaña. Al menos eso habría sido lo que el Presidente Norteamericano Ronald Reagan le advirtió a Margaret Thatchercuando se enteró de los planes los ingleses.

Sin embargo, la misión británica fue aprobada el 23 de abril por el gabinete de guerra de Thatcher: atacar las bases argentinas en el continente. Los ingleses estaban angustiados porque los pilotos navales argentinos ya habían usado los misiles franceses Exocet en sus aviones Súper Étendard contra el destructor británico Sheffield y contra el portaaviones Hermes y la inteligencia británica descubrió que había más Exocet que podrían ser lanzados por los argentinos. El gabinete de guerra de Margaret Thatcher ordenó que los misiles debían ser descubiertos y destruidos. La misión recayó en 65 hombres del Escuadrón B del SAS.
Imagen satelital de la base aeronaval argentina de Río Grande, situada en Tierra del Fuego, a 55 kilómetros de la frontera con Chile
El plan tenía dos variables, en la primera, debían volar hasta la base naval de Río Grande, en Tierra del Fuego, donde estaban los misiles. Aterrizar en dos Hércules C-130,destruir los misiles, los aviones Súper Étendard, matar a los pilotos y refugiarse en Chile, "territorio neutral" con la excusa de un desperfecto técnico.

La segunda variable era desembarcar desde un submarino, atacar los objetivos y trasladarse luego a Chile donde serían recibidos y protegidos.

Ambas operaciones tenían un paso previo llamado "Plum Duff" que era el reconocimiento del terreno. Para el gabinete de guerra deMargaret Thatcher era prioridad destruir esos misiles sea como sea.

Al principio de la Guerra, Sidney Edwards oficial de los comandos británicos del SAS, viajó a Chile para coordinar la asistencia chilena al esfuerzo de guerra del Reino Unido. Una de las misiones de Edwards era estudiar la forma de infiltrar un grupo de comandos hacia la Argentina con el fin de observar la salida de los aviones que atacaban a la Task Force.

Los militares del Reino Unido necesitaban saber cuándo despegaban los aviones argentinos para alertar a la flota y, en particular, conocer cuando lo hacían los Súper Étendard cargados con misiles anti buque Exocet. De esa forma darían tiempo a los Harrier para interceptarlos. Pero luego se concluyó que aun con el alerta, los Harrier tendrían dificultades para llegar a tiempo a abatir a los jets argentinos antes de que estos lanzaran sus misiles.

Con el consentimiento del general Augusto Pinochet, el comando Edwards obtuvo el permiso del jefe de la Fuerza Aérea Chilena, elGeneral Fernando Matthei, para comenzar su trabajo. Con un enlace satelital directo al cuartel de la Marina británica en Northwood, los comandos ingleses infiltrados en la Argentina y los que operaban en las bases del sur de Chile empezaron a transmitir información sobre la actividad en los aeropuertos argentinos.

Su trabajo era reconocer las rutas, la frontera y planear cómo se abastecerían. El comando pretendía infiltrar un grupo desde Chile para dar una alerta temprana e informar al SAS cuando los Súper Étendard despegaban de la base de Río Grande en Tierra del Fuego. Pero luego se descubrió que los aviones Harriet británicos no alcanzarían a los aviones argentinos antes de que lanzaran su misil Exocet. Días después, el Escuadrón B del Regimiento 22 de los S.A.S. iniciaba el entrenamiento en las montañas de Escocia para llevar adelante la misión.
 
Peter de la Billiere  sus comandos fracasaron en el intento de atacar la base de Río Grande
 El brigadier generalPeter de la Billiere, cuyo verdadero nombre es Pedro Edgar Delacour, jefe del SAS, pensaba mandar un helicóptero de avanzada al territorio argentino para el reconocimiento del objetivo, la ubicación de los aviones y del combustible. Pensaban que los aviones Hércules británicos serían detectados 30 millas antes por el radar y recibirían una bienvenida de misiles antiaéreos. Por eso preferían la noche para actuar y aterrizar. Divididos en dos grupos de 15, el proyecto era destruir los aviones, identificar los oficiales y matarlos uno a uno. Si los aviones sobrevivían al aterrizaje y al ataque, escaparían por aire y si no, hacia Chile por la tierra helada y húmeda.

LA OPERACIÓN MIKADO SE INICIA
Mediante los datos obtenidos por Edwards, los oficiales del cuartel central de los SAS en Stirling Lines en Hereford, Gales, comenzaron a planificar un Raid de comandos contra la Base de Rio Grande. El director de los S.A.S., el brigadier Peter de la Billiere, se encargó de evaluar las posibilidades de éxito de la operación que resultó un verdadero fracaso.

El punto de partida del ataque contra los aviones argentinos seria la base norteamericana de Widewake, en la isla británica de Ascensión. Desde allí los aviones ingleses viajarían al menos diez horas hasta Tierra del Fuego. Los comandos del S.A.S. tendrían que aterrizar en Rio Grande en dos aviones de transporte Hércules pintados con distintivos y camuflaje idénticos a los usados en las aeronaves militares argentinas.

Un grupo de aviones cisternas acompañaría a los Hércules a lo largo de su viaje a la Argentina para traspasarles combustible en vuelo. Una vez que estos estuvieran en el tramo final de su viaje, las cisternas debían regresar a Widewake.
Los comandos SAS tuvieron que abortar la Operación Mikado porque fueron descubiertos en dos oportunidades
Ya en tierra, desde los aviones de transporte desembarcarían a cincuenta y cinco soldados y tres Land Rover artillados. Unos quince se encaminarían hacia donde estuvieran estacionados los cinco Súper Étendard con el fin de sabotearlos o destruirlos. Otro grupo haría lo mismo con los tres misiles anti buque Exocet que quedaban en los arsenales de la Base.El tercer grupo de comandos se dirigiría a las barracas donde dormían los diez pilotos de la 2da. Escuadrilla de Caza y Ataque de la Marina para asesinarlos. Terminada la faena, los británicos tendrían que usar explosivos para abrir un cráter en la mitad de la pista de la base de maneras de impedir que fuera usada por los aviones a reacción argentinos. Si el tiempo alcanzaba, los SAS deberían destruir los depósitos de combustible JP1, también los seis cazas argentinos Dagger y los aviones de reconocimiento marino Neptune que también estarían estacionados en el aeropuerto.

