Ingenieros del Laboratorio Nacional Sandia , filial de Lockheed Martin Corporation, han desarrollado una bala auto-guiada que puede alcanzar objetivos designados por láser a más de una milla de distancia. La bala, de pequeño calibre, puede dirigirse por sí sola, corregir su vuelo e impactar en un blanco designado a través de un sensor óptico a distancias de hasta dos mil metros. Se sirve de una especie de 'aletas' para corregir su vuelo e incluye un sensor óptico en la punta para detectar con un rayo láser su objetivo. El prototipo demostrado. de 4 pulgadas de longitud, cuenta con una tecnología que permitiría el desarrollo rápido de pequeños proyectiles a bajo costo.
El sensor envía información, dirección y control a su unidad de procesamiento de ocho bits que utilizan un algoritmo para guiar actuadores electromagnéticos. Estos actuadores mandan pequeñas aletas que orientan la bala par dar con el blanco. La bala puede auto-corregir su ruta de navegación 30 veces por segundo, todo mientras se desplaza a más del doble de la velocidad del sonido. Los ingenieros afirman que la bala seguiría volando en línea recta salvo que se introdujese alguna corrección, para ello añadieron estas 'aletas' que, junto a un centro de gravedad capaz de inclinarse hacia delante (para modificar la trayectoria), eran capaces de controlar el vuelo del proyectil.
Sandia está buscando un socio privada para completar las pruebas del prototipo y llevar esta bala guiada al mercado militar e incluso ofrecerlo a las fuerzas del orden, donde podría ser útil en determinadas situaciones, por ejemplo en escenarios donde hay rehenes.
Es una idea que debería causar escalofríos a toda persona en la poco deseable disposición de encontrarse en el extremo "malo" de un rifle. Y es muy real. Científicos del Laboratorio Nacional Sandia, en Estados Unidos, han probado con éxito un prototipo de bala guiada por láser con un alcance de hasta 2 kilómetros, y la imagen que tienes sobre estas líneas ilustra su singular capacidad para adoptar trayectorias variables.
El centro, dirigido por Lockheed Martin, ha conseguido el sueño de todo ejército con la ayuda de una subvención de 14,5 millones de dólares entregada por los risueños chicos de DARPA para crear el rifle de francotirador definitivo dentro de su programa "Exacto". Cada uno de estos cartuchos contiene un proyectil en forma de dardo con varias aletas regulables desde un minúsculo ordenador dentro de la propia bala, que a su vez se guía usando la señal de un puntero láser en el rifle. Estas aletas electrónicas permiten corregir la trayectoria hasta 30 veces por segundo, haciendo que la bala pueda desviarse de la trayectoria inicial como muestra la imagen, tomada de noche usando un prototipo con un diodo LED.
Lógicamente el panorama no es todavía tan perturbador como en cierta horrible película protagonizada por Tom Selleck en los años 80, dado que las balas todavía no son capaces de identificar un objetivo y seguirlo de forma autónoma vaya a donde vaya, pero su tecnología supone un avance revolucionario en el ámbito militar. Los tiradores, por ejemplo, ya no tendrían que calcular las desviaciones causadas en un disparo por la gravedad, la temperatura, la humedad o las corrientes, de forma que ya sólo deberían apuntar al objetivo y disparar; el piloto automático de la bala haría el resto. El sistema, en cualquier caso, todavía se encuentra en su infancia, así que los niños repelentes que asolan los chats de Call of Duty todavía seguirán lejos de poder considerarse expertos militares.
(Defensa.com)
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