Durante una semana practicaron vuelos rasantes y asaltos en aeropuerto del Norte de Irlanda, y simulaban el ataque a una base británica como si fuera la de Río Grande.

Para llegar a Tierra del Fuego, en donde se encontraba la Base de Rio Grande, los Hércules británicos deberían recorrer 11.700 kilómetros.Semejante recorrido haría necesario reabastecer a los Hércules en vuelo al menos en quince oportunidades. Esto significaba movilizar la mayor parte de los aviones cisternas VC-10 Víctor que poseía la R.A.F.

El 7 de Mayo de 1982, Gran Bretaña solicitó al comando de la OTAN que se le cedieran aviones cisternas KC-135 usados por la alianza occidental para abastecer a sus naves en Europa.

Antes de la llegada de los aviones cargados con tropas especiales británicas a Rio Grande, otro grupo de comandos ingleses debía colocar una radiobaliza cerca del aeropuerto para que los dos Hércules se orientaran y pudieran encontrar la pista de la base argentina. Los encargados de llevar el artefacto de guía serian transportados hasta el continente por un Sea King lanzado desde un buque británico en el Atlántico. El helicóptero serviría también para evacuar a los atacantes en caso de que los Hércules fueran averiados durante el ataque.

La fase final de la Operación Mikado preveía el escape de los comandos a bordo de los aviones Hércules hacia Chile, en donde pedirían asilo con la excusa pre acordada de un desperfecto mecánico en sus aeronaves. Si por alguna razón los aviones Hércules se veían impedidos de despegar nuevamente, los SAS tenían orden de recorrer con sus Land Rovers artillados los 80 Kms. que los separarían de Chile abriéndose pasó a los tiros si era necesario.

Los temores sobre la viabilidad de “Mikado” crecieron entre algunos de los Oficiales de los SAS ante la presunción de que la Operación resultara finalmente un sacrificio innecesario de un escuadrón completo de comandos. Un sargento de los SAS que se preparaba para el asalto a la Base argentina pidió la baja tras un infructuoso intento de convencer a sus superiores de que la Misión era un suicidio.

Un avión británico Hércules piloteado por Harold Burgoine voló por encima de la Task Force el 16 de Mayo, del cielo descendieron nueve paracaidistas que rápidamente fueron recogidos del mar por los helicópteros de la flota. Eran integrantes del escuadrón del SAS que colocaría la baliza de guía para los aviones en Rio Grande marcando la fase inicial de la Operación “Mikado”.

A medida que se acercaba la fecha de la operación, se multiplicaron los cuestionamientos entre algunos planificadores de los SAS hacia las posibilidades de éxito de la misión. Se objetó la distancia a recorrer hasta el blanco o que se produjera algún imponderable como un inconveniente con algunos de los aviones cisternas que dejaría a los Hércules urgidos de combustible en medio del océano o lo que era peor, indefensos sobre territorio enemigo.
Las Fuerzas Especiales SAS haciendo prácticas en un submarino
El punto crucial de la Operación era Chile. Si el gobierno de Pinochet no aceptaba recibir a los comandos tras el ataque, la Operación corría peligro de convertirse en un suicidio planificado por carecer de una ruta de escape segura. Surgió entonces una segunda opción. El Submarino diesel británico de la clase Onixdesembarcaría en la costa de Tierra del Fuego a los comandos, que luego deberían alcanzar a pie a la Base de Río Grande. Con cargas de demolición y misiles antitanque destruirían aviones y misiles para luego dirigirse a los dormitorios de los pilotos con el fin de asesinarlos. Terminada la faena, debían regresar a la costa para embarcar en los submarinos.

Un ensayo de desembarco de los SAS en la Malvinas Occidental en botes lanzados por un submarino casi termina en catástrofe. El incidente mostró las dificultades que implicaba dejar a los comandos a kilómetros de la costa enemiga.

Finalmente el gobierno de Pinochet aceptó ser parte del ataque a la Base argentina de Rio Grande en una fecha cercana al 15 de mayo de 1982. A cambio Pinochet obtuvo el compromiso de que el Reino Unido respaldaría política y militarmente a Chile frente a cualquier respuesta que la Operación “Mikado” generara entre los militares argentinos.

Los rumores sobre miembros del S.A.S. operando desde suelo chileno después del 2 de Abril eran frecuentes entre los militares argentinos. Por esa razón, los pasos fronterizos con Chile eran vigilados con celo y parte de la flota argentina fue desplegada frente a las bases continentales para entorpecer la llegada de los comandos desde submarinos.

El 29 de Marzo de 1982 dos helicópteros Sea King HC-4VC especializados en incursiones furtivas del Escuadrón 846 fueron llevados a bordo del portaaviones Hermes mientras la flota se aprestaba a dirigirse hacia el Atlántico Sur. El 17 de mayo, los Sea King pasaron del Hermes, al Invencible.

EL FRUSTRADO DESEMBARCO DE LOS COMANDOS INGLESES
Frente a la costa de Río Grande un submarino inglés (probablemente el Onyx) dejó en la noche del 16 de mayo a tres embarcaciones neumáticas con grupos comandos; fueron descubiertos por el destructor ARA Bouchard que abrió fuego de artillería hasta que desaparecieron los ecos del radar, haciendo fracasar el intento enemigo, quien seguramente tenía la intención de sabotear las instalaciones y aviones desplegados en la Base.

Se intensificó el patrullaje, tanto por medio de naves de la Armada como de la Prefectura, y se desplegó una fuerte defensa en la costa argentina.

Entre las 19.05 y las 19.10 horas, en total oscuridad y en el período de emisión establecido en el plan en vigor, el radarista del Bouchardobservó, junto con el oficial de guardia en el CIC, al azimut verdadero 070º 3.000 yardas del buque un eco pequeño e intermitente. De inmediato, y por el canal de comunicaciones que relacionaba a las centrales de información de combate de las dos unidades, solicitó autorización para continuar emitiendo y poder de ese modo verificar el contacto. 
El submarino HMS Onyx
 A medida que pasan los minutos el contacto dejó de ser intermitente y a las 19.12 se convirtieron en tres ecos nítidos, con un punto muy intenso y una V saliendo del mismo en la dirección contraria a su movimiento relativo, típico de los botes tipo “gomones”, que tantas veces habían observado desde los repetidores los operadores radar.

Se le pudo determinar, en una febril tarea por parte del equipo del CIC (todo era absolutamente manual) el rumbo 340 y la velocidad 18 nudos. Los tres ecos, firmes y con un movimiento inteligente, imposible de imitar por fenómenos naturales o fauna, se movían en formación y pasaron a 1.200 yardas del buque como punto más próximo y se alejaron hasta las 3.000 yardas.

Mientras tanto, y habiendo pasado sólo 4 minutos de la detección, a las 19,14 se cubrió combate, pero el sonar le agregó aún más dramatismo a la situación, a las 19.18 informó un rumor hidrofónico al azimut 070, en ese momento los ecos se encontraban en un arco de azimut que abarcaba desde el 350 hasta el 010, a una distancia de 4.000 yardas.

El radar de control tiro MK 25 logró adquirir los blancos a las 19.22 y simultáneamente se le solicita al OCT (Oficial en Comando Táctico), que era el comandante del destructor ARAPiedrabuena, autorización para abrir fuego con la batería principal, los cañones de 127.2 mm.

En el CIC se hicieron esfuerzos denodados para mantener el contacto ya que para esos momentos se mantenía un solo eco firme y los otros dos intermitentes, pero manteniendo la navegación en formación y el rumbo y velocidad calculados. El ajuste de ganancia y filtros era una cuestión capital para mantenerlos, en eso se abocaba el operador radar, que a esa altura de los acontecimientos había adquirido una sutileza que casi lo hacía formar parte del equipo.

En la proa se estaba levando anclas para poder tener libertad de maniobra para perseguir a los blancos y no estar expuestos a un eventual ataque submarino. La presencia de una unidad de ese tipo era muy probable ya que los acontecimientos de la mañana y la tarde, sumados al rumor hidrofónico detectado no hacía más de 10 minutos,daban cuenta de la presencia de un submarino en la zona.
La foto muestra daños en la proa del submarino inglés Onyx luego de la  Guerra de Malvinas
A las 19.25 se recibió la autorización para abrir fuego, y con contacto firme en el radar de control tiro, el Comandante le dio la orden al jefe de artillería para que la batería principal del buque jugara por primera vez en toda la guerra el rol que merecía, y es así como se abrió fuego con dos salvas de dos cañones y luego otro cañón una salva. Toda la dotación sintió que la sangre circulaba furiosa y a alta temperatura por las venas.

La respuesta no se hizo esperar y los ecos se abrieron en forma de abanico en alejamiento del buque y los radares pudieron, a partir de ese momento, observarlos sólo en forma intermitente.

Guiados desde el C.I.C., los piques de los proyectiles que al principio quedaban cortos, comienzan a caer sobre los blancos. El Comandante ordena al timonel poner proa hacia el punto aún con maniobra de levar ancla sin concluir. Uno de los blancos desaparece de la señal de radar en el centro de los impactos (le habían acertado a uno de los “gomones”) y el resto detiene su avance, cambiando el rumbo en dirección al objeto nodriza de donde se desprendieran en principio.

El buque permaneció al garete, el personal del CIC y de control tiro trataban de mantener los contactos, que en pocos segundos se hicieron inconsistentes; se decidió ir en la búsqueda de ellos; la niebla impedía la búsqueda visual, no obstante haber encendido todos los reflectores que el jefe de comunicaciones disponía, algunos de los cuales eran de gran potencia. Con todos los ojos puestos en el espejo de agua y luego de una exhaustiva búsqueda, se dio por terminada la misma y a las 20.40 se fondeó, prácticamente en el mismo lugar que ocupaba el buque antes de la persecución.

NOCHE DEL 17 AL 18 DE MAYO
La noche se presentaba apacible; luego de los acontecimientos del día anterior, la atención en las pantallas era extrema, los pocos minutos de emisión con los que se contaba por el plan de silencio eran aprovechados al máximo. El operador del WLR 1, el equipo MAE (Medidas de Apoyo Electrónico) barría las frecuencias asignadas con avidez profesional, tratando de discernir entre los ruidos y la estática una señal inteligente o concreta que pudiera dar una pauta sobre el enemigo.

El Bouchard permanecía fondeado en la misma posición que el día anterior, a una distancia mínima de la costa de 2 millas náuticas.

Unos minutos después de hacerse cargo de la guardia de CIC el equipo de 4 a 8, se debía emitir con el radar; a las 04.08 aproximadamente el operador radar le informó al oficial de guardia CIC que había detectado algo, que se aproximara al repetidor para verlo.

Este comprobó que había un eco; el operador se trasladó al puente para operar simultáneamente con el radar Decca, que con su emisión en banda I podría discriminar mejor lo obtenido por el SPS 10.
El Bouchard detectó al helicóptero inglés Sea King proveniente de Chile
Confirmó y mantuvo en emisión ambos radares, e informó al destructor ARAPiedrabuena del hallazgo. Solicitó que confirmara si lograba verlo al azimut verdadero 340º distancia 9 millas (lat. 53º 26.7´ S y long. 68º 00.2´ W y a escasas tres millas de la costa), un minuto después llegó la confirmación.

El oficial de guardia CIC ordenó comunicarse con la aeronave por todas las frecuencias posibles, sin obtener por parte de la misma respuesta alguna y con Rio Grande para preguntar si era una aeronave amiga e informarle a la base la presencia detectada.

Ante la imposibilidad de establecer contacto en los circuitos establecidos en el plan de comunicaciones, el oficial de guardia CIC le sugirió al OCT (D-29) que informara a Río Grande del acontecimiento.

Mientras esto sucedía, la aeronave, que aparentemente, por el perfil de vuelo que mantenía, podía ser un helicóptero, continuaba su vuelo hacia tierra firme.

A las 04.26 el D-26 volvió a comunicarse con el OCT para informarle que el posible helicóptero había traspuesto la línea de costa y continuaba internándose en la isla; le reiteró la necesidad de informar a Río Grande sobre lo detectado, D-29 le informó que lo estaba intentando.

Pese a la laboriosa tarea que requería mantener el eco en ambos radares, a las 0431 D-26 insiste con Río Grande para informar lo que está aconteciendo, sin resultados.

Luego de una intensa labor a las 04.42 el D-29 informó que logró comunicarse con Río Grande y que no tenían aeronaves amigas volando. Sugirió verificar. La noticia generó en el equipo del CIC un nuevo incentivo para mantener el eco a toda costa.

A las 04.46 el D-26 informó que aparentemente la aeronave detectada había descendido y se perdió en proximidades de la estancia designada La Sara en la carta de navegación (latitud 53º 26´S – long. 68º 11.5´W). Estancia La Sara está a escasos metros de la ruta nacional 3 a unas 26 millas de Río Grande y a tan sólo 15 millas náuticas de la frontera con Chile.

Los ajustes en los equipos de detección se reiteraban, con el objeto de encontrar un eco en la mancha ámbar que aparecía en el repetidor.Instantes después volvió a elevarse y volvió la tensión para mantenerlo detectado. Se lo pudo sostener por escasos 10 minutos más, luego a las 05.02 el D-29 informa que aparentemente estaría en la frontera con Chile.

MISIÓN ABORTADA
Antes de subir al helicóptero Sea King, las fotos satelitales de los norteamericanos mostraban una estancia cercana a la base, la de Sara Braun. Uno de los comandos británicos dijo que había que matar a todos sus moradores, esto lo cita en el libro The Secret war for the Falklands (La guerra secreta por las Malvinas) el escritor Nigel West, seudónimo del diputado conservador británico Rupert Allason en 1998. También dice que el helicóptero despegó del portaavionesInvencible cuando todas las pruebas demuestran que despegó desde territorio chileno.

Nigel West, es historiador de temas militares y se especializa en asuntos de seguridad, editor para Europa de la revista World Intelligence Review, profundo conocedor y tal vez participante de la activa y profesional inteligencia británica o, como piensan otros, un relator de la inteligencia británica brinda datos históricos que nos permiten entender la razón de la presencia de un helicóptero británico un 17 de mayo de 1982, en cercanías de la ciudad de Río Grande.
Helicóptero Sea King británico operando durante la Guerra de Malvinas
Afirma que en la noche del 17 de mayo de 1982 partió desde el portaavionesInvencible un helicóptero inglés Sea King de la escuadrilla aeronaval 846, identificado dentro de la armada británica con la sigla ZA 290 (20) con tres comandos del SAS. Armados, con equipos de comunicación satelital, el grupo se dirigía hacia Río Grande cuando el radar mostró a 20 kilómetros del objetivo que habían sido detectados. Con mirada agonizante, el capitán Richard Hutchings consideró "la misión comprometida". Se miraron entre todos angustiados y decidieron avanzar hacia el oeste, rumbo a Chile, en dirección a Punta Arenas. "Misión abortada" transmiten por el equipo y abandonan el helicóptero. El Ministerio de Defensa británico dice oficialmente que se trató de un aterrizaje de emergencia. Pero el mundo sabe que las fuerzas especiales británicas están operando en el continente argentino o tratando de hacerlo.

No cabe ninguna duda que la presencia de la patrulla compuesta por los dos destructores hizo fracasar en dos oportunidades el intento de golpe de mano proyectado desde el mar y desde el aire los días 16 y 17 de mayo. Sumado a ello los dispositivos de seguridad organizados en tierra colaboraron en forma importante en hacer imposible el desarrollo de tales operaciones.

West afirma en su libro que la Operación Mikado fue planificada por el Alto Estado Mayor Británico, en concreto por el Almirante Lewin, quien lo encomendó al regimiento 22 SAS – SBS (Special Boat Service, de los Royal Marines), que ciertamente estaba a cargo del GeneralPeter De la Billière.

Para ello contaba con algunos integrantes del escuadrón G (el resto de ese escuadrón estaba en Belice) que se encontraban embarcados en el HMS Fearless en la fuerza de tareas del Atlántico Sur. Además contaba con el escuadrón B a cuyo mando se encontraba el mayorJohn Moss. Este escuadrón luego de concluir prácticas para su participación en un ejercicio de la OTAN en Alemania “se embarcó en un programa intensivo de entrenamiento para practicar la captura de un aeropuerto en poder del enemigo”.

La idea general de la maniobra que debían ejecutar los comandos era la de destacar un helicóptero Sea King para efectuar un operativo, que consistía en reconocer el blanco, la ubicación de los aviones y evaluar el dispositivo defensivo y alerta.

En este sentido es menester destacar que los aviones de la Armada eran dispersados y replegados contemplando tres opciones o esquemas de dispersión de aeronaves: cercano medio y lejano. Esto hubiese sido una dificultad adicional para quienes debían efectuar el reconocimiento. La noche del 17 al 18 de mayo encontró a los aviones en dispersión lejana (única oportunidad en la que se llevó a cabo) y a los pilotos durmiendo dentro de un frigorífico cercano, lo que nos lleva a concluir que, aun habiendo obtenido éxito en la operación, hubiese sido muy difícil llevar a cabo la misión para la cual habían sido desplegados a suelo argentino.

Una vez orientados por el grupo de reconocimiento, debían ejecutar un aterrizaje forzoso en la pista de Río Grande con dos Hércules C-130 con 55 hombres a bordo y destruir los cinco aviones Súper Étendard y los tres misiles que aún poseía la Argentina, según los datos que tenía la inteligencia británica, y además matar a todos los pilotos.

El autor inglés indica que la inteligencia que poseían era pobre e insuficiente, cuestión esta que es difícil de creer dado que poseían inteligencia de detalle que habría sido otorgada por las autoridades de Chile, como lo permiten entender declaraciones de los más encumbrados participantes de la historia de ese momento.
El HMS Onyx hondea la bandera Jolly Roger, la bandera Inglesa
No obstante, según lo que indica el escritor español Jorge Muñoz, que ha escrito varios libros sobre Malvinas, había dos formas de ejecutar la acción, una era la relatada en el libro de West y otra la siguiente: una fuerza de 24 hombres compuesta por SBS/SAS debía desembarcar del submarino Onyx y con botes dirigirse a la costa. El submarino debía dejarlos muy cerca de la costa para evitar que el mal tiempo reinante en esa zona afectara la operación. Los botes irían cargados con misiles Milán y Law, lanzagranadas, cargas explosivas y demás armamento personal. Con ello debían destruir los aviones y matar a todos los pilotos.

La primera opción (la aérea) era la menos aceptada por los comandos ya que la consideraban una muerte segura y tenían una gran incertidumbre sobre el posible éxito de la misma.

En cualquiera de los dos casos no había modo de escape, debían caminar por la helada tundra de la Isla Grande de Tierra del Fuego hasta Chile para que allí los recogieran y los llevaran de vuelta a Inglaterra.

Las especulaciones sobre la posibilidad que las tropas argentinas los persiguieran, era cosa casi asegurada ya que la tropa de IM allí destacada poseía una alto grado de adiestramiento y sobre todo de motivación, lo cual permite especular sin mucho riesgo de error que,de haberse concretado la operación, difícilmente hubiesen podido regresar sin enfrentar duros combates durante la retirada y aún durante la operación misma.

Declaraciones públicas de quien fue Comandante en Jefe de la FACH (Fuerza Aérea Chilena) General Fernando Matthei, revelan el grado de apoyo que fue brindado, y las palabras de Margaret Thatcher en ocasión del apresamiento de Pinochet en Inglaterra y del propio General Pinochet al ser liberado.

Según relata West, los comandos, además de las prácticas normales, se pasaron una semana practicando los aterrizajes en los C–130, generándose un incidente en uno de ellos que casi les cuesta la vida. Además de ello la RAF (Royal Air Force), la Fuerza Aérea Británica, debía representar a los defensores (las fuerzas argentinas) e informar en cada una de las prácticas distancias de detección y otros parámetros; esto resultó del mismo modo desalentador e inquietante.

EL HELICÓPTERO INGLÉS DE PUNTA ARENAS
Quince minutos después de comenzado el día 18 de Mayo, el Sea King HC-4VC matricula ZA290 despegó (según Nigel West) desde elInvincible con rumbo al continente, en realidad lo hizo desde Chile. Su piloto era el Teniente Richard Hutching, su copiloto el Teniente Alan Reginald Courtena Bennet y Peter Imrie era el navegante. En el interior del Sea King se acomodaba un grupo de nueve hombres del S.A.S., los mismos que días antes habían saltado en paracaídas sobre la flota. Los comandos británicos llevaban la radiobaliza para guiar a los Hércules en su aproximación a la base de Rio grande.

El Helicóptero Sea King penetró en el continente a través de la Bahía San Sebastián, donde la zona fronteriza entre Chile y la Argentinadivide al estrecho de Magallanes. La elección de la ruta de penetración no era casualidad, cerca de allí había un depósito argentino de combustible para aviones, por lo cual la zona era intensamente vigilada.
Sea King inglés en tierra
Los comandos de los SAS desembarcaron y los helicópteros se ocultaron entre unas lomas cerca del rio Silva, en territorio chileno. Ese era el lugar donde deberían esperar las órdenes para dar comienzo a la Operación “Mikado”.Para algunos analistas el lugar de espera estuvo situado en la Estancia Las Violetas en la zona argentina de la Isla de tierra del Fuego.

Mientras tanto, dos aviones Hércules del Escuadrón Especial 47 despegaron de Ascensión para iniciar un viaje hacia Rio Grande. Llevaban Matriculas XV-179 y XV-200.

A todo esto, el Bouchard había detectado un contacto desconocido volando a 160 Km por hora en dirección Este, es decir proveniente de Chile. El buque argentino localizó al intruso a 45 Km. al sur de rio Grande, mas tarde el mismo buque volvió a detectarlo volando sobre un paraje llamado Estancia Brown, un campo argentino propiedad de una familia de origen inglés. Durante los siguientes 5 minutos el eco del radar desapareció para luego ser detectado con rumbo sur dirigiéndose sobre espacio chileno hacia el faro de Punta Arenas.

El operador de radar del Bouchard informó al destructor Piedrabuenafondeado más al Norte que tenía “un pajarito en la cotorra” que en la jerga naval significa un intruso detectado en su pantalla de radar. Minutos más tarde el radar de la base de Rio Grande descubrió también el contacto. Las comunicaciones entre las naves que eran monitoreadas desde Chile, confirmaron la detección de los helicópteros por parte de Argentina.

El peligro del ataque disparó la alarma en la base de Rio Grande, esa noche, los conscriptos y oficiales fueron movilizados en los alrededores del aeropuerto. Seis helicópteros argentinos fueron despachados para revisar la zona donde fue detectado el eco.

Al tiempo que los sensores del comando inglés indicaron que habían sido descubiertos por los radares argentinos, sus tripulantes vieron luces de bengala en el horizonte. Las tropas argentinas parecían haber detectado su llegada. Una segunda bengala fue observada más cerca del helicóptero y los tripulantes emitieron un mensaje para informar que la misión corría peligro. Por radio, indicaron al agente británico Edwards sobre el problema. Desde Londres Edwards recibió la orden de abortar y se las transmitió a los pilotos del Sea King.Los Hércules que se dirigían a sabotear la base de Rio Grande recibieron la orden de regresar a la Isla Ascensión.
Ubicación de Punta Arenas en Chile y Río Grande en la Argentina
El Sea King aterrizó en un paraje a unos 23 Km. al sur de Punta Arenas. De acuerdo con analistas el combustible no era suficiente para regresar a la Base. Los tripulantes del Sea King incendiaron la nave y destruyeron equipos de comunicaciones y claves. 

El Ex almirante argentinoHoracio Zaratiegui era el responsable del área durante la guerra. Asegura que el helicóptero de los S.A.S. detectado por los radares argentinos provenía de Chile y no de un portaaviones y que durante la guerra sospecharon del despliegue de aparatos ingleses desde ese país. A Zaratiegui no le faltaban razones para sospechar sobre la posibilidad de que se produjeran incursiones de los S.A.S. en las Bases argentinas ya que antes de la guerra había recibido entrenamiento en inteligencia en el Reino Unido y conocía el modo de operar de los británicos.

Cuando la Embajada de Gran Bretaña informó a las autoridades de Santiago que la tripulación de una de sus naves estaba varada en algún lugar del Sur de Chile, se inició una nerviosa operación de cobertura. Si el hecho trascendía a la prensa la colaboración estrecha que mantenían ambos países quedarían en evidencia, tal como sucedió.

Edwards pidió entonces ayuda al Jefe de la Fuerza Aérea de Chile. El General Matthei le dijo que ordenara a sus comandos que se dirigieran a Punta Arenas. En palabras del militar “le contesté que llegaran a hasta un determinado punto de nuestra Base Aérea donde los esperaba un Oficial de inteligencia, allí les darían ropa de civil y los pondrían a bordo de un Avión de Lan Chile o Ladeco hacia Santiago, para que desde allí tomaran otro hasta Inglaterra. Eso fue lo que hicieron exactamente, deberían haber quedado internados acá, porque esa es la Ley, pero les propuse otra salida”.

En las horas siguientes el Ejército de Chile envió un helicóptero UH-1D a recoger a los tripulantes del Sea King, no los encontraron ya queseis días más tarde se entregaron en un puesto de carabinerosde la Localidad del Parrillar, a 20 Km. Del lugar del accidente.

Por tratarse de especialistas en operaciones secretas, la decisión de la Tripulación del Sea King de incendiar la nave impidió ocultar el fracaso de la Operación.

El vuelo se llevaba a cabo cumpliendo taxativamente lo planificado hasta que el piloto fue advertido que había sido detectado por un radar hostil y el copiloto pudo observar una bengala. No obstante ello, se decidió continuar, pero cuando se estaba desembarcando una segunda luz más cercana les advirtió que el peligro los acechaba y decidieron abortar la misión dirigiéndose directamente a Punta Arenas en Chile.

El investigador español Jorge Muñoz indica que al suceder el evento con el Sea King, los dos C–130 con los comandos se encontraban volando y la misión se abortó momentos antes de su inicio al enterarse que el helicóptero había sido detectado y que los comandos debieron soportar largas horas de vuelo y varios reabastecimientos para regresar a la isla Ascensión.

Otra versión de lo sucedido con el helicóptero la brinda Jorge Muñozdonde expresa que fuentes del Servicio de Inteligencia Naval argentino en forma extraoficial le habrían sugerido que el helicóptero podría haber despegado desde el aeródromo de la ciudad chilena de Punta Arenas. Volando desde el Oeste penetró el espacio aéreo argentino y una vez internado en el mar unas cuarenta millas viró y se dirigió hacia la zona de la estancia y tras sobrevolar las cercanías de la estancia Sara Braun se dirigió con rumbo 290º hacia la frontera con Chile.

Con pequeñas variaciones, la versión del final de la operación es casi coincidente; el ZA 290 deja en un lugar alejado al grupo con su armamento y se dirige hacia una huella donde es incendiado por su tripulación en proximidades de la caleta Agua Fresca a unos 20 kilómetros al sur de Punta Arenas.

El 25 de mayo de 1982, tres soldados ingleses, los pilotos y un navegante del Sea King, aparecieron sanos y salvos en Punta Arenas, Chile y fueron llevados a Santiago. Del grupo SAS, nada se sabe. De Santiago, parten a Londres, luego de una breve conferencia de prensa, donde expresan “haber tenido un desperfecto mecánico”. Los restos del helicóptero fueron cubiertos por una máquina vial en forma rápida evitando así toda posibilidad de investigación sobre la veracidad de la versión británica y chilena de los hechos.

Respecto a los comandos SAS, se refugiaron en una zona descampada y continuando con la versión ofrecida por Nigel West,creían estar en territorio argentino y se desplazaron unos 20 kilómetros hasta “El Parrillar” y su lago, algunas versiones dan cuenta que uno de ellos murió. Allí descubren que se encontraban en territorio amigo, y se entregan a carabineros.
Los fracasados comandos británicos fotografiados en la embajada británica en Santiago de Chile
 Los pilotos fueron transportados a Punta Arenas, luego a Santiago, donde dieron una conferencia de prensa expresando que habían sufrido un desperfecto mecánico, las palabras del TenienteRichard Hutchingsfueron las siguientes:“…mientras patrullábamos la costa notamos un fallo en el motor, debido al mal tiempo no fue posible regresar a nuestro barco, así que tuvimos que buscar refugio en el país neutral más cercano…”

No había mal tiempo, todo era una gran mentira para blanquear la vergonzosa situación de los comandos. Finalmente todos fueron embarcados en un avión rumbo a Londres.

De la colaboración chilena con los invasores británicos hay varias muestras. En plena guerra ellos habían adquirido a Gran Bretaña un buque petrolero el Tide Pool que devolvieron para que los ingleses lo utilizaran. También había un buque chileno de operaciones antárticas que se reabasteció en Punta Arenas y se unió luego a la flota británica.

Además debemos agregar que el presidente de los Estados Unidos de América fue informado por Inteligencia que los británicos planeaban una operación en el territorio argentino, esto preocupó porque podría involucrar otros países y no sólo extender el teatro de operaciones sino además otros actores. Pese al llamado telefónico realizado por Ronald Reagan, Margaret Thatcher persistió en la necesidad de llevarla a cabo.

EL ESCÁNDALO QUE QUERÍAN EVITAR LOS MILITARES CHILENOS
Los restos del helicóptero fueron hallados en la mañana del 19 de Mayo, en Isla San Pedro, cerca de Punta Arenas, Chile. La noticia sobre un helicóptero caído se extendió rápido y la población local empezó a llegar al lugar para observar los restos de la nave.
Momento en que el Ejército chileno tapa con tierra los restos del helicóptero inglés incendiado al sur de Punta Arenas
Alertados por la novedad los funcionarios chilenos enviaron una moto niveladora para cubrir los restos, pero mientras esto ocurríaempezaron a llegar periodistas al lugar.Entre ellos el corresponsal del DiarioClarín de Bs. As., Oscar Fernández Real.Aunque los Carabineros no les permitieron acercarse, el fotógrafoLeonardo Zavattarousó su teleobjetivo para tomar unas fotografías,imágenes que fueron publicadas como primicia el día 20 de mayo en Clarín y luego dieron la vuelta al mundo.

Recuerda Fernández Real que fueron detenidos por tres hombres que se identificaron como Detectives de la Dirección de Seguridad chilena a poco de fotografiar el accidente. Luego de ser obligados a revelar el material fotográfico que habían obtenido en Cañada del Ciervo solo se les requiso una de las fotografías donde aparecía un helicóptero chileno. Los periodistas fueron liberados dos horas más tarde y regresaron inmediatamente en su automóvil a la ciudad de Río Gallegos.

La versión oficial chilena y británica señaló que el helicóptero con sus tres tripulantes había llegado a territorio continental se debió una desorientación y que “un desperfecto mecánico había precipitado la nave a tierra”. Sobre los nueve SAS nada se comentó y hubo que esperar que el paso de los años revelara su presencia a bordo del Sea King.

Los tres tripulantes y los nueve comandos fueron llevados a Santiago y se los alojó en casas particulares lejos de la mirada de la prensa. Las reglas internacionales indicaban que al menos los tripulantes “blanqueados” es decir la tripulación del helicóptero debían permanecer internados hasta que se terminara el conflicto. El gobierno chileno sostuvo que no había una guerra declarada entre Argentina y Gran Bretaña, por lo que no tenía sentido retenerlos dejándolos partir. Los pilotos del SAS parten en ropas civiles en un vuelo de línea de Santiago a Londres.

Respecto al otro helicóptero Sea King HC-4VC del escuadrón 846 probablemente cayó al mar en la noche del 18 de Mayo. Dieciocho comandos, dos soldados y un tripulante murieron en el accidente. Los británicos sostienen que la tragedia fue seguramente causada por un albatros que se introdujo accidentalmente en el motor.

Sin embargo algunos autores argentinos señalan que esa clase de aves no tiene hábitos nocturnos y que rara vez se encuentran a la distancia de la costa donde los ingleses afirman que se produjo la caída. Los “detractores” de la hipótesis del albatros especulan que el accidente podría ser un intento por ocultar la pérdida de integrantes de los S.A.S. en otras circunstancias y que las muertes podrían haber transcurrido en el continente (por ejemplo, cuando fueron cañoneados por el Bouchard los tres ecos en el radar) en la noche del 16 de mayo.

El mismo día del accidente tres botes neumáticos abandonados fueron hallados frente a la ciudad de Rio Grande. No se trataba de equipos argentinos. Coincide con lo informado por el destructor argentino Bouchard que disparó en esa zona contra blancos no identificados que se aproximaban desde el mar a la Base de Rio Grande.
EPÍLOGO DE LA FRACASADA MISIÓN INGLESA
La decisión del alto mando naval de mantener a los destructores ARAPiedrabuena y Bouchard patrullando el área de Río Grande fue absolutamente acertada. No podemos asegurar que la inteligencia naval argentina tuviera datos precisos de las operaciones que se planeaban desarrollar, pero el hecho de haber estado presentes en el momento del desarrollo de los dos intentos nos hace pensar que no fue casual.

Pese al celoso resguardo de la información que hacen los británicos, nos permite conjeturar que si bien la noche del 17 al 18 de mayo los aviones y sus pilotos se encontraban cumpliendo un programa de dispersión lejana, que hubiese dificultado la destrucción por parte de los comandos británicos, algo muy diferente ocurrió la noche del 16 de mayo.
Los SAS debieron perder varios hombres cuando sus botes neumáticos fueron cañoneados por el destructor Bouchard
Durante esa noche el ARA Bouchard, al detectar los ecos de tres botes y abrir fuego, probablemente impidió que los comandos desembarcados de un submarino pudieran ciertamente llevar a cabo su cometido en forma completa y total. A partir de ese momento la sorpresa había sido perdida y, al menos en los destructores, el nivel de alerta era ciertamente mayor que el que se tenía antes de la noche del 16 de mayo.

Los libros de navegación y de guerra del destructor ARA Bouchard y los informes elevados por el mismo a la superioridad indican que la aeronave en cuestión detectada el 18 de mayo se encontraba 9 millas al noroeste del buque, a dos millas de la costa y que el eco se perdió a escasa distancia al sur de la estancia La Sara, para luego elevarse y dirigirse directo a la frontera con Chile, perdiéndose el eco radar, entre cinco y siete millas, luego de elevarse. Esa estancia está en una posición muy cercana a la ruta nacional 3 que lo lleva directo a Rio Grande.

El ex Contraalmirante Horacio Zaratiegui (17 marzo 1926-25 marzo 2002), a cargo de la zona Austral en Tierra del Fuego, era el responsable del área durante la guerra. Siempre tuvo sospechas de las intenciones británicas. Por algo lo habían entrenado los propios ingleses en su Escuela de Inteligencia en Gran Bretaña. Obsesionado con un posible ataque chileno, el oficial creía que había una alianza silenciosa entre Chile y el Reino Unido que les permitiría a los chilenos avanzar desde el oeste en recuerdo del diferendo del Beagle. En 1983 el ex comandante de la zona austral relató lo siguiente: "Nuestros radares observaron que el helicóptero se desplazaba desde el territorio chileno hacia la Argentina. Cruzó la frontera, luego quedó suspendido en el aire por unos minutos y desapareció del radar, clara señal de que había descendido. Volvió a aparecer a los 5 minutos en las cercanías de la planta de combustible y a 5 kilómetros de la estancia de Sara Braun, al sur de Río Grande y casi sobre el mar. Todo esto sucedió la noche antes que se descubriera al `Sea King' incendiado en las cercanías de Punta Arenas”.
Contraalmirante Horacio Zaratiegui en 1982
Zaratiegui estaba convencido que el helicóptero británico regresaba de una misión de reconocimiento, con un grupo de comandos que intentaba volar la planta de combustibles de la Bahía de San Sebastián, en Tierra del Fuego. La planta abastecía de nafta especializada JP1 a los 5 aviones Súper Etendard franceses, a los 6 aviones Mirage Dagger y a los viejos Neptune de reconocimiento que actuaban contra la flota británica. El helicóptero inglés apareció en las pantallas de los únicos 3 radares de la isla de Tierra del Fuego con capacidad de interceptar señales. El primero en avistarlo fue el cabo operador del buque destructor Bouchard, que estaba fondeado en la bahía Esperanza. Sin usar el lenguaje cifrado, se lo comunicó a su colega del destructor Piedrabuena que estaba más al norte. También lo detectó el radar de la base aeronaval y diagnosticaron que se desplazaba a 90 nudos de velocidad y rumbo 090, con dirección al este. Al día siguiente, seis helicópteros argentinos e infantes de marina se desplazaron por la isla en busca de sus rastros. No encontraron nada. Pero por precaución y a la espera de un ataque, la base de Río Grande había sido minada y se había alistado una compañía de infantes de marina para defenderla. La aviación naval argentina comenzó la guerra con 5 aviones Súper Étendard y la finalizó con ellos en perfectas condiciones. Estaban pendientes del envío de Francia otros 9 Súper Etendard y 25 misiles Exocet que no llegaron durante el conflicto por las presiones británicas. De haberlos entregado como correspondía, otra muy distinta hubiera sido la historia.

Ante el descubrimiento del helicóptero (a raíz del humo), en las primeras horas del 19 de mayo, hubo nerviosas consultas entre las autoridades chilenas, pues hubiera correspondido internar a la máquina y a sus tripulantes hasta el fin del conflicto. Sin embargo, la trascendencia periodística que tendría este accidente, perjudicaría la postura de neutralidad que fingía adoptar el régimen chileno. Fue así que se procedió a enviar unas palas mecánicas para cubrir los restos del helicóptero, que estaba semidestruído sobre una playa marítima de pedregullo y pastos, el fuselaje quedó totalmente cubierto bajo un montículo de grava en el paraje denominado Cañada de los Ciervos, de la bahía Agua Fresca.

El general chileno Fernando Matthei colaboró con los ingleses durante la Guerra de Malvinas
Por su parte, el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Chilena (FACH) GeneralFernando Matthei declaró acerca del incidente del helicóptero y las explicaciones que dio a los argentinos:“Nosotros tuvimos que darles largas explicaciones, jurando nada sabíamos. No sé si nos creyeron o no, pero la verdad es que me enojé muchísimo con los ingleses, y tuve que poner la cara con Pinochet, diciéndole: mire lo que hicieron estos imbéciles…”

Al gobierno de Thatcher tampoco le convenía que se descubriera su intención de llevar el conflicto hasta el mismo continente americano, sin obtener réditos significativos que lo justificaran y aquí indudablemente fue una operación fallida.

Hubo 18 bajas reconocidas oficialmente del SAS en Malvinas(casi todos del 19 Mountain Troop, escuadrón D) en el accidente de un helicóptero Sea King (ZA292) que volaba del HMS Hermes al HMSIntrepid (tal vez murieron en una operación fracasada en el continente). Asimismo hubo varias bajas en combate, aunque solo una mortal (capitán Hamilton). El escuadrón B que se encontraba en Ascensión para tomar parte en la Operación Mikado fue lanzado en paracaídas para cubrir las bajas.

Los misiles Exocet que no pudieron destruir los comandos ingleses cobraron otras 2 presas, el día 25 de Mayo, dos de ellos hundieron el portacontenedores Atlantic Conveyor, con él se perdieron 3 helicópteros Chinook con capacidad para 80 hombres completamente equipados (un cuarto se salvó por estar en vuelo en el momento del ataque); y al menos 8 helicópteros Wessex y un numero de carpas y equipos para albergar a 4.000 hombres, así como pistas de aterrizaje portátiles para operar con Harriers directamente desde suelo de Malvinas, una planta completa de desalinización de agua. Además su cubierta servía como pista de aterrizaje, lo cual lo unía a los dos portaaeronaves existentes. Todo material imprescindible que se preveía utilizar para el asalto hacia Puerto Argentino. Otro Exocet impactó en el portaaviones Invincible el 30 de mayo. Por supuesto Gran Bretaña niega todo.

Tras la Guerra de Malvinas, Sidney Edwards perdió su trabajo en los S.A.S. y fue a prisión cuando quiso organizar un envió ilegal de armas a Croacia en 1992. El contrabando fue descubierto en el aeropuerto de Budapest, cuando los inspectores aduaneros abrieron los containers encontraron numerosas armas muchas de las cuales habían sido manufacturadas por la FAMAE, la Fábrica militar de armas chilena.

Aunque extraoficialmente la Operación “Mikado” y sus variantes resultó un completo fiasco, terminado el conflicto en el Atlántico sur, los tres pilotos del Sea King fueron distinguidos y condecorados inmerecidamente por su actuación en este fracasado y desastroso operativo. Concretamente, el Piloto del Sea King incendiado en Chile, Richard Hutchings y su copiloto, Alan Bennett, fueron condecorados con la Cruz de los Servicios Relevantes o distinguidos, una condecoración que sigue en importancia a la Cruz de la Reina Victoria dentro de los rangos del honor militar inglés. El otro tripulante, Peter Imrie, recibió la Medalla de Servicios Relevantes, ningún otro piloto británico recibió una distinción semejante por su actuación durante la Guerra de Malvinas.
http://programacontactoconlacreacion.blogspot.com.ar/2012/05/el-fracaso-de-la-operacion-mikado.html
Teniente Richard Hutchings en 1982, durante la conferencia de prensa del 23 de mayo "explicando" cómo en misión de patrulla se desvió "demasiado" al oeste y cayo en Chile...

CARTA QUE EL CORONEL RICHARD HUTTCHINGS DIRIGIERA AL EX SOLDADO CLASE 63, NESTOR TACCONI, DEL REGIMIENTO DE INFANTERÍA MECANIZADA 24, CON MOTIVO DE CONMEMORARSE EL DÍA DEL VETERANO Y CAÍDOS POR LA PATRIA EL 2 DE ABRIL DE 2011

Dear Nestor,it is a priviledge to be asked to share in this special day for 
you and the people of Argentina. Soldiers, sailors and airmen the world over are comrades in arms. We do the bidding of our politicians. War is simply an extension of politics. It is not for service men and women to question, but to serve, and to serve our countries with honour and courage. I took part in a Special Forces operation designed to attack the Super Etendard aircraft based at Rio Grande. I am hoping to be able to prove that other Special Forces operations also took place in other areas, such as Rio Gallegos. Resolution of this issue should help you and your comrades to pursue your just cause for being awarded veteran status, albeit a very long time after the end of hostilities.I wish you and your fellow veterens well and God speed in your honourable mission to achieve veteran status.I hope that I will be able to meet some of you if I am able to visit Argentina later this year.Best wishesRichard
TRADUCCIÓN: Estimado Néstor: Es un privilegio ser invitado a participar en este día tan especial para usted y el pueblo de la Argentina. Los soldados, marineros y aviadores de todo el mundo son camaradas. Nosotros hacemos la lucha de nuestros políticos. La guerra es simplemente una extensión de la política. No es para los hombres y mujeres en servicio cuestionarse, sino servir y para servir a nuestros países con honor y coraje.
He participado en una operación de fuerzas especiales diseñadas para atacar a los aviones Super Ettendard con sede en Río Grande. 
Tengo la esperanza de ser capaz de demostrar que otras operaciones de las fuerzas especiales también se llevaron a cabo en otras áreas, tales como Río Gallegos. 
La solución de este problema debería ayudarle a usted y a sus compañeros a seguir su justa causa para la obtención de la condición de veterano de guerra, aunque sea mucho tiempo después del fin de las hostilidades.Deseo a usted y a su compañeros veteranos no reconocidos el bien y intervencion de Dios en su honrosa misión de alcanzar la condición de veterano.


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